La nieve caía suavemente sobre el pequeño pueblo de Evergreen, cubriendo las calles y casas con un manto blanco. La Navidad estaba cerca y el pueblo se estaba preparando para la festividad más importante del año. Juan, un joven de 11 años, se sentía emocionado al pensar en la celebración. Amaba la Navidad, con sus luces, música y, por supuesto, regalos.
Juan vivía con sus padres en una pequeña casa en el centro del pueblo. Su padre era el dueño de la tienda de juguetes más popular del pueblo, y Juan solía ayudarlo a vender juguetes y a preparar la tienda para la Navidad. Su madre, por otro lado, era una excelente cocinera y se encargaba de preparar los platos típicos de la Navidad, como el pavo y el pastel de frutas.
Mientras Juan ayudaba a su padre en la tienda, escuchaba a los clientes hablar sobre la llegada de Santa Claus. Algunos decían que Santa era real, mientras que otros pensaban que era solo una leyenda. Juan no sabía qué creer, pero esperaba que Santa fuera real, porque le gustaría mucho conocerlo.
Una noche, mientras Juan se acostaba, escuchó un ruido extraño proveniente del ático de su casa. Se levantó de la cama y subió al ático para investigar. Al llegar, se encontró con un viejo hombre barbudo y con un sombrero rojo. Era Santa Claus.
Santa se presentó y le dijo a Juan que necesitaba su ayuda. Le explicó que había un problema en el Polo Norte, y que alguien había robado la lista de buenos y malos. Sin la lista, Santa no podría llevar regalos a los niños la noche de Navidad. Juan se ofreció a ayudar a Santa, y juntos idearon un plan para recuperar la lista.
Santa le dio a Juan un papel que contenía un mapa del Polo Norte, y le dijo que debían llegar allí lo antes posible. Juan se vistió con ropa abrigada y se despidió de su familia, sin decirles nada sobre su aventura. Santa y Juan se subieron a una pequeña nave espacial que Santa había traído consigo, y despegaron hacia el Polo Norte.
Durante el viaje, Santa le contó a Juan sobre su vida en el Polo Norte. Le dijo que vivía allí con su esposa, la Sra. Claus, y con una gran cantidad de elfos que se encargaban de hacer los juguetes. Santa también le habló sobre su trabajo, y cómo se dedicaba a llevar regalos a los niños buenos de todo el mundo.
Después de algunas horas de viaje, la nave espacial aterrizó en el Polo Norte. Juan se sorprendió al ver un lugar tan hermoso, lleno de nieve y luces. Santa y Juan se bajaron de la nave y se dirigieron hacia el taller de Santa, donde se hacían los juguetes.
Al llegar al taller, se encontraron con un grupo de elfos que se estaban preparando para la Navidad. Santa les explicó la situación y les pidió ayuda para encontrar a la persona que había robado la lista. Los elfos se ofrecieron a ayudar, y juntos comenzaron a buscar pistas.
Después de un rato de buscar, encontraron una pista que los llevó a un lugar secreto debajo del taller. Allí, se encontraron con un hombre malvado que se llamaba Jack. Jack era un antiguo empleado de Santa que se había vuelto malo después de ser despedido.
Jack les dijo que había robado la lista para vengarse de Santa, que no le había dado el trabajo que él quería. Santa le ofreció a Jack una segunda oportunidad, pero Jack se negó. En su lugar, los amenazó con quemar la lista, lo que significaría que los niños no recibirían regalos la noche de Navidad.
Santa y Juan sabían que tenían que actuar rápidamente. Juan recordó un truco que había aprendido en la escuela, y se ofreció a distraer a Jack mientras Santa intentaba recuperar la lista. El plan funcionó, y Santa logró recuperar la lista.
Con la lista recuperada, Santa y Juan regresaron a la nave espacial y volaron de regreso a Evergreen. Juan se emocionó al ver a su familia y a sus amigos, que estaban celebrando la Navidad sin saber que él había estado en una aventura tan emocionante.
La noche de Navidad, Juan se acostó temprano, ansioso por ver a Santa Claus nuevamente. Al día siguiente, cuando se despertó, encontró un regalo debajo del árbol. Era un pequeño globo que brillaba en la oscuridad. La nota que venía con el globo decía: «Gracias por tu ayuda, Juan. Recuerda que la verdadera magia de la Navidad está en el corazón».
Juan se sintió emocionado al recibir el regalo, y supe que siempre recordaría su aventura con Santa Claus. La Navidad había sido un éxito, y Juan sabía que siempre tendría un amigo especial en el Polo Norte.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.