Cuentos de Aventura

Los Tres Valientes Exploradores del Bosque Encantado con su Fiel Compañero Bubu

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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En un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos, había tres valientes amigos: Ellary, Alexandre y Maylé. Ellos eran conocidos por su espíritu aventurero y su curiosidad insaciable. Juntos, exploraban cada rincón de su vecindario y soñaban con descubrir cosas nuevas. Pero, lo que realmente hacía sus aventuras aún más emocionantes era su fiel compañero, un perro travieso y cariñoso llamado La Bubu.

Un día, mientras los cuatro amigos se reunían en el parque, escucharon un rumor que circulaba entre los niños del lugar. Se decía que en el Bosque Encantado, que se encontraba más allá de la colina, había un tesoro escondido. Todos los niños hablaban de ella, pero nadie se había atrevido a entrar en ese bosque misterioso. Decididos a ser los primeros en descubrirlo, Ellary dijo: «¡Vamos a buscar ese tesoro! ¡Seguro que encontramos algo increíble!»

Alexandre, siempre muy entusiasta, saltó de alegría: «¡Sí! ¡Seremos los mejores exploradores del mundo!» Maylé sonrió con complicidad, mientras acariciaba a La Bubu, que movía la cola emocionado y ladraba como si también quisiera participar en la aventura.

Así fue como, un soleado día de primavera, los tres amigos y su leal perro se pusieron en marcha hacia el Bosque Encantado. Con sus mochilas llenas de bocadillos y un mapa dibujado por ellos mismos, no podían contener la emoción. El camino estaba lleno de flores coloridas y mariposas que revoloteaban a su alrededor. «¡Mira, Ellary! ¡Esa mariposa tiene los colores del arcoíris!» exclamó Maylé, fascinada.

Cuando llegaron a la entrada del bosque, un gran arco de ramas y hojas los recibió. Era como si el bosque mismo los estuviera invitando a entrar. Sin dudarlo, cruzaron el umbral y se encontraron en un mundo diferente. A medida que avanzaban, los árboles eran más altos y sus hojas brillaban con una luz especial. La Bubu corría felizmente, olfateando todo lo que encontraba.

De repente, escucharon un suave susurro. «¿Quién osa entrar en el Bosque Encantado?» Era una voz melodiosa que resonaba entre las ramas. Los amigos se miraron entre sí con sorpresa, pero no tenían temor. «¡Somos Ellary, Alexandre, Maylé y La Bubu! Venimos en busca de un tesoro escondido,» declaró Alexandre con valentía.

Apareció ante ellos un hada diminuta, con alas resplandecientes. Su cabello era de oro y su vestido estaba hecho de pétalos de flores. «Soy Nysara, el hada del bosque. El tesoro que buscan no es oro ni joyas, sino algo mucho más valioso,» explicó con una sonrisa. «Solo quienes tienen corazones valientes pueden encontrarlo. ¿Están listos para la aventura?»

Los amigos asintieron emocionados. Nysara les dijo que para encontrar el tesoro, debían superar tres pruebas. La primera sería cruzar el Lago de los Espejos, donde las aguas reflejaban no solo el exterior, sino también los miedos de cada uno. «¡Vamos, yo seré el primero!» exclamó Ellary, desenfrenada.

Cuando llegó al borde del lago, miró su reflejo y vio su propio rostro. Pero de repente, la imagen se oscureció y apareció un monstruo aterrador. Un gran dragón que le decía que no era valiente y que nunca podría cruzar el lago. Ellary se asustó, pero recordó que siempre había enfrentado sus miedos. «¡No soy un monstruo! Soy Ellary, una exploradora valiente,» gritó, y el dragón desapareció, haciendo que el agua se cristalizara nuevamente.

Alexandre lo siguió, sintiéndose nervioso. Al mirar su reflejo, vio a un gigante que lo desafiaba a luchar y le decía que no era lo suficientemente fuerte. Sin embargo, recordó todos los momentos en que había sido fuerte y había ayudado a sus amigos. «¡Soy fuerte y capaz! ¡No tengo miedo!» dijo, y el gigante se desvaneció.

Maylé fue la última en cruzar, y su reflejo le mostró una sombra que la llamaba a rendirse, a no seguir intentando. Pero ella levantó la cabeza y, con firmeza, dijo: «No me rendiré. Siempre seguiré adelante.» Así, la sombra desapareció también, y todos lograron cruzar el lago.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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