Cuentos Clásicos

Unidas por la igualdad: un homenaje a la mujer uruguaya en el Día Internacional de la Mujer

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 4 minutos

Español

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Una mañana soleada en Montevideo, Paula, Marcelo, Mario y Nela se reunieron en el parque de su barrio. Era un lugar especial para ellos, lleno de árboles frondosos, columpios y una gran área verde donde podían jugar y soñar. Los cuatro amigos llevaban semanas planeando un proyecto para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, que se celebraba muy pronto. Habían decidido que querían crear una obra de teatro que resaltara la importancia de la igualdad y el papel de las mujeres en la sociedad.

«¡Debemos hacerlo algo que inspire!» exclamó Paula, desplegando un gran mapa del parque sobre la hierba. «Podríamos incluir historias de mujeres uruguayas que hicieron historia, como Delmira Agustini, la gran poeta.»

«Sí, ¡y también hablar de las luchas recientes!» añadió Nela, con emoción en sus ojos. «Pienso que es esencial mostrar cómo las mujeres de hoy siguen luchando por sus derechos.»

Mario, que era un poco más tímido, asintió con la cabeza. «Podríamos hacer un personaje que represente a todas esas mujeres valientes que han luchado y siguen luchando. ¿Qué les parece si la llamamos ‘La Voz de la Igualdad’?»

Marcelo, siempre el más curioso del grupo, observó a sus amigos con intriga. «Oigan, ¿por qué no le pedimos a Marcia que se una a nosotros? Ella es muy talentosa y le encanta actuar. Además, siempre está interesada en temas de igualdad.»

A todos les pareció una excelente idea. Marcia era la hermana mayor de Mario y había organizado actividades similares en su escuela. Así que decidieron ir a su casa para proponerle el proyecto.

Cuando llegaron, Marcia estaba en su habitación, rodeada de libros sobre la historia de las mujeres en Uruguay. Al ver a sus amigos, sonrió y los invitó a entrar. «Hola, chicos, ¿qué traen entre manos?»

Paula comenzó a explicarles su idea del teatro. Marcia escuchó atentamente y, tras unos momentos de reflexión, dijo: «Me encanta la idea. Puedo ayudarles con la dirección y además tengo unos trajes que pueden servirnos.» Sus ojos brillaban con entusiasmo.

Los cinco amigos se pusieron manos a la obra. Comenzaron a investigar sobre mujeres uruguayas influyentes y descubrieron muchas historias fascinantes. Aprendieron sobre la vida de las maestras que lucharon por la educación, las activistas que defendieron el voto femenino y las artistas que rompieron barreras en el mundo del arte.

«¿Y si comenzamos nuestra obra con un poema de Delmira Agustini?» propuso Nela un día en el parque. Todos estuvieron de acuerdo, y Paula se ofreció para leerlo al inicio de la obra.

Con el apoyo de Marcia, cada uno de ellos tomó un papel importante. Paula sería la narradora, que introducía cada parte de la historia. Marcelo se encargaría de interpretar a Delmira Agustini, Mario se transformaría en una activista de los años 60 que defendía el derecho al voto, Nela representaría a una joven artista contemporánea que luchaba por ser escuchada, y Marcia sería ‘La Voz de la Igualdad’, quien uniría todas las historias y mensajes.

Los días pasaron volando mientras se ensayaba en el parque. A veces lograban que otros niños se unieran para ver su progreso. Uno de esos días, mientras ensayaban, apareció un nuevo personaje en su vida, un niño que apenas habían visto antes. Se llamaba Lucas. Era nuevo en el barrio y parecía un poco tímido al acercarse.

«Hola,» dijo Lucas con voz suave. «¿Qué están haciendo?»

«Estamos preparando una obra de teatro sobre la igualdad y las mujeres uruguayas,» respondió Marcelo, con una gran sonrisa. «¡Es nuestra manera de celebrar el Día Internacional de la Mujer!»

