Cuentos de Animales

La Gran Aventura Submarina

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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En lo más profundo del océano, donde los rayos del sol apenas llegaban y la vida marina florecía en todo su esplendor, vivía un grupo de amigos muy especiales. Cada uno de ellos era único y juntos formaban un equipo inseparable. Alga Corales Jaiba Cangrejo Rojo, conocido simplemente como Alga, era un cangrejo rojo con características de coral que brillaban intensamente. Su carapacho era fuerte y sus pinzas poderosas, pero lo que más destacaba de él era su corazón valiente y su espíritu protector.

Estrella Chipichipi Almejas Medusa, o simplemente Estrella, era una estrella de mar con puntos azules que destellaban bajo el agua, siempre acompañada por su inseparable amiga Medusa, una medusa que flotaba graciosamente a su lado. Estrella era conocida por su sabiduría y su habilidad para ver el lado positivo de cualquier situación.

Anémona Delfín Pataruca Sardina, llamada Pataruca por sus amigos, era una delfina juguetona que siempre estaba rodeada de anémonas y sardinas. Pataruca era rápida y ágil, capaz de sortear cualquier obstáculo con facilidad. Su risa era contagiosa y siempre lograba alegrar el día de quienes la rodeaban.

Picua Caracol Caimán Pulpo, conocido como Picua, era un pequeño caracol que había encontrado en un caimán marino su mejor aliado y medio de transporte. Juntos, formaban un dúo formidable, con Picua guiando y el caimán, fuerte y resistente, protegiendo a su pequeño amigo.

Finalmente, Calamar Camarón Langosta, llamado Calamar por todos, era un calamar amistoso que siempre estaba acompañado por un camarón y una langosta. Su capacidad para cambiar de color y su astucia lo hacían un maestro del disfraz y la estrategia.

Un día, mientras exploraban un arrecife de coral en busca de nuevas aventuras, se encontraron con un extraño objeto que nunca antes habían visto. Era un cofre antiguo, cubierto de algas y conchas marinas. Alga, siempre curioso, se acercó y con sus fuertes pinzas logró abrir el cofre. Para su sorpresa, dentro había un mapa muy antiguo y desgastado.

—¡Miren esto! —exclamó Alga—. Parece un mapa del tesoro.

—¡Qué emocionante! —dijo Pataruca, haciendo piruetas en el agua—. Debemos seguirlo y ver adónde nos lleva.

Estrella, con su sabiduría habitual, examinó el mapa detenidamente.

—Este mapa nos llevará a través de territorios que nunca hemos explorado. Necesitaremos estar preparados y trabajar juntos.

Todos estuvieron de acuerdo y, llenos de emoción, comenzaron su aventura siguiendo las indicaciones del mapa. El primer punto del mapa los llevó a un cañón submarino profundo y oscuro. Las paredes del cañón estaban cubiertas de corales brillantes que iluminaban su camino.

—Tengo un mal presentimiento sobre este lugar —dijo Medusa, flotando cerca de Estrella.

—No te preocupes —respondió Estrella—. Mientras estemos juntos, podremos superar cualquier desafío.

De repente, un grupo de peces espada apareció, bloqueando su camino. Eran conocidos por ser muy territoriales y no les gustaba que otros animales invadieran su hogar. Calamar, utilizando su habilidad para cambiar de color, se camufló con el entorno y avanzó silenciosamente para hablar con ellos.

—No venimos a causar problemas —dijo Calamar, apareciendo de repente frente a los peces espada—. Solo estamos siguiendo un mapa del tesoro y necesitamos pasar por aquí.

Los peces espada, sorprendidos por la aparición repentina de Calamar, decidieron permitirles pasar, impresionados por su valentía y honestidad. El grupo continuó su camino, agradecidos por la ayuda de Calamar.

El siguiente desafío en el mapa los llevó a un bosque de algas gigantes, donde las corrientes eran fuertes y peligrosas. Pataruca, con su agilidad y rapidez, lideró el camino, asegurándose de que todos pudieran seguirla sin problemas. Picua y su caimán amigo se movieron con destreza entre las algas, mientras Alga usaba sus pinzas para despejar el camino cuando era necesario.

Después de mucho esfuerzo, lograron atravesar el bosque de algas y llegaron a una cueva luminosa. La cueva estaba llena de cristales brillantes que reflejaban la luz de una manera mágica. En el centro de la cueva encontraron una inscripción antigua.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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