El cumpleaños mágico de Unai

Había una vez un niño llamado Unai. Unai era un nene muy feliz y lleno de energía, siempre tenía una sonrisa en su rostro y sus ojos brillaban de emoción ante cualquier cosa nueva que descubría. Unai estaba a punto de cumplir 4 años, y todos en su casa estaban preparando una gran fiesta para celebrarlo. Su mamá y su papá estaban ocupados decorando la casa con globos de colores, serpentinas y una gran pancarta que decía «¡Feliz Cumpleaños, Unai!»

Unai estaba muy emocionado porque sabía que sus amigos y su familia vendrían a celebrar con él. Entre sus amigos estaban dos personajes muy especiales: Mario Bros y Sonic. Mario Bros era un fontanero valiente y amable que siempre llevaba su gorra roja y un bigote muy divertido. Sonic, por otro lado, era un erizo azul muy rápido, con unos zapatos rojos que lo hacían correr a velocidades increíbles.

Un día antes de la fiesta, Mario Bros estaba en el Reino Champiñón cuando decidió que debía contarle a Sonic sobre el cumpleaños de Unai. Mario sabía que a Sonic le encantaría estar presente en la fiesta, así que se apresuró a encontrar a su amigo.

—¡Sonic! —gritó Mario cuando vio al erizo azul corriendo cerca de la colina verde—. ¡Tengo una gran noticia!

Sonic se detuvo en seco, creando una nube de polvo a su alrededor, y corrió hacia Mario con una gran sonrisa.

—¿Qué pasa, Mario? —preguntó Sonic con curiosidad.

—Mañana es el cumpleaños de Unai —dijo Mario con entusiasmo—. Cumple 4 años y va a tener una gran fiesta. Va a haber muchos juegos, pastel y, por supuesto, globos.

Sonic saltó de alegría al escuchar la noticia.

—¡Eso es fantástico! Unai es un niño genial, y me encantaría estar allí para celebrar con él. Pero… —Sonic de repente pareció preocupado—. Tengo una misión muy importante que debo completar mañana. Hay unos robots malvados que están causando problemas en Green Hill Zone y debo detenerlos.

Mario entendió la preocupación de Sonic. Sabía lo importante que era su misión, pero también sabía cuánto significaba Unai para ambos.

—No te preocupes, Sonic —dijo Mario con una sonrisa comprensiva—. Podemos pensar en algo especial para que aún así puedas hacerle saber a Unai cuánto lo aprecias.

Sonic pensó por un momento y luego sus ojos se iluminaron con una idea brillante.

—¡Ya lo tengo! —exclamó Sonic—. Haré una súper sorpresa para Unai y le mandaré un mensaje de felicitación especial. Será como si estuviera allí, incluso si no puedo estar físicamente.

Mario aplaudió la idea de Sonic y ambos se pusieron manos a la obra para preparar la sorpresa. Mario se encargó de conseguir un regalo muy especial para Unai: una estrella dorada que brillaba con una luz mágica. Sonic, por su parte, grabó un mensaje de felicitación muy divertido y cariñoso para Unai.

El día del cumpleaños de Unai, la casa estaba llena de amigos y familiares. Los globos de colores flotaban en el aire, y el aroma del pastel recién horneado llenaba la casa. Unai no podía contener su emoción mientras recibía a todos sus invitados.

Mario llegó con su regalo envuelto en un papel brillante y se acercó a Unai.

—¡Feliz cumpleaños, Unai! —dijo Mario, entregándole la estrella dorada—. Esto es de parte de Sonic y mía. Sonic no pudo venir porque tenía una misión muy importante, pero te ha dejado algo especial.

Unai tomó la estrella dorada con asombro y luego Mario le mostró el mensaje de Sonic en una pantalla mágica. Sonic apareció en la pantalla, sonriendo y saludando a Unai.

—¡Hola, Unai! —dijo Sonic en el mensaje—. Siento no poder estar allí en persona, pero quiero desearte el mejor cumpleaños de todos. Eres un niño increíble y espero que tengas un día lleno de diversión, juegos y mucha felicidad. ¡Corre y juega mucho por mí!

Unai rió y aplaudió al ver el mensaje de Sonic. Se sintió muy especial y querido, sabiendo que sus amigos se habían tomado el tiempo para hacer algo tan especial para él.

La fiesta continuó con muchos juegos, risas y, por supuesto, el delicioso pastel de cumpleaños. Unai sopló las velas mientras todos cantaban «Feliz Cumpleaños». Fue un día lleno de magia y felicidad, y Unai sabía que nunca olvidaría ese cumpleaños tan especial.

Y así, aunque Sonic no pudo estar allí físicamente, su sorpresa y el amor de todos sus amigos hicieron del cumpleaños de Unai el mejor de todos. Unai se fue a la cama esa noche con una sonrisa en su rostro, soñando con todas las aventuras que vendrían y agradecido por tener amigos tan increíbles como Mario y Sonic.