Cuentos Clásicos

Gaspar y Tomás, los Hermanos Juntos

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez, en un pequeño pueblo, dos hermanos llamados Gaspar y Tomás. Gaspar era un niño pequeño, con una gran sonrisa y ojos brillantes, mientras que Tomás era un poco mayor, con cabellos oscuros y una gran responsabilidad. Aunque se querían mucho, no podían pasar tanto tiempo juntos como deseaban, porque iban a diferentes escuelas. Tomás iba a la escuela primaria, mientras que Gaspar aún asistía al jardín infantil.

Gaspar se sentía triste porque no podía estar con su hermano mayor durante todo el día, y Tomás, aunque disfrutaba de su escuela, también extrañaba mucho a su hermanito. Un día, mientras caminaban hacia sus respectivas escuelas, Gaspar le preguntó a Tomás:

—¿Por qué no podemos estar siempre juntos?

Tomás pensó por un momento y le respondió:

—Yo también lo deseo, pero ya sabes que yo voy a la primaria y tú al jardín infantil. No podemos estudiar en el mismo lugar.

Gaspar, con los ojos llenos de esperanza, miró a su hermano y le dijo:

—Tal vez el Viejito Pascuero pueda ayudarnos. ¿Tú crees que él pueda cumplir nuestro deseo?

Tomás sonrió y acarició la cabeza de su hermano.

—Puede ser, Gaspar. Siempre sucede algo mágico en Navidad.

Esa noche, Gaspar no pudo dormir, pensando en su deseo. Tenía la firme esperanza de que el Viejito Pascuero lo escuchara. Así que, al caer la noche, miró al cielo y pidió con todo su corazón:

—Querido Viejito Pascuero, por favor, ayúdanos. Mi hermano Tomás y yo queremos estar siempre juntos, estudiar en la misma escuela, jugar y aprender juntos todos los días.

El Viejito Pascuero, que estaba muy ocupado en su taller, escuchó el deseo de Gaspar y decidió hacerle un regalo muy especial. La magia de la Navidad era fuerte, y él sabía que hacer felices a los niños era lo más importante.

Al día siguiente, cuando Tomás y Gaspar se despertaron, notaron que algo había cambiado. Mamá y Papá los miraron con una gran sonrisa y les dijeron:

—¡Buenas noticias, chicos! El próximo año, Gaspar se unirá a la misma escuela que Tomás. Los dos podrán estudiar juntos.

Gaspar dio saltos de alegría, y Tomás no podía creer lo que escuchaba. ¡Su deseo se había hecho realidad! El Viejito Pascuero había cumplido su promesa.

El primer día de clases, Gaspar y Tomás caminaron juntos hacia la escuela. Aunque Gaspar era más pequeño y Tomás tenía que ser más responsable, ambos se sentían muy felices de estar juntos. Tomás cuidaba a su hermano, lo guiaba por los pasillos y lo acompañaba en el recreo.

—¡Mira, Tomás, mi primera clase en la escuela! —exclamó Gaspar con una gran sonrisa.

Tomás, orgulloso de su hermano menor, le respondió:

—Lo estás haciendo muy bien, Gaspar. Vas a ver que aprenderás muchas cosas.

Durante los días que siguieron, los dos hermanos fueron inseparables. Se sentaban juntos en clase, compartían juegos en el recreo y se ayudaban con las tareas. Tomás cuidaba de Gaspar y lo protegía, y Gaspar le sonreía siempre, sabiendo que estaba con la persona que más quería.

Mamá y Papá estaban muy contentos de ver a sus hijos tan felices. Aunque a veces Tomás se sentía un poco cansado de tener que cuidar a su hermano, siempre lo hacía con mucho amor y cariño. Sabía que tener a Gaspar cerca lo hacía sentir especial y que, juntos, podían enfrentar cualquier desafío.

Un día, mientras estaban jugando en el parque después de la escuela, Gaspar se acercó a su hermano y le dijo:

—Gracias, Tomás, por cuidarme todos los días. Estoy tan feliz de que ahora podamos estar siempre juntos.

Tomás lo abrazó y le respondió:

—Yo también estoy feliz, Gaspar. Aunque eres más pequeño, eres mi hermano y te quiero mucho. ¡Siempre estaré a tu lado!

Desde ese día, Gaspar y Tomás compartieron muchas aventuras y risas, aprendiendo juntos y creciendo juntos. No importaba si tenían que estudiar o hacer tareas; lo mejor era estar el uno con el otro, en la escuela, en casa y en el parque.

Y así, el deseo de los dos hermanos se hizo realidad gracias a la magia de la Navidad, porque el Viejito Pascuero siempre sabe cómo hacer que los sueños de los niños se cumplan. Y Gaspar y Tomás aprendieron que, aunque el tiempo pasa y las cosas cambian, lo más importante es el amor que tienen el uno al otro y lo felices que pueden ser cuando están juntos.

Fin.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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