Cuentos de Aventura

Raíces de amor, hojas de sabiduría

Lectura para 2 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

En un pequeño pueblo rodeado de montañas y valles, Mami Cheki y Jorge Luis vivían en una casa llena de amor y risas. Mami Cheki era una mujer sabia y bondadosa, con un corazón lleno de compasión y amor. Jorge Luis, por otro lado, era un niño curioso y aventurero, siempre dispuesto a explorar y descubrir nuevas cosas.

Un día, mientras estaban sentados en el jardín, contemplando la belleza de la naturaleza, Mami Cheki se volvió hacia Jorge Luis y le dijo: «Hijo, hoy quiero llevarte a un lugar muy especial. Un lugar donde aprenderás sobre la importancia de las raíces y las hojas». Jorge Luis se emocionó y se puso de pie, listo para la aventura.

Mami Cheki y Jorge Luis salieron de la casa y se dirigieron hacia un bosque cercano. Caminaron por un sendero estrecho y serpenteante, rodeado de árboles altos y frondosos. El sol brillaba a través de las hojas, creando un efecto mágico y encantador. Jorge Luis se maravillaba de la belleza del bosque y preguntaba a Mami Cheki sobre cada árbol y cada flor que veían.

Después de un rato de caminar, llegaron a un claro en el bosque. En el centro del claro había un árbol grande y antiguo, con un tronco grueso y raíces profundas. Mami Cheki se acercó al árbol y le puso la mano en el tronco. «Esto es un árbol sabio», dijo. «Sus raíces han crecido por siglos, absorbiendo la sabiduría de la tierra. Y sus hojas han visto el paso del tiempo, acumulando conocimiento y experiencia».

Jorge Luis miraba el árbol con ojos admirados. De repente, escuchó un ruido detrás de él. Se volvió y vio a un pequeño conejo que había salido de la maleza. El conejo era tierno y juguetón, con ojos brillantes y una cola larga. Mami Cheki sonrió y dijo: «Ah, aquí viene nuestro amigo el conejo. Se llama Lorenzo».

Lorenzo se acercó a Jorge Luis y empezó a jugar con él. Jorge Luis se rió y corrió detrás del conejo, persiguiéndolo por el claro. Mami Cheki se sentó en la base del árbol y observó a los dos amigos jugar. Después de un rato, Jorge Luis se acercó a Mami Cheki y le preguntó: «Mami, ¿por qué este árbol es tan especial?»

Mami Cheki sonrió y comenzó a explicarle. «Este árbol es especial porque ha crecido con amor y cuidado. Sus raíces han absorbido la sabiduría de la tierra, y sus hojas han visto el paso del tiempo. Pero lo que lo hace verdaderamente especial es que ha aprendido a compartir su sabiduría con otros. Sus raíces han creado una red de amor y apoyo, que llega a todos los seres vivos que lo rodean».

Jorge Luis miraba a Mami Cheki con ojos reflexivos. Entendió que el árbol no solo era especial por sí mismo, sino por la forma en que se relacionaba con los demás. Lorenzo, el conejo, se acercó a ellos y se sentó junto a Jorge Luis. Mami Cheki continuó explicando: «Justo como este árbol, nosotros también podemos crecer y aprender a compartir nuestro amor y nuestra sabiduría con otros. Podemos crear una red de amor y apoyo que llegue a todos los seres vivos que nos rodean».

Jorge Luis sonrió y abrazó a Mami Cheki. Sentía que había aprendido algo muy importante ese día. Lorenzo, el conejo, también sonrió y se acurrucó junto a Jorge Luis. Los tres se sentaron en silencio por un momento, disfrutando del amor y la conexión que compartían.

Después de un rato, Mami Cheki se puso de pie y dijo: «Es hora de regresar a casa, hijos. Pero recuerden siempre la lección del árbol sabio. Crecer con amor y compartir nuestra sabiduría con otros es la clave para crear un mundo más amoroso y armonioso».

Jorge Luis y Lorenzo se despidieron del árbol y del claro, y regresaron a la casa con Mami Cheki. Desde ese día, Jorge Luis siempre recordó la lección del árbol sabio, y se esforzó por compartir su amor y su sabiduría con los demás. Y Lorenzo, el conejo, se convirtió en un amigo cercano y querido de la familia.

Al final del día, Jorge Luis se acostó en su cama, sonriendo y sintiendo la paz y la seguridad que provenían de saber que estaba rodeado de amor y apoyo. Mami Cheki lo besó en la frente y le dijo: «Recuerda siempre, hijo, que las raíces de amor y las hojas de sabiduría están dentro de ti. Comparte tus dones con el mundo, y siempre estarás conectado con la sabiduría y el amor del universo».

Y con esas palabras de amor y sabiduría, Jorge Luis se durmió sonriendo, listo para enfrentar nuevas aventuras y compartir su amor y sabiduría con el mundo.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario