En un pequeño pueblo rodeado de montañas y valles verdes, había dos personas muy especiales llamadas Jose y María. Vivían en casas cercanas y se conocían desde que eran pequeños. Siempre habían sido amigos, pero cuando crecieron un poco más, comenzaron a sentir algo diferente en sus corazones.
Jose era un chico fuerte y valiente, con ojos azules brillantes y cabello castaño. María era una chica dulce y amable, con ojos verdes brillantes y cabello rubio. Los dos se gustaban mucho, pero no sabían cómo expresar sus sentimientos.
Un día, mientras paseaban por el pueblo, Jose se dio cuenta de que María estaba sonriendo de una manera especial. Se sintió atraído por esa sonrisa y se acercó un poco más a ella. María, sintiendo la presencia de Jose, se volvió y miró hacia él. Sus ojos se encontraron, y de repente, se sintieron conectados de una manera mágica.
Comenzaron a caminar juntos, disfrutando del sol y del viento fresco. Jose le contó a María sobre sus sueños y pasiones, y María le contó a Jose sobre sus intereses y hobbies. La conversación fluyó de manera natural, y pronto se dieron cuenta de que habían estado caminando durante horas.
Mientras caminaban, se encontraron con un anciano sabio llamado Pedro. Pedro era conocido en el pueblo por su sabiduría y su capacidad para entender los corazones de las personas. Jose y María se acercaron a él y le preguntaron sobre el amor. Pedro sonrió y les dijo:
«El amor es como un suspiro del corazón. Es un sentimiento profundo y verdadero que nos conecta con las personas que nos importan. No tiene fronteras ni límites, y puede ser sentido en cualquier momento y en cualquier lugar.»
Jose y María se miraron entre sí, y supieron que estaban experimentando ese suspiro del corazón. Se sintieron atraídos hacia el anciano sabio y le pidieron que les contara más sobre el amor.
Pedro les contó historias sobre parejas que habían encontrado el amor verdadero, a pesar de las dificultades y los desafíos. Les habló sobre la importancia de la comunicación, la confianza y el respeto en una relación. Jose y María escucharon con atención, y se sintieron inspirados por las palabras del anciano sabio.
Después de hablar con Pedro, Jose y María se sintieron más conectados que nunca. Comenzaron a pasar más tiempo juntos, explorando el pueblo y sus alrededores. Descubrieron nuevos lugares y experiencias, y se sintieron felices de estar compartiendo todo con la persona que amaban.
Un día, mientras estaban sentados en un parque, Jose se levantó y se acercó a María. La tomó de la mano y le miró a los ojos. María se sintió nerviosa, pero también emocionada. Jose le dijo:
«María, desde que te conozco, me he sentido atraído hacia ti. Me gustas mucho, y creo que podríamos ser felices juntos. ¿Quieres ser mi novia?»
María sonrió y le dijo que sí. Jose se sintió emocionado y la besó en la mejilla. María se sintió feliz y le devolvió el beso.
Después de ese día, Jose y María se convirtieron en una pareja oficial. Pasaban todo su tiempo libre juntos, y se sentían felices de estar compartiendo su vida con la persona que amaban. Sus amigos y familiares se sintieron felices por ellos, y les deseaban lo mejor.
Un año después, Jose y María decidieron viajar juntos a un lugar que siempre habían querido visitar: una hermosa playa tropical. Se sintieron emocionados de estar juntos en un lugar tan hermoso, y se pasaron todo el día disfrutando del sol, la arena y el mar.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.