Había una vez un niño llamado Camilo que vivía con su mamá Isis y su hermana Nina Yesi. Un día, decidieron ir de vacaciones a una isla muy especial. Esta isla no era como cualquier otra, ¡era una isla donde vivían dinosaurios! Camilo estaba muy emocionado porque siempre había soñado con conocer a estos enormes animales.
Al llegar a la isla, fueron recibidos por un guía muy amable que les explicó las reglas para estar seguros y respetar a los dinosaurios. «Recuerden, los dinosaurios de esta isla son muy amigables, pero es importante no molestarlos,» dijo el guía con una sonrisa.
La primera mañana, Camilo, Mamá Isis y Nina Yesi decidieron explorar la selva. Camilo llevaba una mochila llena de provisiones y una libreta para anotar todo lo que veía. Nina Yesi, que era muy curiosa, llevaba una lupa para observar de cerca las plantas y los insectos.
Mientras caminaban por un sendero, escucharon un sonido fuerte y rítmico. ¡Boom! ¡Boom! ¡Boom! «¿Qué será eso?» preguntó Nina Yesi con los ojos muy abiertos. Mamá Isis les dijo que debía ser un dinosaurio grande. Siguiendo el sonido, llegaron a un claro donde encontraron a un enorme brontosaurio comiendo hojas de un árbol muy alto.
«¡Wow! ¡Es gigante!» exclamó Camilo. El brontosaurio se giró y los miró con sus grandes ojos amables. Mamá Isis les recordó que fueran respetuosos y que no hicieran ruidos fuertes. Se acercaron lentamente y el brontosaurio bajó su cabeza para olerlos. Camilo se atrevió a acariciar su piel áspera y sonrió. «Es muy suave,» dijo sorprendido.
Después de un rato, continuaron su camino y llegaron a un río cristalino. Allí, vieron a varios triceratops bebiendo agua. Los triceratops tenían tres cuernos y un collar grande alrededor de su cuello. Nina Yesi estaba fascinada y usó su lupa para ver de cerca sus escamas. Los triceratops levantaron la cabeza y parecieron sonreírles antes de volver a beber agua.
Mientras exploraban, encontraron una cueva oscura y misteriosa. «¿Entramos?» preguntó Camilo, un poco nervioso pero muy emocionado. Mamá Isis dijo que debían ser muy valientes y tener cuidado. Encendieron sus linternas y entraron en la cueva.
Dentro de la cueva, encontraron huellas de dinosaurios en el suelo. Camilo las dibujó en su libreta y Nina Yesi encontró fósiles de plantas antiguas. Mamá Isis les explicó cómo esas plantas existieron hace millones de años, en la época de los dinosaurios.
De repente, escucharon un sonido suave como un ronquido. Se acercaron con cuidado y vieron a un pequeño dinosaurio dormido en un rincón. «Parece un bebé dinosaurio,» dijo Mamá Isis. El pequeño dinosaurio abrió los ojos y los miró con curiosidad. No parecía tener miedo, más bien estaba feliz de verlos.
Pasaron el resto del día jugando con el bebé dinosaurio y aprendiendo más sobre la isla. Camilo, Mamá Isis y Nina Yesi estaban muy felices de haber hecho nuevos amigos dinosaurios y aprendieron mucho sobre ellos.
Finalmente, el sol comenzó a ponerse y era hora de regresar al campamento. Mientras caminaban de vuelta, Camilo miró el cielo lleno de estrellas y dijo: «Este ha sido el mejor día de mi vida.» Mamá Isis y Nina Yesi estuvieron de acuerdo.
De regreso en el campamento, cenaron alrededor de una fogata y compartieron historias sobre los dinosaurios que habían conocido. Mamá Isis les dijo que, aunque los dinosaurios eran diferentes y vivían en un tiempo muy antiguo, podían enseñarnos muchas cosas sobre la naturaleza y la importancia de cuidar nuestro planeta.
Esa noche, Camilo se quedó dormido soñando con más aventuras en la isla de los dinosaurios, seguro de que aún había muchos más secretos por descubrir. Y así, la familia disfrutó de unas vacaciones inolvidables, llenas de descubrimientos y nuevos amigos prehistóricos.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.