Cuentos de Amistad

Los Cinco Amigos del Bosque Encantado

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

Había una vez, en un bosque mágico, cinco amigos muy especiales que vivían juntos y compartían muchas aventuras. Sus nombres eran Alegría, Tristeza, Miedo, Furia y Desagrado. Aunque eran muy diferentes entre sí, se querían mucho y siempre estaban juntos.

Alegría era una figura brillante y colorida, siempre con una gran sonrisa en su rostro. Su risa contagiosa llenaba el bosque de felicidad y todos los animales la seguían para divertirse.

Tristeza, en cambio, tenía una expresión melancólica y sus colores eran de tonos azules. Aunque a veces lloraba, sus amigos siempre estaban allí para consolarla y hacerla sentir mejor.

Miedo era pequeño y tímido, con una mirada preocupada. Siempre estaba alerta y se asustaba fácilmente, pero sus amigos lo protegían y lo ayudaban a sentirse seguro.

Furia era todo lo contrario a Miedo, con un rostro enojado y colores rojos intensos. Aunque se enojaba rápidamente, sus amigos sabían que en el fondo tenía un gran corazón.

Desagrado tenía una expresión de desdén y vestía de tonos verdes. Siempre encontraba algo que no le gustaba, pero sus amigos apreciaban su sinceridad y sentido crítico.

Un día, mientras los cinco amigos caminaban por el bosque, se encontraron con una gran roca que bloqueaba el camino.

—¡Oh no! ¿Cómo vamos a pasar? —dijo Miedo, temblando.

—No te preocupes, Miedo. Encontraremos una solución juntos —respondió Alegría con una sonrisa.

Furia intentó mover la roca con todas sus fuerzas, pero era demasiado pesada. Se frustró y empezó a patear la tierra.

—¡No podemos quedarnos aquí! ¡Tenemos que pasar! —gritó Furia.

Desagrado miró la roca con desdén y dijo:

—Esta roca es realmente molesta. Pero tal vez hay otra forma de pasar.

Tristeza se sentó en el suelo y empezó a llorar.

—Nunca podremos cruzar —dijo entre sollozos.

Alegría se acercó a Tristeza y la abrazó.

—No llores, Tristeza. Sé que podemos hacerlo si trabajamos juntos.

Entonces, Alegría tuvo una idea.

—¿Y si construimos un puente con ramas y hojas? ¡Podemos hacerlo juntos!

Todos estuvieron de acuerdo y comenzaron a buscar ramas y hojas en el bosque. Trabajaron en equipo, cada uno aportando su granito de arena. Furia usó su fuerza para romper las ramas más grandes, Miedo se encargó de buscar hojas y ramas pequeñas, Tristeza, aunque estaba triste, ayudó a juntar todo lo que encontraba, Desagrado se aseguró de que todo estuviera limpio y en su lugar, y Alegría animaba a todos con su energía positiva.

Después de un rato, lograron construir un puente firme y seguro. Alegría fue la primera en cruzarlo, seguida por Tristeza, Miedo, Furia y Desagrado. Cuando todos estuvieron al otro lado, se sintieron muy orgullosos de lo que habían logrado.

—¡Lo hicimos! —gritó Alegría, saltando de felicidad.

—Trabajamos juntos y lo logramos —dijo Tristeza, sonriendo por primera vez en todo el día.

—¡Sí! ¡Somos un gran equipo! —agregó Miedo, sintiéndose más valiente.

Furia respiró hondo y dijo:

—Me alegra que hayamos encontrado una solución. Aunque me enoje, sé que podemos lograr grandes cosas juntos.

Desagrado, con una media sonrisa, dijo:

—Bueno, debo admitir que este puente no quedó tan mal. Buen trabajo, amigos.

Los cinco amigos continuaron su camino, felices y más unidos que nunca. A lo largo de su aventura, se encontraron con muchos desafíos, pero siempre los superaron juntos. Aprendieron que cada uno de ellos, con sus diferencias, tenía algo valioso que aportar.

Un día, se encontraron con un árbol mágico que les habló.

—Hola, pequeños amigos. He visto cómo han trabajado juntos y han superado sus diferencias. Quiero darles un regalo especial —dijo el árbol.

De sus ramas, el árbol dejó caer cinco cristales brillantes, uno para cada amigo. Cada cristal representaba una cualidad especial que ellos habían demostrado: el cristal de la Alegría, el cristal de la Tristeza, el cristal del Miedo, el cristal de la Furia y el cristal del Desagrado.

—Estos cristales les recordarán siempre la importancia de la amistad y de trabajar juntos —dijo el árbol.

Los amigos agradecieron al árbol y guardaron los cristales con mucho cuidado. Sabían que esos cristales eran símbolos de su amistad y de todo lo que habían aprendido juntos.

Y así, los cinco amigos del bosque encantado continuaron viviendo muchas aventuras, siempre apoyándose y cuidándose unos a otros. Porque habían descubierto que, aunque fueran diferentes, juntos eran invencibles.

Fin.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario