Cuentos de Amor

Josin y el Jardín de Amor

Lectura para 1 año

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez un pequeño bebé llamado Josin. Él tenía un año de edad y era un bebé muy valiente. Tenía el cabello rubio y ojos brillantes que reflejaban su curiosidad y alegría por el mundo. Vivía en una casa acogedora con su mamá, Mamimi, y su papá.

Mamimi era una madre amorosa y siempre cuidaba de Josin con mucho cariño. Le gustaba cantar canciones suaves para él y contarle cuentos antes de dormir. Papá, por otro lado, era muy protector y siempre estaba pendiente de que Josin estuviera seguro y feliz. La familia vivía en una casa con un hermoso jardín lleno de flores de colores y juguetes para que Josin pudiera jugar.

Una mañana soleada, Mamimi y Josin decidieron salir al jardín. Mamimi colocó una manta suave en el césped y Josin se sentó en ella, rodeado de sus juguetes favoritos. Había un osito de peluche, bloques de construcción de colores y una pelota brillante. Mamimi se sentó junto a él, sonriendo mientras lo observaba jugar.

Josin estaba fascinado con los colores y los sonidos del jardín. Las mariposas revoloteaban de flor en flor y los pájaros cantaban dulces melodías. Mamimi recogió una flor roja y se la mostró a Josin. Él la tomó con sus pequeñas manos y la olió, riendo con alegría. Mamimi le dio un beso en la mejilla y le dijo cuánto lo amaba.

Mientras Josin jugaba, Papá los observaba desde la puerta del jardín. Se sentía feliz viendo a su familia disfrutar de un momento tan hermoso. Decidió unirse a ellos y caminó hacia la manta. Josin levantó la vista y sonrió al ver a su papá. Papá se sentó junto a Mamimi y acarició la cabecita de Josin.

Papá le mostró a Josin cómo construir una torre con los bloques de construcción. Josin estaba emocionado y trataba de imitar a su papá, colocando los bloques uno sobre otro con mucho cuidado. Mamimi los observaba con ternura, sintiendo un inmenso amor por su pequeño y por su esposo.

El tiempo pasó volando y pronto llegó la hora de la siesta de Josin. Mamimi lo tomó en sus brazos y lo llevó adentro, mientras Papá recogía los juguetes y la manta. Mamimi acostó a Josin en su cuna y le cantó una canción de cuna hasta que se quedó dormido. Papá se acercó y le dio un beso en la frente, susurrando que siempre lo protegerían.

Con Josin durmiendo plácidamente, Mamimi y Papá se sentaron en el salón y hablaron sobre lo afortunados que se sentían de tener a Josin en sus vidas. Mamimi recordó cómo, desde el primer momento en que vio a Josin, supo que su vida cambiaría para siempre. Papá también compartió cómo cada día con Josin era una nueva aventura llena de amor y alegría.

Cuando Josin despertó de su siesta, encontró a sus padres esperándolo con una sorpresa. Habían preparado un picnic en el jardín con sus comidas favoritas. Había puré de frutas, galletas y un jugo delicioso. Josin aplaudió con entusiasmo y se sentó en su pequeña silla, listo para disfrutar del banquete.

El picnic fue un éxito. Josin comió felizmente mientras Mamimi y Papá le contaban historias divertidas y hacían caras graciosas para hacerlo reír. Después del picnic, Papá sacó una pequeña cometa y decidió enseñarle a Josin cómo volarla. Con la ayuda de Mamimi, sostuvieron la cometa y corrieron por el jardín, haciendo que la cometa se elevara en el aire. Josin se reía y aplaudía viendo la cometa volar alto.

El día terminó con un hermoso atardecer. Mamimi y Papá llevaron a Josin de vuelta a la casa y le dieron un baño calentito. Josin salpicaba el agua y jugaba con sus patitos de goma, riendo todo el tiempo. Después del baño, Mamimi lo envolvió en una toalla suave y lo llevó a su habitación. Papá le puso su pijama favorito y lo acostaron en su cuna.

Antes de dormir, Mamimi le leyó un cuento sobre un valiente osito que exploraba un bosque mágico. Josin escuchaba atentamente, con sus ojitos llenos de asombro. Papá se acercó y le dio un beso de buenas noches, asegurándole que siempre estarían a su lado.

Josin se quedó dormido, soñando con todas las maravillosas aventuras que había tenido ese día. Mamimi y Papá lo observaron un momento, sintiéndose agradecidos por el amor que los unía como familia. Sabían que mientras estuvieran juntos, podrían enfrentar cualquier cosa y seguir creando recuerdos hermosos.

Y así, en su pequeña casa con el jardín lleno de flores, Mamimi, Papá y Josin vivieron felices, disfrutando de cada momento lleno de amor y alegría. El amor que compartían era un vínculo especial que los hacía fuertes y los mantenía unidos, recordándoles siempre lo afortunados que eran de tenerse el uno al otro.

Fin.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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