En una casita llena de color y alegría, vivía una niña muy especial llamada Míriam. Hoy no era un día cualquiera, ¡era el día de su cuarto cumpleaños! Míriam estaba muy emocionada porque cumplir 4 años era un gran acontecimiento. Se sentía más grande, más lista, y lista para más aventuras.
Míriam tenía unos ojos grandes que brillaban como estrellas, y su sonrisa podía iluminar la habitación más oscura. Amaba bailar, cantar, y sobre todo, le encantaban los cuentos que mamá y papá le leían cada noche.
Sus mejores amigas, Mía y Triana, estaban tan emocionadas como ella por la fiesta de cumpleaños. Juntas, habían planeado el día perfecto lleno de juegos, risas y, por supuesto, ¡pastel de cumpleaños!
Míriam adoraba los unicornios, la perrita Skye de la Patrulla Canina, los arcoíris, y todo lo que tuviera brillibrilli. Así que, su mamá y su papá habían decorado la casa con todas estas cosas. Había globos de colores, guirnaldas brillantes, y un gran pastel rosa con una imagen de Skye encima.
Cuando llegaron sus amigas, Mía y Triana, y sus primos Óscar y Clara, la fiesta comenzó. Bailaron al ritmo de la música más alegre, jugaron a «Simón dice» y a «Las sillas musicales», y se rieron hasta que les dolía la barriga. Los abuelos Isabel, Conchi y Pedro miraban con cariño, felices de ver a Míriam tan contenta.
Pero lo más especial de todo fue cuando Míriam sopló las velitas del pastel. Cerró sus ojitos, hizo un gran deseo y sopló con todas sus fuerzas. ¡Las velitas se apagaron de un soplo! Todos aplaudieron y Míriam sonrió, sabiendo que su deseo se haría realidad.
Después del pastel, Míriam abrió sus regalos. Había uno muy especial de sus amigas, una figura de unicornio que al apretarla, ¡se iluminaba con colores del arcoíris! Míriam estaba fascinada. Sabía que ese unicornio sería su nuevo amigo de aventuras.
La fiesta de cumpleaños fue maravillosa, y al final del día, Míriam se sentó con mamá y papá para leer un cuento. Mientras escuchaba la historia, miró a su alrededor y vio a sus amigas, a sus primos, y a sus abuelos. Se dio cuenta de que el mejor regalo de todos era tener a su familia y amigos a su lado.
Esa noche, Míriam se fue a la cama con una sonrisa en su rostro. Había sido el mejor cumpleaños de todos. Y mientras se dormía, abrazada a su nuevo unicornio arcoíris, soñaba con todas las aventuras que tendría ahora que era una gran niña de 4 años.
Fin
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.