Había una vez una niña muy especial llamada María. María tenía cabellos rubios como los rayos del sol y ojos claros como el cielo en un día despejado. Vivía en una casa llena de alegría junto a su padre Jaime y su madre Macarena.
Jaime, su padre, tenía el pelo castaño y ojos marrones, y compartía con María una pasión muy especial: ¡el fútbol! Cada vez que jugaba su equipo favorito, el Real Madrid, se sentaban juntos frente al televisor, vistiendo sus camisetas del equipo, llenos de emoción.
Macarena, su madre, siempre sonreía al verlos tan felices. A ella también le gustaba el fútbol, pero lo que más disfrutaba era ver cómo padre e hija compartían esos momentos tan especiales.
Un día, mientras María y Jaime se preparaban para ver un importante partido del Real Madrid, ocurrió algo mágico. Justo cuando el partido iba a comenzar, la televisión comenzó a parpadear y, de repente, ¡María y Jaime se encontraron dentro del estadio del Real Madrid!
«¡Papá, mira! Estamos en el estadio,» exclamó María, asombrada.
Jaime, igualmente sorprendido, miró a su alrededor. Estaban rodeados de miles de aficionados, todos animando a su equipo favorito. El césped estaba tan verde y perfecto que parecía sacado de un sueño.
Mientras exploraban este mundo mágico, María y Jaime conocieron a algunos de los jugadores del Real Madrid. María estaba emocionada de conocer a sus héroes en persona. Los jugadores les mostraron cómo calentar antes del partido y les enseñaron algunos trucos con el balón.
Luego, algo aún más increíble sucedió. El entrenador del equipo los vio y les dijo: «Necesitamos dos aficionados especiales para ayudarnos hoy. ¿Quieren unirse a nosotros?»
María y Jaime no podían creer lo que escuchaban. ¡Iban a ser parte del equipo por un día! Rápidamente, se pusieron los uniformes del Real Madrid y se unieron al equipo en el campo.
El estadio estaba lleno de emoción. María y Jaime, vestidos como jugadores del Real Madrid, se sentían como verdaderas estrellas. El árbitro pitó el inicio del partido, y el juego comenzó.
María estaba tan emocionada que su corazón latía muy fuerte. Miró a su alrededor y vio a miles de personas animando. Era un sueño hecho realidad. Jaime, a su lado, también estaba asombrado. Juntos, pasaron el balón, corrieron por el campo y disfrutaron cada momento del partido.
En un momento emocionante del partido, uno de los jugadores del Real Madrid pasó el balón a María. Con todos los ojos puestos en ella, María recordó todo lo que había aprendido de su padre sobre fútbol. Tomó una profunda respiración, corrió con el balón, esquivó a un jugador del equipo contrario y… ¡Gol! María había anotado.
El estadio estalló en aplausos. María no podía creer lo que acababa de hacer. Había anotado un gol en un partido real del Real Madrid. Su padre la abrazó orgulloso. «¡Lo hiciste increíble, María!» Exclamó Jaime.
Después del partido, los jugadores del Real Madrid felicitaron a María y a Jaime por su increíble juego. Habían ayudado al equipo a ganar el partido. Fue un día que nunca olvidarían.
Cuando el partido terminó, María y Jaime se encontraron de vuelta en su sala, justo frente al televisor. El partido había terminado y su equipo había ganado. Se miraron el uno al otro, preguntándose si todo había sido un sueño.
Macarena entró en la sala con una gran sonrisa. «¿Disfrutaron del partido?» Preguntó.
María y Jaime se miraron y sonrieron. «Fue el mejor partido de nuestras vidas,» respondió Jaime, dando un guiño a María.
Desde ese día, cada vez que veían un partido de fútbol, recordaban su increíble aventura en el estadio del Real Madrid. Y aunque nunca supieron si había sido real o solo un sueño, para María y Jaime, fue una experiencia que siempre llevarían en sus corazones.
Cuentos cortos que te pueden gustar
Emy y la Doctora Mágica
La Banda del Bosque
El Gran Rascacielos: La Aventura de Andrés David
Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.