Alejandro y Fer el Recuerdo en la Playa

Hace muchos años, cuando Alejandro y Fer eran unos niños que pasaban sus veranos en la misma playa, construyendo castillos de arena y corriendo por la orilla. Compartían risas, helados y secretos, como el mejor de los amigos.

Pero, como suele suceder, la vida los llevó por caminos separados. Las familias de ambos se mudaron a diferentes ciudades y, con el tiempo, aquellos días de verano se convirtieron en simples recuerdos.

Años después, cuando ambos empezaron a madurar, Alejandro regresó a esa misma playa con sus padres. Caminaba por la orilla, recordando esos días pasados, cuando de repente vio una figura familiar construyendo un castillo de arena. Era Fer.

Se acercó con timidez, preguntándose si Fer lo recordaría. Y, al levantar la vista, los ojos de Fer se iluminaron con reconocimiento. «¡Alejandro!» Exclamó, y en ese instante, todo volvió a ser como antes. Las risas, las bromas, la complicidad.

Mientras construían un nuevo castillo juntos, hablaron de sus vidas, de sus sueños y de todo lo que había pasado en aquellos años de separación. Descubrieron que, aunque habían cambiado y crecido, la esencia de su amistad seguía intacta.

Pasaron el resto del verano juntos, reavivando aquellos momentos mágicos que compartieron en la infancia. Sabían que pronto volverían a separarse, pero esta vez se prometieron mantener el contacto y nunca olvidar esos veranos inolvidables.

Conclusión:
La vida puede llevarnos por diferentes caminos, pero el verdadero amor y la amistad siempre encuentran la forma de volver a nosotros.

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