Lucas, que había escuchado sobre el tema en la escuela, se interesó de inmediato. «¿Puedo unirme? Me gustaría poder ayudar.»

Los amigos se miraron y, tras un breve silencio, decidieron que sería una excelente adición al grupo. Lucas se les unió y, aunque al principio dudaba de sus habilidades, pronto encontró su lugar. Le dieron el papel de un joven periodista que soñaba con contar las historias de las mujeres valientes que habían hecho historia.

Con Lucas, el grupo sintió que el proyecto cobraba nueva vida. Era una aventura en la que todos llevaban una voz y una historia que contar.

Los últimos ensayos fueron frenéticos pero llenos de alegría. Con cada ensayo, la obra iba tomando forma y se llenaba de colores, risas y un profundo sentido de unión. El día de la presentación se aproximaba rápidamente, y aunque estaban un poco nerviosos, también estaban seguros de que su mensaje llegaría a quienes fueran a verlos.

Finalmente, llegó el tan esperado día. El parque se llenó de amigos, familiares y algunos vecinos que querían apoyar a los jóvenes actores. Paula, nerviosa pero emocionada, subió al improvisado escenario con el poema en mano. Mientras comenzaba a leer las palabras de Delmira Agustini, todos en la audiencia parecían concentrarse en el mensaje.

Marcelo, enfundado en su vestuario de época, interpretó a la reconocida poeta con pasión. Luego, Mario tomó el escenario, transformándose en un activista decidido a lograr un cambio en su sociedad. Nela brilló como la joven artista que hoy, al igual que sus antecesoras, buscaba hacerse un nombre en un mundo que a menudo ignoraba a las mujeres.

Finalmente, llegó el momento en que Marcia, como ‘La Voz de la Igualdad’, apareció en el escenario. Con voz firme y clara, pronunció palabras inspiradoras que resonaron en el corazón de cada asistente. “Todos tenemos un papel que desempeñar en esta lucha. No importa nuestro género, siempre debemos defender la igualdad.”

La obra terminó con aplausos y vítores. Cada uno de los amigos sintió una enorme satisfacción en su interior. Habían logrado transmitir un mensaje importante y lo habían hecho de la mejor manera que conocían: a través del juego y el arte.

Después de la presentación, mientras todos se reunían para celebrar, Paula miró a sus amigos y a Lucas y dijo: “¿No es sorprendente lo que podemos lograr juntos? Hoy hemos honrado a tantas mujeres y hemos aprendido que nuestra voz es poderosa.”

“Sí,” concordó Nela. “Y lo más importante es que esto no termina aquí. Debemos seguir hablando sobre estos temas y apoyando a las mujeres.”

“Es cierto,” agregó Mario. “Y si bien hoy hemos hecho algo especial, podemos seguir creando conciencia todos los días.”

Marcia sonrió con orgullo al ver el compromiso y la unión entre sus amigos. «Esto apenas es el comienzo. Hay tantos relatos que contar, tantas voces que necesitamos escuchar.»

Y así, los cinco amigos se comprometieron a no solo recordar el Día Internacional de la Mujer, sino a vivirlo a diario: celebrando la igualdad, apoyando a las mujeres en sus luchas y compartiendo historias de valentía y esfuerzo. Con el tiempo, su pequeño proyecto se transformó en un movimiento en su barrio, donde otros niños también comenzaron a contar historias de mujeres admirables que habían cambiado el mundo.

Aprendieron que aunque eran jóvenes, sus voces eran importantes y que, al estar unidos, podían hacer una diferencia real en su comunidad. Y así, sintieron que su amistad se había fortalecido, cimentada no solo en los juegos y risas, sino en una causa que todos compartían y defendían.

El espíritu de ese Día Internacional de la Mujer continuaría iluminando sus corazones y motivando sus acciones, recordándoles que juntos podían construir un mundo más justo e igualitario, en donde cada voz, sin importar su género, tuviera un lugar en la historia.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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