Cuentos de Fantasía

Ceniza: El Gato de la Luz y el Amor que Nunca se Apaga en los Corazones de los que lo Amaron

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Valdarco, un lugar lleno de magia y aventuras. En este encantador pueblo vivía una niña llamada Gladys, quien tenía una gran pasión por los libros. Cada tarde, después de la escuela, se dirigía al viejo granero de su abuela, donde pasaba horas leyendo cuentos de criaturas fantásticas y lugares lejanos. Sin embargo, había algo en su vida que la hacía sentir un poco sola, ya que había perdido a su mejor amiga, Marikena, quien se había mudado a otra ciudad.

Marikena era una niña llena de alegría y siempre había sido el alma de la fiesta. A Gladys le encantaba recordar los días en que salían a explorar los bosques cercanos, llenos de árboles altos y misteriosos. Un día, mientras leía en el granero, descubrió un libro viejo y polvoriento que nunca había visto antes. La cubierta estaba desgastada, pero algo la atraía hacia él. Con curiosidad, lo abrió y, al instante, una luz brillante emanó de sus páginas, llenando el granero de colores vibrantes.

De repente, un pequeño gato apareció de la nada, saltando por encima del libro. Tenía pelaje suave y plata, y sus ojos brillaban con una intensidad azul que parecía contener estrellas. Gladys no podía creer lo que veía. «Hola, soy Ceniza», dijo el gato con una voz suave y melodiosa, «y he venido para llevarte a un lugar muy especial».

Gladys estaba asombrada y, en un instante de valentía, aceptó la invitación del gato. Sin pensarlo dos veces, cerró el libro y comenzó a seguir a Ceniza. Juntos, salieron del granero y se adentraron en un bosque mágico que Gladys nunca había visto. Los árboles se alzaban hacia el cielo, sus hojas brillaban con colores iridiscentes, y en el aire flotaban pequeñas luces parecidas a luciérnagas.

El viaje fue magnífico; Gladys sentía que cada paso la acercaba más a un mundo que siempre había soñado. Después de un rato, llegaron a un claro donde encontró a Marikena, quien parecía estar tan alegre como siempre. «Marikena, ¿cómo es posible que estés aquí?» preguntó Gladys, sin poder contener su sorpresa.

«Este lugar es especial», respondió Marikena. «Ceniza me trajo aquí para que pudiéramos reunirnos. Hay tanto que explorar y tantas aventuras por vivir juntas». Gladys sonrió y sentía que su corazón se llenaba de felicidad al ver a su amiga de nuevo.

Ceniza se acomodó al lado de ellas y les explicó que en ese lugar mágico, donde la luz y el amor siempre brillaban, existía un antiguo árbol conocido como el Árbol de los Deseos. «Cada deseo compartido bajo sus ramas florece y se convierte en una realidad», dijo el gato. «Pero deben ser deseos sinceros, llenos de amor y bondad».

Las dos niñas miraron el árbol, que era enorme y majestuoso. Sus ramas eran abundantes y estaban cubiertas de hojas doradas que brillaban como el sol. «¿Qué desearías, Gladys?» preguntó Marikena. Gladys pensó por un momento y su respuesta fue clara. «Deseo que siempre podamos estar juntas, sin importar la distancia».

Marikena sonrió y dijo: «Yo deseo lo mismo. La amistad es lo más valioso que tengo». Ambas tomaron de la mano y se acercaron al árbol, sus corazones latiendo con fuerza; sus deseos eran los mismos. Al tocar el tronco del árbol, se sintieron envueltas en una cálida luz. Un suave viento sopló a su alrededor, y en ese momento supieron que sus deseos habían sido escuchados.

Ceniza observaba con satisfacción y dijo: «Nuestra amistad siempre las unirá, incluso en los momentos más difíciles». Las niñas sintieron que, a partir de ese día, su conexión se volvía más fuerte y especial. El amor y la luz del árbol las acompañarían siempre. Sin embargo, la magia del lugar no terminaba allí; Ceniza les reveló que existía un cuarto personaje en su aventura: la Guardiana de los Sueños, un ser mágico que protegía a aquellos que creían en la amistad y en los deseos sinceros.

Mientras se adentraban un poco más en el bosque, se encontraron con la Guardiana, una criatura etérea que parecía un susurro del viento. Tenía el cabello dorado como el sol y su sonrisa irradiaba calidez. «He estado esperando su llegada», dijo la Guardiana con una voz suave y melodiosa. «Su amor y amistad han despertado la magia de este lugar».

Gladys y Marikena se miraron emocionadas. La Guardiana les explicó que, además de sus deseos, había una tarea especial que debían cumplir. «Para que su luz siga brillando en el mundo, deben ayudar a otros a encontrar la magia en sus corazones», dijo la Guardiana. «Cada vez que compartan un acto de bondad, la luz del amor se multiplica y transforma a otros».

Las niñas se sintieron inspiradas. Desde ese día, decidieron que no solo podrían disfrutar de su amistad, sino que también buscarían maneras de ayudar a los demás y esparcir la luz que habían encontrado. Regresaron a Valdarco con el corazón rebosante de amor y lleno de nuevas ideas. Organizaron pequeñas actividades en el pueblo, como compartir cuentos con otros niños, ayudar a sus vecinos y cuidar de los animales perdidos.

A medida que compartían su luz con el mundo, se dieron cuenta de que su amistad se volvió aún más fuerte y que la magia del árbol seguía viva en sus corazones. Ceniza siempre estuvo a su lado, guiándolas y recordándoles que la verdadera magia reside en el amor que se comparte.

Con el tiempo, Gladys y Marikena aprendieron que la amistad verdadera puede superar cualquier obstáculo, y que vivir con amor y bondad, es el regalo más grande que pueden ofrecer. Así, la luz que comenzó con un deseo bajo el antiguo árbol brilló intensamente, iluminando sus vidas y las de aquellos que conocieron. Y así, el amor y la amistad se convirtieron en una fuerza poderosa que nunca se apagará en los corazones de los que lo amaron. Fin.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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