Cuentos de Amor

El Duelo de las Estrellas

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 4 minutos

Español

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En un pequeño pueblo donde las estrellas brillaban con un brillo especial, vivían tres amigos: Leo, Alma y Diego. Leo y Diego eran los mejores amigos desde la infancia, compartiendo sueños, aventuras y secretos. Alma, por otro lado, era la nueva chica del pueblo, con una sonrisa que iluminaba cada rincón y una bondad que cautivaba a todos.

Leo, con su cabello rubio y ojos azules, era conocido por su espíritu aventurero y su corazón noble. Diego, de cabello castaño y ojos verdes, destacaba por su inteligencia y habilidad para solucionar problemas. Alma, con sus largos cabellos negros y ojos marrones, era una amante de la naturaleza y los animales, con un talento especial para la música.

Desde el primer día que la vieron, tanto Leo como Diego se sintieron atraídos por Alma. Sin embargo, ninguno de los dos quería admitirlo, por temor a herir su amistad. Un día, mientras los tres observaban las estrellas, Alma les habló de una antigua leyenda del pueblo: «La Estrella del Destino», una estrella fugaz que concedía un deseo a quien la viera primero. Fue entonces cuando los amigos hicieron un pacto: quien viera primero «La Estrella del Destino», tendría el valor de declarar su amor por Alma.

Los días pasaron y la competencia amistosa entre Leo y Diego comenzó. Ambos trataban de impresionar a Alma de diferentes maneras. Leo la llevaba a aventuras por el bosque, mostrándole lugares secretos y maravillas naturales. Diego, por su parte, le enseñaba sobre las estrellas y las constelaciones, compartiendo noches de observación astronómica.

Alma, sin darse cuenta de la competencia, disfrutaba del tiempo con ambos. Amaba las aventuras con Leo y las noches estrelladas con Diego. Pero un día, mientras caminaban por el bosque, se encontraron con un animal herido. Fue en ese momento cuando Alma vio la verdadera esencia de sus amigos. Leo, con su valentía, fue a buscar ayuda, mientras que Diego, con su conocimiento, cuidó del animal hasta que Leo regresó.

La noche de la esperada lluvia de estrellas llegó. Los tres amigos, emocionados, se prepararon para observar el cielo. Alma, sin saber del pacto, solo deseaba disfrutar del espectáculo celestial. Mientras las estrellas caían, tanto Leo como Diego vieron al mismo tiempo la anhelada «Estrella del Destino». Se miraron y supieron que había llegado el momento de la verdad.

Sin embargo, antes de que pudieran hablar, Alma les confesó algo que los dejó sin palabras. Les dijo que amaba la amistad que compartían y que no quería que nada cambiara entre ellos. Leo y Diego se dieron cuenta de que su amistad era más importante que cualquier competencia amorosa. Decidieron no declarar su amor y mantener el valioso vínculo que tenían los tres.

Tras la noche de la lluvia de estrellas, la vida en el pueblo retomó su ritmo habitual, pero algo había cambiado en el vínculo entre Leo, Alma y Diego. Aunque ninguno había confesado sus sentimientos, la atmósfera entre ellos se había cargado de una ternura más profunda y un respeto mutuo más fuerte.

Un día, mientras paseaban por el mercado del pueblo, un vendedor ambulante llamó su atención. El hombre vendía un antiguo pergamino que, según él, contenía el mapa de un lugar mágico conocido como «El Jardín de las Verdades Ocultas». Intrigados, los amigos decidieron comprarlo y embarcarse en una nueva aventura.

El mapa los llevó a un bosque antiguo, donde cada paso parecía llevarlos más adentro de un mundo de maravillas. El bosque estaba lleno de árboles centenarios, flores de colores brillantes y una melodía misteriosa que parecía emanar de la misma tierra.

Finalmente, encontraron el Jardín de las Verdades Ocultas. Era un lugar etéreo, con un lago de aguas cristalinas y árboles que brillaban bajo la luz de la luna. En el centro del jardín había un altar con tres piedras preciosas: una esmeralda, un zafiro y un rubí.

Una voz suave y melodiosa resonó en el jardín, explicando que cada piedra representaba una verdad sobre el portador. Leo, impulsado por la curiosidad, tocó el zafiro. De repente, imágenes de sus aventuras y momentos felices con Alma y Diego inundaron su mente, junto con una comprensión profunda de que su amistad era el tesoro más valioso que poseía.

Diego, con un poco de temor, tocó la esmeralda. Visiones de sus logros y desafíos pasados aparecieron ante él, mostrándole que su inteligencia y su capacidad para resolver problemas eran dones que podían ayudar a los demás, especialmente a sus amigos.

Por último, Alma se acercó al rubí. Al tocarlo, sintió una oleada de calidez y amor, revelándole que su capacidad para unir a las personas y su amor por la vida eran su mayor fortaleza.

Los tres amigos se dieron cuenta de que aunque el amor romántico era algo hermoso, la amistad y el amor que compartían entre ellos era igualmente poderoso y especial. Decidieron que, sin importar lo que el futuro les deparara, siempre valorarían y cuidarían el vínculo que habían forjado.

A su regreso al pueblo, la experiencia en el Jardín de las Verdades Ocultas había dejado una marca imborrable en sus corazones. Continuaron sus vidas, enfrentando nuevos desafíos y aventuras, pero siempre juntos, siempre apoyándose mutuamente.

La historia de Leo, Alma y Diego se convirtió en una leyenda en el pueblo, un relato sobre la importancia de la amistad, el valor de la verdad y la magia que reside en los corazones unidos por un lazo inquebrantable. Y así, bajo el cielo estrellado que una vez los había visto competir por amor, ahora los veía reír y soñar juntos, unidos por un amor diferente, pero igual de profundo y eterno.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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