Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y vastos campos verdes, un jardín secreto donde la magia parecía respirar con cada brisa que movía sus flores multicolores. En este lugar especial, tres amigos, Mathias, Yasumi y Belén, solían jugar desde que eran muy pequeños.
Mathias, el más aventurero del trío, era conocido por su espíritu curioso y amable. Yasumi, con su pelo largo y oscuro siempre recogido en una coleta, era la más creativa, siempre inventando nuevas historias y juegos. Belén, con sus rizos dorados brillando al sol, era la voz de la razón, siempre equilibrando las locuras de Mathias con su dulce sensatez.
Un día, mientras jugaban entre las flores del jardín, Mathias encontró un colgante antiguo semi enterrado en la tierra. Era un corazón de plata con delicados grabados que parecían contar una historia. Emocionado, corrió a mostrárselo a sus amigas.
—¡Miren lo que encontré! —exclamó Mathias, mostrando el colgante a Yasumi y Belén.
Yasumi, impresionada por el hallazgo, sugirió que debían investigar su origen, mientras que Belén simplemente sonrió, contenta de ver la felicidad en los ojos de Mathias.
Pasaron los años, y los tres amigos siguieron visitando su jardín secreto, el lugar donde podían ser ellos mismos, lejos de las preocupaciones del mundo exterior. Mathias, que siempre había sentido un cariño especial por Belén, empezó a darse cuenta de que lo que sentía iba más allá de la simple amistad.
Una tarde de verano, mientras el sol comenzaba a ocultarse detrás de las montañas, Mathias decidió que era el momento de revelar sus sentimientos. Con el corazón palpitando fuertemente, se acercó a Belén, quien estaba recogiendo unas flores silvestres.
—Belén, hay algo que necesito decirte —comenzó Mathias, nervioso pero decidido.
Belén lo miró con curiosidad, dejando las flores a un lado.
—Desde que éramos niños, siempre me has hecho sentir como en casa. No importa lo lejos que esté, mi corazón siempre encuentra el camino de regreso a ti. Belén, te amo, y quiero pasar el resto de mi vida contigo.
Las palabras de Mathias flotaron en el aire como una brisa suave. Belén, con lágrimas brillando en sus ojos, sonrió y tomó las manos de Mathias.
—Mathias, yo también te amo. Siempre lo supe, en lo profundo de mi corazón, pero necesitaba que tú lo descubrieras por ti mismo.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.