Cuentos de Amistad

Lola y Deisy en el Susurro del Bosque

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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En el corazón de un bosque donde los árboles susurraban historias del viento, vivía Deisy, una niña de 11 años con una curiosidad tan grande como el cielo. Su mejor amiga no era otra que Lola, una elefanta sabia y gentil cuya piel guardaba los secretos de la tierra.

La amistad entre Deisy y Lola era un lazo forjado por el asombro compartido hacia el mundo. Juntas, descubrían los misterios del bosque, desde el más pequeño brote hasta el árbol más antiguo y robusto. Pero de todas sus aventuras, ninguna era tan especial como el día en que Lola le contó a Deisy sobre el milagro de la vida.

Era una tarde teñida de oro y sombras cuando Lola comenzó a relatar el nacimiento de un pequeño elefante. Deisy escuchaba embelesada, sus ojos brillando con el reflejo de un nuevo entendimiento. Lola explicó cómo, al nacer, el bebé elefante pesaba entre 80 a 100 kg y debía ponerse de pie para comenzar a mamar. Describió la ternura de ese primer encuentro entre madre e hijo, los constantes baños que daba a su pequeño y cómo le enseñaba a sostenerse en pie y caminar.

Cada palabra de Lola era un pincelazo en el lienzo de la imaginación de Deisy, pintando un cuadro de vida y conexión profunda. Cuando Lola terminó su relato, una mirada cargada de emoción unió a todos los presentes. Deisy, conmovida hasta el alma, encontró las palabras para expresar su gratitud: «Gracias por permitirnos ser parte de esto, Lola».

Lola respondió con una calidez que solo un corazón verdadero puede ofrecer: «El placer es mío, pequeña. Son momentos que me encanta compartir».

Ese día, Deisy aprendió no solo sobre los elefantes sino sobre el valor de escuchar con empatía. La historia de Lola y su pequeño le enseñó a ver más allá de las apariencias y a entender que cada ser tiene su propio mundo, sus alegrías y sus luchas.

Desde entonces, Deisy se convirtió en una guardiana de historias. Con cada nuevo día, buscaba aprender más de Lola y de los demás habitantes del bosque. Se prometió a sí misma que compartiría estas historias, que serían un puente entre mundos, uniendo corazones a través de la empatía y el entendimiento.

Pasaron las estaciones, y con cada cambio, Deisy y Lola encontraban nuevas aventuras. Se enfrentaron a desafíos, desde salvar a un pájaro herido hasta encontrar el camino de vuelta a casa después de una exploración que las llevó demasiado lejos. Pero cada desafío solo hacía más fuerte su amistad.

Un día, mientras caminaban por un sendero cubierto de hojas otoñales, Deisy reflexionó sobre todo lo que había aprendido de Lola. «Tú me has enseñado más de lo que jamás imaginé, Lola. No solo sobre los elefantes, sino sobre la vida misma. Cómo cada ser, grande o pequeño, tiene su lugar en este mundo».

Lola, con una sabiduría nacida de años de vivir en armonía con la naturaleza, le respondió: «Y tú, Deisy, me has recordado la maravilla de ver el mundo a través de ojos nuevos. Juntas, hemos creado un puente entre nuestras especies, un recordatorio de que todos compartimos este mundo».

El sol comenzaba a descender, pintando el cielo de tonos rosados y anaranjados. Deisy y Lola se sentaron a mirar el atardecer, sumidas en un cómodo silencio. Era uno de esos momentos perfectos, donde el tiempo parece detenerse y el corazón se llena de paz.

Deisy sabía que llevaría estas historias consigo, compartiéndolas allá donde fuera. Historias de amistad, de aprendizaje y de un amor incondicional entre una niña y su elefanta. Historias que, esperaba, inspirarían a otros a mirar más allá de sus diferencias y encontrar el valor en cada ser.

Mientras la última luz del día se desvanecía en el horizonte, Deisy y Lola se prometieron seguir explorando, aprendiendo y compartiendo. Porque en el corazón del bosque, habían descubierto el verdadero significado de la amistad: un lazo que trasciende las palabras y toca el alma.

Y así, bajo el manto estrellado del cielo nocturno, el bosque susurraba historias de amor y amistad, de una niña y su elefanta, guardianas de secretos y sueños. Un recordatorio eterno de que en la diversidad se encuentra la belleza y en la empatía, el puente hacia mundos desconocidos.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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