Cuentos de Aventura

La Mejor Excursión de Mi Vida

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 4 minutos

Español

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Recuerdo claramente la mejor excursión de mi vida. Fue un día emocionante lleno de risas, descubrimientos y aventuras. Todo comenzó temprano en la mañana, cuando nos encontramos en la escuela para tomar el autobús que nos llevaría a nuestra aventura. Me senté al lado de mi mejor amigo, Coto. Edison y yo estábamos emocionados, y durante el viaje en autobús, contamos chistes y compartimos historias divertidas. Nos reímos tanto que las lágrimas nos corrían por las mejillas. El viaje duró unos 20 minutos, pero pasó volando debido a lo bien que la estábamos pasando.

Finalmente, llegamos a nuestro destino: una granja educativa situada en las afueras de la ciudad. Al bajar del autobús, el aire fresco y limpio nos recibió, y podíamos ver los extensos campos verdes y los animales pastando tranquilamente. La granja estaba llena de vida y energía, con vacas, caballos, ovejas y cabras por todas partes. Nos recibieron los granjeros, quienes nos dieron una cálida bienvenida y nos explicaron lo que íbamos a hacer durante el día.

Nuestro primer destino fue el establo de las vacas. Allí, el granjero nos mostró cómo ordeñar una vaca y nos explicó la importancia de la leche en nuestra dieta diaria. Nos dejaron intentar ordeñar una vaca nosotros mismos, lo cual fue una experiencia única. Aunque al principio me sentí un poco nervioso, pronto me di cuenta de que las vacas eran muy amables y pacientes. Edison y yo nos reímos mucho al ver cómo algunos de nuestros compañeros se asustaban un poco al principio, pero todos terminamos disfrutando la actividad.

Después de visitar el establo de las vacas, nos llevaron a la zona de los caballos. Aquí, aprendimos sobre el cuidado de estos majestuosos animales. Nos mostraron cómo cepillarlos y alimentarlos. Edison y yo estábamos fascinados por la belleza y la fuerza de los caballos. Incluso nos dejaron dar un pequeño paseo en uno de los caballos, lo cual fue increíble. Sentir la brisa en mi cara mientras cabalgaba fue una sensación de libertad que nunca olvidaré.

El siguiente lugar que visitamos fue el corral de las ovejas. Allí, el granjero nos enseñó cómo esquilar una oveja. Fue sorprendente ver cuánta lana se podía obtener de una sola oveja. Nos explicaron cómo la lana se convierte en hilo y luego en ropa, lo cual me pareció muy interesante. Edison y yo intentamos esquilar una oveja bajo la supervisión del granjero. Fue un desafío, pero también muy divertido.

Más tarde, nos dirigimos al área de las cabras. Las cabras eran muy juguetonas y curiosas. Nos reímos mucho viendo cómo saltaban y corrían por todas partes. Incluso había cabritas bebés que eran adorables. Nos dieron la oportunidad de alimentar a las cabras con botellas de leche, lo cual fue una experiencia muy tierna y especial. Edison y yo disfrutamos mucho interactuando con estos animales tan amigables.

Después de pasar la mañana explorando la granja y aprendiendo sobre los animales, llegó la hora del almuerzo. Nos llevaron a una zona de pícnic, donde nos sentamos en mantas y disfrutamos de nuestras comidas. Compartimos nuestros bocadillos y jugos, y continuamos contando historias y riendo juntos. El almuerzo al aire libre, rodeado de la naturaleza y en compañía de buenos amigos, fue realmente especial.

Después de comer, los granjeros nos sorprendieron con una actividad especial: ¡una búsqueda del tesoro! Nos dividieron en equipos y nos dieron un mapa con pistas para encontrar varios objetos escondidos por toda la granja. Edison y yo formamos un equipo y comenzamos nuestra búsqueda con entusiasmo. Recorrimos todos los rincones de la granja, siguiendo las pistas y resolviendo acertijos. Fue una aventura emocionante y llena de risas. Finalmente, nuestro equipo encontró el tesoro escondido: una caja llena de golosinas y pequeños juguetes.

Con el sol comenzando a bajar en el horizonte, supimos que era hora de regresar a la escuela. Subimos al autobús con una sensación de satisfacción y alegría. El viaje de regreso estuvo lleno de charlas sobre lo que habíamos vivido y de planes para futuras aventuras.

Al llegar a la escuela, nos despedimos de los granjeros y agradecimos por la maravillosa experiencia que nos habían brindado. Edison y yo nos fuimos a casa con una sonrisa en el rostro, sabiendo que habíamos vivido un día inolvidable.

Esa excursión a la granja educativa no solo me enseñó mucho sobre los animales y la vida en el campo, sino que también reforzó la amistad con mis compañeros y me dejó recuerdos que atesoraré para siempre. Fue, sin duda, la mejor excursión de mi vida.

Fin.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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