Cuentos de Amistad

La noche que la lluvia trajo la verdad y el perro de Messi

Lectura para 10 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Era una noche oscura y nublada en la ciudad, y las gotas de lluvia comenzaban a caer suavemente sobre el suelo. Messi y Cristiano Ronaldo, dos grandes amigos y también los mejores futbolistas del mundo, se preparaban para disfrutar de una noche divertida. Habían decidido hacer una fogata en el jardín de Messi después de la cena y compartir historias y risas mientras la lluvia caía.

Messi, el más pequeño de estatura pero enorme en talento, había invitado a Cristiano a su casa porque quería pasar un rato agradable. Además, en la casa de Messi había un perro llamado Lucho, un labrador juguetón que siempre estaba lleno de energía y entusiasmo. Lucho era el fiel compañero de Messi y le encantaba correr detrás de los balones.

La noche empezó con un ligero chispazo en la fogata, mientras los dos amigos se acomodaban en sus sillas. «Cristiano, recuerda aquella vez que jugué el partido de mi vida en el que marqué cinco goles en un solo partido?» comenzó Messi, con una sonrisa en su rostro. Cristiano asintió, riendo. «¡Claro que lo recuerdo! Pero eso no se compara con el partido en el que yo marqué un hat-trick en la final de la Champions League.” Los dos amigos comenzaron a recordarse unos a otros sus mejores momentos en el fútbol, contándose historias cada vez más grandiosas que hacían reír a Lucho, que movía su cola emocionado.

De repente, una fuerte lluvia comenzó a caer, interrumpiendo sus anécdotas. La fogata crepitó y chisporroteó, y los dos amigos se miraron sorprendidos. No era solo una llovizna, era una tormenta que prometía hacer que su noche divertida se convertiría en un juego diferente. “¡Vamos a jugar en la lluvia!” propuso Cristiano de manera entusiasta. Messi dudó un momento, pero la emoción en la voz de su amigo era contagiosa. “¡Está bien! ¡A jugar!” exclamó.

Ambos se levantaron, y con Lucho corriendo a su lado, salieron al jardín. La lluvia caía con fuerza, formando charcos en el césped. Messi y Cristiano comenzaron a deslizarse, saltar y patear el agua, riendo a carcajadas mientras se empapaban. Lucho no se quedó atrás; saltaba de un lado a otro, tratando de atrapar las gotas de lluvia que caían y ladrando como si estuviera disfrutando del mejor espectáculo del mundo.

Mientras jugaban, una luz intensa iluminó el cielo, y un trueno retumbó en la distancia. De repente, una sombra apareció entre los árboles del jardín. Era un pequeño zorrillo, asustado y temblando. Messi se detuvo al verlo y, a pesar del caos que habían armado en medio de su diversión, el corazón amable de Messi se conmovió. “Mira, Cristiano, parece que este amigo está perdido,” dijo Messi.

Cristiano, que siempre había sido el líder entre los dos, parece que esta vez se detuvo para reflexionar. “Tienes razón, Messi. No podemos dejarlo solo,” contestó, acercándose con cuidado al zorrillo. Lucho, curioso, se acercó al pequeño animal. El zorrillo, temeroso al inicio, se calmó al sentir que no había peligro. “Vamos, amigo, no tengas miedo,” dijo Cristiano con voz suave mientras extendía su mano. El pequeño zorrillo se acercó lentamente hasta que finalmente aceptó la compañía de los chicos.

Mientras la lluvia continuaba cayendo, los tres amigos se alejaros un poco más de la casa. Decidieron buscar un lugar donde el zorrillo pudiera estar a salvo y caliente. Impulsados por la amistad y el deseo de ayudar, Messi, Cristiano y Lucho guiaron al zorrillo a un pequeño cobertizo que había en el jardín. En el interior, había algunos viejos trastos y un poco de paja que podían servir para que el zorrillo se sintiera más cómodo.

Una vez que el pequeño zorrillo se acomodó en su nuevo refugio, Messi y Cristiano se sentaron en el umbral del cobertizo, mirando la lluvia caer. “¿Sabes, Cristiano? La amistad no es solo jugar juntos y contar historias, sino también ayudar a otros,” reflexionó Messi. Cristiano asintió, y sintió un calor en su corazón al escuchar a su amigo. “Tienes razón, Messi. A veces nos olvidamos de lo importante que es cuidar a los que nos rodean,” dijo Cristiano, mirando a Lucho y al zorrillo, que ahora parecían ser parte de su pequeño grupo.

Esa noche, mientras la tormenta seguía rugiendo afuera, Messi, Cristiano, Lucho y el pequeño zorrillo compartieron historias. Messi les contó sobre sus inicios en el fútbol, los sacrificios que hizo, los momentos difíciles y, sobre todo, la importancia de tener amigos a su lado. Mientras tanto, Cristiano habló sobre su camino, sus sueños y la manera en que sus amigos siempre lo inspiraron a ser mejor.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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