Cuentos de Aventura

Arene y Ane y el Misterio del Agujero Escondido

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

Era un soleado lunes por la mañana cuando Arene y Ane llegaron al colegio. Arene, con su cabello rizado y sus gafas, y Ane, con su larga melena negra, eran inseparables. Siempre estaban buscando nuevas aventuras, y ese día no sería la excepción.

Después del primer recreo, mientras caminaban por el patio trasero del colegio, Ane notó algo extraño en el suelo, detrás de unos arbustos. «¡Arene, mira esto!» exclamó. Arene se acercó y ambos observaron un agujero bien oculto entre las raíces de un viejo roble. La curiosidad les invadió y, sin pensarlo dos veces, decidieron explorar.

Se agacharon y, con mucho cuidado, comenzaron a escarbar el agujero. Para su sorpresa, encontraron un viejo mapa enrollado. Sin embargo, al desenrollarlo, se dieron cuenta de que estaba escrito en árabe. Afortunadamente, Ane sacó su teléfono y utilizó una aplicación para traducirlo. El mensaje decía: «Si entras aquí será muy complicado de salir.»

A pesar de la advertencia, Arene y Ane decidieron seguir adelante. Con el mapa en mano, entraron al agujero y se encontraron en un túnel oscuro y frío. A medida que avanzaban, comenzaron a encontrar pistas que los guiaban más y más lejos de la entrada. Primero, hallaron una antigua linterna que aún funcionaba, iluminando su camino. Luego, encontraron marcas en las paredes que parecían indicar la dirección correcta.

Pasaron horas explorando, descifrando pistas y avanzando por el intrincado laberinto subterráneo. El túnel parecía interminable, y cada pista los llevaba más profundo. Ane, con su valentía y determinación, lideraba el camino, mientras que Arene, con su ingenio y conocimiento, descifraba los acertijos que encontraban en su camino.

En un momento, llegaron a una bifurcación. El mapa no daba indicaciones claras sobre qué camino tomar. Decidieron dividirse para explorar ambas rutas. Ane tomó el camino de la derecha, mientras que Arene fue por el de la izquierda. A medida que se adentraban más, los túneles se volvieron más estrechos y oscuros. Ane encontró una serie de símbolos tallados en la pared, que parecían formar un mensaje. Utilizó su teléfono para traducirlo y descubrió que los símbolos indicaban un atajo hacia la salida.

Mientras tanto, Arene encontró un viejo cofre enterrado en el suelo. Al abrirlo, encontró una serie de objetos antiguos, entre ellos una brújula que aún funcionaba. Decidió seguir el camino marcado por la brújula, con la esperanza de que la llevara a la salida.

Después de varias horas de exploración, Ane y Arene se reencontraron en una gran caverna iluminada por una extraña luz azulada. En el centro de la caverna había una puerta antigua, decorada con inscripciones en árabe. Aene tradujo las inscripciones, que decían: «La salida está más cerca de lo que piensas, pero solo aquellos con el corazón valiente y la mente ingeniosa podrán encontrarla.»

Con renovada determinación, Arene y Ane trabajaron juntos para descifrar el último acertijo. Utilizaron la brújula y las pistas que habían recolectado a lo largo del camino. Finalmente, descubrieron que necesitaban alinear la brújula con ciertos puntos en la caverna para abrir la puerta. Con gran esfuerzo, lograron alinear los puntos correctamente y la puerta se abrió, revelando un pasaje que los condujo de vuelta al patio del colegio.

Salieron del agujero justo a tiempo para el segundo recreo. Nadie en el colegio se dio cuenta de su ausencia, y Arene y Ane decidieron mantener su aventura en secreto. Habían aprendido mucho durante su viaje subterráneo, y la experiencia había fortalecido aún más su amistad.

Al final del día, mientras se despedían en la puerta del colegio, Ane dijo: «Esta ha sido la mejor aventura de todas, Arene. Estoy segura de que habrá más misterios por descubrir.» Arene asintió con una sonrisa, sabiendo que, mientras estuvieran juntos, ninguna aventura sería imposible de resolver.

Y así, Arene y Ane volvieron a sus vidas cotidianas, pero siempre con la mirada atenta a cualquier pista que pudiera llevarlos a una nueva y emocionante aventura. El agujero escondido había sido solo el comienzo, y ambos sabían que el mundo estaba lleno de misterios esperando ser descubiertos.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario