Cuentos de Amistad

Los Amigos Mágicos

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

Puntuación:

5
(1)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
5
(1)

Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques, cinco amigos muy especiales: Jhoan, Hellen, Santiago, Celeste e Iker. Estos amigos no eran niños comunes y corrientes, sino niños con habilidades mágicas y monstruosas. Cada uno tenía un poder único que los hacía muy especiales y unidos.

Jhoan tenía la habilidad de la visión zombi, lo que le permitía ver a través de las paredes y objetos. Era muy útil cuando alguien perdía algo, porque Jhoan podía encontrarlo en un abrir y cerrar de ojos. Hellen, por otro lado, era una pequeña bruja con una varita mágica que podía hacer hechizos increíbles. Podía convertir una piedra en una flor o hacer aparecer caramelos de la nada.

Santiago era increíblemente rápido, como un hombre lobo. Podía correr a velocidades que ningún otro niño podía alcanzar, lo que lo hacía excelente en los juegos de carreras y cuando necesitaban hacer algo rápidamente. Celeste era una momia, pero no una momia común. Ella tenía el poder de envolver cualquier cosa con su tela mágica, protegiéndolo o arreglándolo en un instante. Y finalmente, Iker, el niño dragón, podía crear lluvia con solo desearlo. Llenaba el cielo de nubes y gotas de agua mágicas, lo que era muy útil durante los días calurosos de verano.

Una mañana, los padres monstruo dejaron a los chicos en la escuela, como cualquier otro día. Pero ese día no sería como los demás. Los chicos estaban muy emocionados porque habían planeado una gran sorpresa para sus padres. Querían limpiar los autos de sus padres antes de que terminaran las clases. Sabían que no sería una tarea fácil, pero estaban decididos a hacerlo utilizando sus poderes especiales.

Durante el recreo, se reunieron detrás del gimnasio para discutir su plan. Jhoan, siempre el líder del grupo, comenzó a explicar lo que debían hacer. «Necesitamos ser rápidos y cuidadosos», dijo, «pero sobre todo, debemos trabajar juntos. Si lo hacemos bien, nuestros padres estarán muy felices y sorprendidos».

Hellen levantó su varita mágica y sonrió. «¡Yo puedo hacer que los trapos y esponjas se muevan solos para limpiar más rápido!», exclamó.

«Y yo puedo correr alrededor de los autos para secarlos después de que estén lavados», agregó Santiago.

Celeste asintió y añadió, «Puedo usar mis vendas para pulir los autos y dejarlos brillando como nuevos».

«Iker, tú puedes hacer que llueva un poquito para enjuagar los autos después de que los limpiemos», sugirió Jhoan.

Iker sonrió ampliamente, mostrando sus pequeños colmillos de dragón. «¡Sí, eso puedo hacerlo fácilmente!».

El plan estaba en marcha. Pasaron el resto del día en la escuela, impacientes por comenzar su tarea secreta. Finalmente, cuando el sol comenzó a ponerse, Jhoan dio la señal.

—¡Arriba, monstruo! —gritó, y al instante, los chicos se transformaron.

Cada uno de ellos utilizó sus poderes para hacer el trabajo más rápido y eficiente. Hellen hizo flotar los trapos y esponjas, que empezaron a limpiar los autos como si tuvieran vida propia. Santiago corrió alrededor de los autos, secándolos rápidamente. Celeste usó sus vendas mágicas para pulir cada rincón, y Iker hizo que una suave lluvia cayera del cielo, enjuagando los autos perfectamente.

Jhoan supervisaba todo, asegurándose de que cada detalle estuviera cubierto. Su visión zombi le permitía ver si había alguna mancha oculta que necesitara atención. Trabajaron juntos en perfecta armonía, riendo y disfrutando mientras lo hacían.

El tiempo pasó volando y antes de que se dieran cuenta, todos los autos estaban limpios y relucientes. Los chicos se miraron entre sí, orgullosos de su trabajo. Sabían que habían hecho algo especial y que sus padres estarían muy felices.

Cuando los padres monstruo llegaron para recoger a sus hijos, no podían creer lo que veían. Los autos estaban tan limpios que parecían nuevos. Miraron a sus hijos con sorpresa y admiración.

«¡Esto es increíble! ¿Cómo lo hicieron?» preguntó el padre de Jhoan.

Jhoan sonrió y respondió, «Trabajamos juntos y usamos un poco de nuestra magia».

Los padres estaban tan conmovidos y orgullosos que decidieron celebrar con una gran fiesta esa noche. Trajeron comida deliciosa y música alegre, y todos los amigos y sus familias disfrutaron de una noche mágica bajo las estrellas.

Desde ese día, Jhoan, Hellen, Santiago, Celeste e Iker supieron que podían lograr cualquier cosa si trabajaban juntos y utilizaban sus habilidades especiales. Su amistad se fortaleció aún más, y siguieron viviendo muchas aventuras increíbles, siempre apoyándose y ayudándose mutuamente.

Y así, en el pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques, los cinco amigos mágicos continuaron siendo un ejemplo de cómo la amistad y la cooperación pueden hacer maravillas. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario