En un rincón lejano del universo, existía un mundo magnífico llamado Digital, donde la tecnología y la magia se entrelazaban como hilos de un mismo tapiz. En este reino, todo era posible, desde robots que podían hablar hasta flores que iluminaban la noche con colores brillantes. En el centro del reino se alzaba un majestuoso castillo de cristal, donde vivía la Princesa Ancien, una joven de once años con una curiosidad insaciable por el mundo que la rodeaba.
La Princesa Ancien era conocida por su inteligencia y su enorme corazón. Siempre que alguien en el reino tenía un problema, ella estaba lista para ayudar con su ingenio. Era la única hija del Rey Ardent y la Reina Lúmina, quienes, aunque amaban a su hija, tenían una creencia firme: la tecnología siempre debía utilizarse con sabiduría. Por eso, de pequeña, le enseñaron a respetar tanto la magia como la tecnología, a no dejarse llevar por la emoción del poder sin pensar en las consecuencias.
Un día, mientras exploraba la biblioteca del castillo, Ancien descubrió un viejo libro cubierto de polvo. Intrigada, lo abrió y encontró que estaba lleno de imágenes de máquinas fantásticas y notas sobre una tecnología mágica que podía cambiar el mundo. Huellas de un antiguo inventor llenaban aquellas páginas, y la Princesa no podía dejar de preguntarse cómo funcionaban esos artefactos. Sin embargo, en una de las páginas, encontró una advertencia que decía: “El poder sin control puede traer consecuencias desastrosas.” A pesar del aviso, su curiosidad la llevó a querer experimentar con una de estas invenciones.
Con el espíritu de aventura encendido, Ancien decidió que debía tener un mentor. Pensó en el sabio inventor del reino, un hombre anciano llamado Maestro Gear. Él había creado muchos de los artefactos mágicos que llenaban el reino de maravillas. Así que, con un plan en mente, se adentró en el bosque donde vivía el maestro, un bosque que parecía danzar con luces y sonidos.
Al llegar a la choza de Maestro Gear, Ancien tocó la puerta con suavidad. El viejo inventor, con su cabello canoso desordenado y su chaqueta llena de herramientas, la recibió con una sonrisa. “¡Ah, la Princesa Ancien! ¿Qué te trae a mi rincón del bosque?” le preguntó con curiosidad, sintiendo la energía que emanaba de la joven princesa.
“Maestro Gear, he encontrado un antiguo libro sobre tecnología mágica y me gustaría aprender a crear algo asombroso. Quiero entender cómo funciona y cómo puedo ayudar a nuestro reino”, respondió Ancien con entusiasmo.
El inventor se quedó pensativo por un momento. “La curiosidad es una fuerza poderosa, querida princesa. Sin embargo, debes ser consciente de que los conocimientos que adquieras son como el fuego: pueden calentar, pero también quemar. ¿Estás lista para esta aventura?” Ancien, llena de determinación, asintió con la cabeza.
Durante las semanas siguientes, la Princesa Ancien se convirtió en la aprendiz de Maestro Gear. Juntos, crearon todo tipo de inventos, desde lámparas que iluminaban con energía solar hasta pequeños robots que podían cosechar frutas en los campos del reino. Ancien estaba fascinada y su mentalidad crecía cada vez más. Pero cuanto más aprendía, más se sentía atraída por un apartado del libro que contenía un invento que se decía tenía el poder de conectar a las personas de una forma única y mágica, algo así como un “puente de pensamientos”.
Un día mientras trabajaban en su taller, Ancien decidió que era el momento de preguntarle al maestro sobre el invento. “Maestro Gear, ¿podemos intentar crear el puente de pensamientos? Me parece que podría ser de mucha ayuda para el reino. Podría unir a las personas y ayudarlas a entenderse mejor.”
El viejo inventor frunció el ceño, recordando la advertencia del libro. “Es un invento poderoso, mi querida. He leído sobre sus potenciales, pero también de sus peligros. Un mal uso podría causar malentendidos, o incluso peleas entre quienes lo usan. ¿Estás segura de que deseas proceder?”
Ancien, impaciente, respondió: “Creo que puedo controlarlo. Puedo ayudar a la gente a comunicarse mejor y solucionar conflictos. ¿No sería maravilloso?”
Finalmente, luego de muchas discusiones, Maestro Gear accedió a ayudarla, aunque con un ligero temor en su corazón. Juntos comenzaron a trabajar en el invento, usando piezas metálicas, cristales refulgentes y energía mágica que se extraía del aire. Después de varias semanas de arduo trabajo, por fin, la máquina tomó forma: un enorme dispositivo que parecía un gran arco iris de luces y colores.
El día del gran estreno llegó. Ancien había invitado a todos los habitantes del reino para que fueran testigos de la magia que había creado junto con Maestro Gear. Se encontraba nerviosa y emocionada. El gran salón del castillo estaba lleno de un murmullo alegre mientras la gente se acomodaba en sus asientos. Ancien, con una gran sonrisa, se dirigió a la multitud.
“Queridos amigos de Digital, hoy les presento un invento que cambiará la forma en que nos comunicamos. Con este puente de pensamientos, podremos entendernos sin necesidad de palabras.” Aplicando su magia y conocimientos, activó la máquina.
Las luces comenzaron a girar y a emitir una melodía suave. Todos los rostros en la sala mostraron asombro. De repente, cada persona sintió una conexión especial, como si sus pensamientos se entrelazaran. Ancien podía ver sus emociones, sus sueños y sus preocupaciones a través del arco de luces. Era un espectáculo increíble, pero también comenzó a notar algo extraño.
Entre la multitud, un joven llamado Tarek, quien había sido amigo de la infancia de Ancien, estaba recibiendo las emociones de otros de manera abrumadora. Tarek, que siempre había sido tímido, se sintió invadido por pensamientos que no eran los suyos. Vio las tristezas y preocupaciones de los otros y, de repente, empezó a gritar.
“¡Basta! ¡No puedo soportar esto! Gente, ¡no saben cuánto dolor llevan consigo!” gritó, mientras se llevaba las manos a la cabeza. La atmósfera, que había empezado con alegría, se tornó en caos. Personas comenzaron a discutir ante la tensión que la máquina había desatado.
digital.