Cuentos de Aventura

El Jardín de Frutas

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 4 minutos

Español

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Había una vez, en un rincón muy especial del mundo, un jardín encantado donde no sólo crecían flores y plantas, sino también frutas que podían hablar y moverse como si fueran personas. Este mágico lugar era conocido como el Jardín de Frutas.

En este jardín vivían cinco amigos muy especiales: Zanahoria, Plátano, Manzana, Uva y Fresa. Cada uno de ellos poseía características únicas y juntos hacían del jardín un lugar lleno de alegría y diversión.

Un día soleado, Manzana, que era conocida por su sabiduría, propuso una idea emocionante. «¿Qué tal si hoy aprendemos algo nuevo?» sugirió con una sonrisa. Todos estuvieron de acuerdo y se reunieron alrededor de ella, ansiosos por escuchar.

Manzana comenzó a hablar sobre la importancia de cuidarse y de las vitaminas que cada uno de ellos aportaba. «Nosotros, las manzanas, tenemos vitamina C que ayuda a mantenernos saludables y fuertes», explicó con orgullo.

Plátano, siempre entusiasta, añadió: «Y yo tengo potasio, ¡esencial para que nuestros músculos trabajen bien!»

Zanahoria, un poco tímida pero muy inteligente, mencionó: «Las zanahorias tenemos mucha vitamina A, que es muy buena para la vista».

Uva, que no podía quedarse quieta, saltaba de un lado a otro mientras decía: «¡Y nosotros tenemos antioxidantes que nos protegen por dentro!»

Por último, Fresa, con su voz dulce y suave, añadió: «Y las fresas, como yo, estamos llenas de fibra y vitaminas que nos ayudan a crecer sanos».

Después de esta charla, los amigos decidieron que querían compartir su conocimiento con todos los visitantes del jardín. Manzana propuso hacer un cartel informativo con todos los beneficios que ellos ofrecían. «¡Así todos sabrán lo bueno que es comer frutas!» exclamó emocionada.

Pasaron la tarde recogiendo materiales naturales como hojas grandes y tallos para hacer el cartel. Plátano, con su altura, ayudaba a colgar los carteles en lugares visibles. Zanahoria dibujaba las imágenes de cada uno, Uva traía las hojas y Fresa se encargaba de pintar las letras.

Al final del día, cuando el sol comenzaba a ocultarse, habían terminado su gran proyecto. El cartel lucía colorido y alegre, justo como ellos. Cansados pero satisfechos, se sentaron a admirar su trabajo.

«Creo que hemos hecho algo maravilloso hoy», dijo Manzana, mirando a sus amigos con cariño.

«¡Sí, y aprendimos lo importante que es cada uno de nosotros para el jardín y para quienes nos visitan!», añadió Plátano con una gran sonrisa.

Esa noche, el Jardín de Frutas no sólo brillaba por las estrellas en el cielo, sino también por el entusiasmo y el amor de cinco pequeños amigos que habían aprendido el valor de la amistad y el trabajo en equipo. Desde entonces, todos quienes visitaban el jardín no solo disfrutaban de su belleza, sino que también se llevaban un mensaje muy especial sobre la importancia de comer saludable.

Y así, Zanahoria, Plátano, Manzana, Uva y Fresa continuaron viviendo muchas más aventuras en su mágico Jardín de Frutas, siempre juntos, siempre felices.

Fin

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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