Cuentos de Aventura

El Viaje de Altair

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

En un rincón olvidado del universo, donde las estrellas titilan con secretos no descubiertos, vivía una niña llamada Altair. Su nombre, tomado de una de las estrellas más brillantes en el cielo nocturno, era un presagio de su destino, uno lleno de luz y exploraciones sin límites. Altair sentía que no encajaba en su mundo; ni en su casa resonaban sus sueños, ni en la escuela entendían su sed de aventuras.

Un día, mientras las nubes se escondían tras el sol y los otros niños jugaban en los columpios del parque, Altair tomó la decisión que cambiaría su vida para siempre. Convencida de que su lugar no estaba allí, se dirigió al antiguo hangar donde su abuelo guardaba los restos de cohetes y naves espaciales. Con la destreza que solo poseen aquellos movidos por una pasión inquebrantable, construyó su propia nave espacial a partir de viejas piezas y un motor que parecía susurrarle promesas de infinito.

La noche antes de su gran viaje, Altair miró las estrellas desde la ventana de su habitación. Le parecía que cada una de ellas la animaba a seguir adelante, a buscar su propio lugar en el cosmos. Con una mochila cargada de mapas estelares y un viejo libro de astronomía que había pertenecido a su abuela, se despidió silenciosamente de su hogar.

El despegue fue un canto a la libertad; los motores rugieron con la fuerza de mil cometas, y en un abrir y cerrar de ojos, Altair estaba surcando el espacio, más allá de la atmósfera que había sido su cuna y su prisión. No tardó en encontrarse con un grupo de niños espaciales, aventureros como ella, que habían formado una pequeña colonia en un asteroide no muy lejano. Cada uno de ellos había llegado allí buscando algo que los mundos de origen no podían ofrecerles.

Juntos, compartieron historias y sueños bajo el manto estelar, aprendiendo unos de otros la valiosa lección de que la diferencia es el tejido con el que se borda el universo. Sin embargo, la aventura no tardó en llamar a su puerta una vez más.

Una anomalía gravitatoria los sacó de órbita durante una exploración rutinaria, y su nave fue atraída por un planeta desconocido, forzándolos a realizar un aterrizaje de emergencia. El planeta estaba cubierto de junglas de cristal y montañas que parecían esculpidas por gigantes. Fue en este lugar, enfrentando peligros y maravillas inimaginables, donde Altair encontró su verdadero lugar.

El grupo de niños, unidos por la adversidad, aprendió a trabajar en equipo y a confiar en sus propias capacidades. Descubrieron plantas que cantaban al amanecer y criaturas que bailaban con las auroras. Altair, con su innato liderazgo, guió al grupo no solo a sobrevivir, sino a prosperar en el nuevo entorno.

Finalmente, repararon la nave y decidieron continuar explorando juntos, pero ahora, con un sentido renovado de propósito. Altair había descubierto que su hogar no era un lugar, sino un estado de corazón y mente que encontraba resonancia en las estrellas y en los lazos que había formado con sus amigos.

Al volver a surcar el espacio, Altair y sus amigos sabían que, dondequiera que los llevara su viaje, siempre tendrían un hogar entre ellos y en los incontables mundos que esperaban ser descubiertos. Y así, entre risas y sueños compartidos, continuaron su viaje, cada estrella en el camino un recordatorio de que el universo, en su vastedad, está lleno de infinitas posibilidades para aquellos dispuestos a buscar su lugar en él.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario