Cuentos de Amistad

La Aventura de Marta, Lorena y Alejandro en el Bosque Encantado

Lectura para 10 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

Era un soleado día de primavera cuando Marta, Lorena y Alejandro decidieron explorar el bosque cercano a su pueblo. Marta, con su pelo rizado y su sonrisa brillante, lideraba el grupo con entusiasmo. Lorena, con sus gafas y su expresión amable, llevaba un cuaderno para anotar todas las cosas interesantes que encontraran. Alejandro, el más curioso de los tres, llevaba una mochila llena de herramientas y libros sobre plantas y animales.

Desde pequeños, estos tres amigos habían compartido un profundo amor por la naturaleza. Sus padres solían llevarlos de excursión al bosque, donde aprendieron a reconocer diferentes especies de árboles, aves y flores. Sin embargo, esta vez decidieron ir por su cuenta, en busca de una nueva aventura.

Caminaban por un sendero estrecho bordeado de helechos y arbustos en flor. El canto de los pájaros llenaba el aire, y el aroma fresco de la vegetación los envolvía. Marta iba al frente, señalando cada detalle que le llamaba la atención.

—¡Miren, una ardilla! —exclamó Marta, señalando a una ardilla gris que saltaba de rama en rama.

Lorena sacó su cuaderno y anotó rápidamente. —Podríamos llamarla «Ardilla Gris Rápida» —dijo sonriendo.

Alejandro, que había estado observando un grupo de mariposas, se unió a la conversación. —Este bosque está lleno de vida. Deberíamos hacer un mapa de todo lo que encontramos.

La idea de Alejandro fue recibida con entusiasmo. Decidieron que, además de disfrutar de su paseo, crearían un mapa detallado del bosque con todas las especies y lugares interesantes que descubrieran.

A medida que avanzaban, llegaron a un claro donde un arroyo cristalino serpenteaba entre las piedras. El agua relucía bajo el sol, y Marta se inclinó para beber un poco.

—¡Es tan refrescante! —dijo, salpicando a Lorena con una risa traviesa.

Lorena se rió y tomó una foto del arroyo para su cuaderno. Alejandro, mientras tanto, se había acercado a una planta con flores de colores brillantes.

—Esta es una planta muy rara —dijo, sacando uno de sus libros de la mochila—. Se llama «Flor del Bosque Encantado». Según este libro, solo crece en lugares muy limpios y bien cuidados.

Los tres amigos se miraron con asombro. —¡Eso significa que este bosque está en perfecto estado! —exclamó Marta.

Continuaron su exploración, maravillados por la belleza y la diversidad del bosque. Encontraron un viejo roble hueco que parecía una casa de hadas, un nido de pájaros con huevos azules y un grupo de hongos de colores brillantes que parecían sacados de un cuento de hadas.

Sin embargo, cuando llegaron a un rincón más profundo del bosque, se encontraron con algo preocupante. Un montón de basura estaba esparcido por el suelo: botellas de plástico, envoltorios de comida y otros desechos que no pertenecían allí. Los tres amigos se detuvieron y miraron con tristeza el desorden.

—¿Cómo puede alguien hacer esto? —preguntó Lorena, con los ojos llenos de lágrimas.

Alejandro frunció el ceño. —Esto es terrible. Si no hacemos algo, este hermoso bosque podría convertirse en un basurero.

Marta, con su energía contagiosa, levantó una bolsa de basura que había llevado en su mochila. —¡Vamos a limpiar esto! Si todos hacemos nuestra parte, podemos mantener el bosque limpio y saludable.

Los tres amigos se pusieron manos a la obra. Recolectaron toda la basura que encontraron y la metieron en la bolsa. Aunque la tarea era ardua, se sentían satisfechos de estar haciendo algo positivo por el medio ambiente.

Después de un par de horas, el área estaba limpia nuevamente. Marta, Lorena y Alejandro se sentaron a descansar bajo la sombra de un gran árbol. Estaban cansados, pero felices.

—Hemos hecho un buen trabajo hoy —dijo Marta, sonriendo—. Pero tenemos que asegurarnos de que nadie más tire basura aquí.

Lorena, que había estado pensando en silencio, tuvo una idea. —Podríamos organizar una campaña en el pueblo para educar a todos sobre la importancia de mantener el bosque limpio. Podríamos hacer carteles y dar charlas en la escuela.

Alejandro asintió con entusiasmo. —¡Sí! Y también podríamos organizar excursiones para que la gente vea lo hermoso que es el bosque y por qué debemos cuidarlo.

La idea de sus amigos llenó a Marta de emoción. Sabía que juntos podían lograr grandes cosas. Decidieron que al regresar al pueblo, comenzarían a trabajar en su campaña.

De vuelta en el pueblo, los tres amigos se reunieron en la casa de Marta para planificar su campaña. Hicieron carteles coloridos con mensajes sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y organizaron una serie de charlas en la escuela local. También planificaron una gran excursión al bosque para mostrar a todos su belleza y la necesidad de protegerlo.

La respuesta de la comunidad fue abrumadora. Muchos niños y adultos se unieron a la campaña, y pronto el mensaje de Marta, Lorena y Alejandro se difundió por todo el pueblo. La excursión al bosque fue un éxito rotundo. Los participantes quedaron maravillados con la flora y fauna que encontraron y se comprometieron a mantener el bosque limpio.

El alcalde del pueblo, impresionado por el esfuerzo y la dedicación de los tres amigos, decidió apoyarlos aún más. Organizó un día de limpieza del bosque, en el que participaron casi todos los habitantes del pueblo. Juntos, recogieron basura, plantaron árboles y colocaron carteles informativos sobre cómo cuidar el medio ambiente.

Marta, Lorena y Alejandro se convirtieron en héroes locales. Pero para ellos, lo más importante era que su querido bosque estaba protegido y cuidado. Aprendieron que con esfuerzo, colaboración y amor por la naturaleza, podían hacer una gran diferencia.

Un día, mientras descansaban en su lugar favorito junto al arroyo, Marta miró a sus amigos con gratitud.

—No podría haber hecho esto sin ustedes —dijo, emocionada.

Lorena sonrió y ajustó sus gafas. —Lo hicimos juntos, Marta. Eso es lo que hace que nuestra amistad sea tan especial.

Alejandro, mirando el cielo azul a través de las copas de los árboles, añadió: —Y siempre estaremos aquí para cuidar este bosque, nuestro bosque encantado.

Y así, Marta, Lorena y Alejandro continuaron su misión de proteger el medio ambiente, inspirando a otros con su ejemplo y demostrando que la amistad y el amor por la naturaleza pueden cambiar el mundo.

Fin.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario