Cuentos de Amor

El Destino de Luciana y Rodrigo

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 7 minutos

Español

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En un pintoresco barrio de la ciudad, donde las calles estaban adornadas con cafeterías y pequeñas tiendas, vivía una chica llamada Luciana.

Luciana era conocida por su alegría contagiosa y su sonrisa que iluminaba el día a cualquiera. Un día soleado, mientras se dirigía a su cafetería favorita, tropezó accidentalmente con un joven que salía del local.

«¡Oh, lo siento mucho!», exclamó Luciana, mirando al joven. Era Rodrigo, un chico de mirada profunda y una presencia que transmitía una mezcla de serenidad y melancolía.

«No te preocupes, fue mi culpa», respondió Rodrigo con una sonrisa amable.

Fue un encuentro breve, pero algo en ese momento hizo que Luciana sintiera una conexión especial. Durante los días siguientes, no podía dejar de pensar en ese misterioso chico del café.

Por casualidad, o quizás por destino, Luciana y Rodrigo se encontraron nuevamente en la misma cafetería. Esta vez, conversaron y compartieron historias sobre sus vidas. Luciana se sintió atraída por la sensibilidad y la profundidad de Rodrigo, y Rodrigo encontró en Luciana una luz que había estado buscando en su vida.

Sin embargo, Rodrigo ocultaba un secreto. Padecía una enfermedad terminal y sabía que su tiempo era limitado. No quería involucrar a Luciana en su triste realidad, así que decidió alejarse, a pesar de los sentimientos que crecían en su corazón.

Luciana, confundida por la distancia repentina de Rodrigo, decidió no rendirse. Intentaba encontrarlo, hablar con él, pero Rodrigo la rechazaba una y otra vez. La determinación de Luciana era fuerte, pero la constante negativa de Rodrigo comenzó a desgastarla.

Un día, cansada y con el corazón apesadumbrado, Luciana lo confrontó. «¿Por qué te alejas de mí, Rodrigo? ¿Qué es lo que no me estás diciendo?», preguntó con lágrimas en los ojos.

Rodrigo, viendo la sinceridad y el dolor en los ojos de Luciana, decidió revelarle la verdad. «Tengo miedo de que, al saber lo que me pasa, decidas irte», confesó con voz temblorosa.

Luciana, conmovida y más decidida que nunca, le dijo: «No importa el tiempo que nos quede, quiero estar contigo, acompañarte en cada momento.»

Después de esa conversación, algo cambió entre ellos. Luciana le pidió a Rodrigo que fuera su novio, y él, emocionado y agradecido por su amor y valentía, aceptó. Juntos, decidieron vivir cada momento al máximo, cumpliendo sueños y creando recuerdos inolvidables.

Luciana organizó una pequeña ceremonia simbólica donde se prometieron amor eterno. No era una boda convencional, pero para ellos, fue un momento mágico lleno de amor y promesas. Se juraron estar juntos en esta vida y en cualquier otra que pudiera existir.

Luego, planearon un viaje. Viajaron a lugares que siempre habían querido visitar, explorando ciudades, disfrutando de paisajes naturales y viviendo aventuras que jamás olvidarían. Cada lugar que visitaban, cada experiencia que compartían, fortalecía su amor y su conexión.

Rodrigo, a pesar de su enfermedad, se sentía más vivo que nunca. Luciana había traído una luz a su vida que nunca imaginó posible. Juntos, reían, lloraban, y sobre todo, se amaban profundamente.

Con el tiempo, decidieron vivir juntos. Cada día, a pesar de los desafíos de la enfermedad de Rodrigo, lo llenaban de pequeños momentos de felicidad y amor. Cocinaban juntos, veían películas, leían libros y compartían sus pensamientos más profundos.

Luciana se convirtió en el apoyo incondicional de Rodrigo, y él, a pesar de su condición, se esforzaba por hacerla feliz. Sabían que el tiempo era limitado, pero eso los motivaba a aprovechar cada segundo.

Dos meses después, Rodrigo se sentía debilitado, pero su espíritu seguía siendo fuerte. Una noche, mientras miraban las estrellas desde su pequeño balcón, Rodrigo tomó la mano de Luciana y le dijo: «Estos han sido los meses más hermosos de mi vida. Gracias por cada sonrisa, cada abrazo, cada momento de amor. Me has dado una vida plena en un corto tiempo.»

Luciana, con lágrimas en los ojos, sabía que ese momento llegaría. Le respondió: «Cada segundo a tu lado ha sido un regalo. Te amo y siempre lo haré, en esta vida y en todas las que vengan.»

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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