Cuentos Clásicos

El Gran Escape de Magoo y Oso en el Bosque Mágico

Lectura para 2 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de colinas y campos floridos, un colorido circo que cada año visitaba para alegría de todos, especialmente de los niños. En este circo, entre payasos, trapecistas y malabaristas, había dos amigos muy especiales: Magoo, un simpático y astuto payaso, y Oso, un gran oso marrón que sabía hacer todo tipo de trucos.

Magoo y Oso eran inseparables. Magoo siempre estaba inventando nuevas bromas y trucos, y Oso, con su gran inteligencia, lo seguía en todas sus aventuras. Juntos, hacían reír a todos en el circo con sus ocurrencias. Pero un día, algo inesperado sucedió.

Una noche de luna llena, mientras el circo dormía, Oso comenzó a soñar con el bosque que podía ver en la distancia. En su sueño, el bosque estaba lleno de árboles gigantes, ríos cristalinos y muchas criaturas amigables. Al despertar, Oso sintió un fuerte deseo de visitar ese lugar. Así que, muy silenciosamente, se escapó del circo y se adentró en el bosque.

Al amanecer, cuando Magoo se dio cuenta de que Oso no estaba, se preocupó mucho. Sabía que Oso nunca había estado solo en el bosque y podría perderse. Así que, sin perder un segundo, Magoo decidió ir en su búsqueda.

Magoo caminó durante horas, llamando a su amigo. Finalmente, lo encontró en una hermosa pradera, rodeado de mariposas y flores silvestres. Oso estaba feliz, pero también un poco asustado por estar solo. Magoo, con una sonrisa, le dijo: “Amigo, este bosque es maravilloso, pero juntos debemos regresar al circo. Todos nos están esperando”.

En ese momento, una luz brillante apareció frente a ellos. Era una hada del bosque, que había escuchado la preocupación de Magoo por su amigo. “Han demostrado una verdadera amistad”, dijo el hada. “Como recompensa, les concederé un deseo a cada uno”.

Oso deseó poder visitar el bosque siempre que quisiera, pero sin perder su hogar en el circo. Magoo, por su parte, deseó que el circo siempre tuviera un poco de la magia del bosque, para que todos pudieran sentir su belleza.

El hada, con una sonrisa, concedió ambos deseos. Desde ese día, Oso podía ir al bosque cuando quería, y el circo se llenó de magia y colores del bosque, atrayendo a personas de lugares lejanos para ver el maravilloso espectáculo de Magoo, Oso y sus amigos.

Magoo y Oso regresaron al circo, donde fueron recibidos con alegría y asombro. Contaron sus aventuras y todos se maravillaron con la magia que ahora rodeaba al circo.

Desde entonces, cada noche, después del último espectáculo, Magoo y Oso se sentaban bajo las estrellas a recordar su aventura en el bosque mágico. Y así, su amistad se hizo más fuerte, y la magia del bosque y del circo brilló más intensa que nunca.

Y así termina la historia de Magoo y Oso, dos amigos que nos enseñan que la verdadera amistad y un poco de magia pueden hacer que cualquier sueño se haga realidad.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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