Cuentos de Fantasía

El Jardín Encantado de los Bichitos

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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En un rincón mágico del mundo, donde las flores siempre estaban en plena floración y el rocío brillaba como diamantes bajo el sol, había un jardín encantado. En este jardín vivían muchos bichitos, cada uno con su propia historia y sus propias canciones. Pero el bichito más feliz de todos era Grillo, un grillo con una canción especial que hacía sonreír a todos.

Grillo vivía debajo de una gran hoja verde. Cada mañana, cuando el sol empezaba a brillar, salía y cantaba su canción alegre: «Cri-cri, cri-cri, feliz soy aquí.» Su música llenaba el aire y hacía que todos los bichitos del jardín se sintieran contentos y llenos de energía.

Un día, mientras Grillo cantaba, vio a Araña tejiendo su delicada telaraña en una esquina del jardín. Araña era muy trabajadora y siempre estaba ocupada, pero al escuchar la canción de Grillo, se detuvo un momento para disfrutar de la melodía. «Buenos días, Grillo,» dijo Araña con una sonrisa. «Tu canción siempre me hace tejer con más alegría.»

Grillo dejó de cantar un momento y le respondió: «Buenos días, Araña. Me alegra que mi canción te haga feliz. ¿Quieres que te cante otra mientras trabajas?»

«Me encantaría,» dijo Araña, y Grillo comenzó a cantar una nueva melodía, esta vez más suave y tranquila, perfecta para acompañar el ritmo de la telaraña que se estaba tejiendo.

Cerca de allí, Mantis, la sabia mantis religiosa, observaba todo con ojos atentos. Mantis siempre tenía buenos consejos y era muy respetada por todos los bichitos del jardín. «Grillo, tu canción es un verdadero regalo para todos nosotros,» dijo Mantis. «Nos recuerda lo hermoso que es este jardín y lo afortunados que somos de vivir aquí.»

Grillo se sonrojó un poco y respondió: «Gracias, Mantis. Solo trato de compartir mi alegría con todos ustedes.»

Mientras tanto, un grupo de Hormigas marchaba en fila, llevando pequeñas migas de comida de un lado a otro. Las hormigas siempre estaban muy ocupadas, pero al escuchar la canción de Grillo, no pudieron evitar moverse al ritmo de la música. «Vamos, chicas, a trabajar con más ánimo,» dijo una de las hormigas, y todas se rieron y siguieron adelante con sus tareas, llenas de energía renovada.

Por encima del jardín, un grupo de coloridas Mariposas volaba de flor en flor. Las mariposas eran las más bellas del jardín y siempre estaban revoloteando alegremente. Al escuchar la canción de Grillo, comenzaron a danzar en el aire, creando un espectáculo de colores y movimientos que parecía una danza mágica.

«Grillo, tu canción es maravillosa,» dijeron las mariposas mientras volaban alrededor de él. «Nos hace querer bailar todo el día.»

Grillo se sintió muy feliz al ver cómo su canción unía a todos los bichitos del jardín. Sabía que su música tenía un poder especial, el poder de hacer que todos se sintieran más cerca y más felices.

Un día, sin embargo, Grillo notó que el jardín estaba más silencioso de lo normal. Preocupado, salió de debajo de su hoja y vio que Araña no estaba tejiendo, Mantis no estaba observando, las Hormigas no estaban marchando y las Mariposas no estaban volando. «¿Dónde están todos?» se preguntó Grillo.

Decidido a averiguar qué estaba pasando, Grillo empezó a buscar a sus amigos. Primero encontró a Araña, que estaba sentada en su telaraña, pero parecía triste. «Araña, ¿qué te pasa?» preguntó Grillo.

«Grillo, he tenido un problema con mi telaraña,» dijo Araña. «Se rompió y no sé cómo arreglarla.»

Grillo pensó por un momento y luego comenzó a cantar una nueva canción, una canción especial para animar a Araña: «Teje y repara, Arañita querida, tu telaraña será más fuerte cada día.» Con la melodía de Grillo en sus oídos, Araña se sintió con fuerzas renovadas y comenzó a tejer de nuevo, esta vez con más ánimo.

Luego, Grillo encontró a Mantis, que estaba sentada en una rama, mirando pensativamente. «Mantis, ¿qué sucede?» preguntó Grillo.

«Grillo, he visto que el jardín necesita más cuidado,» dijo Mantis. «Las flores están marchitándose y no sé qué hacer.»

Grillo comenzó a cantar otra canción, esta vez para animar a Mantis: «Cuida y riega, Mantis sabia, las flores crecerán y el jardín brillará.» Con la canción de Grillo, Mantis se sintió más esperanzada y comenzó a regar las flores con dedicación.

Grillo siguió buscando a las Hormigas y a las Mariposas. Encontró a las Hormigas descansando, agotadas de tanto trabajar. «Hormigas, ¿qué pasa?» preguntó Grillo.

«Grillo, estamos muy cansadas,» dijeron las Hormigas. «Necesitamos un descanso.»

Grillo comenzó a cantar una canción suave y tranquilizadora para que las Hormigas pudieran relajarse: «Descansen y sueñen, Hormiguitas trabajadoras, su esfuerzo será recompensado con flores hermosas.» Las Hormigas se sintieron mejor y se tomaron un merecido descanso, llenas de gratitud.

Finalmente, Grillo encontró a las Mariposas, que estaban posadas en una flor, sin ganas de volar. «Mariposas, ¿por qué no están volando?» preguntó Grillo.

«Grillo, estamos tristes porque el jardín está más oscuro,» dijeron las Mariposas.

Grillo comenzó a cantar una canción alegre para levantarles el ánimo: «Vuelen y brillen, Maripositas hermosas, su danza traerá luz y alegría al jardín.» Las Mariposas se sintieron animadas y comenzaron a volar de nuevo, llenando el jardín de color y movimiento.

Con todos sus amigos animados y felices de nuevo, Grillo se sintió muy contento. Sabía que su canción especial tenía el poder de unir y alegrar a todos los bichitos del jardín. Desde ese día, siempre que alguien se sentía triste o desanimado, Grillo cantaba su canción y el jardín volvía a brillar con felicidad.

Y así, en el jardín encantado, Grillo, Araña, Mantis, las Hormigas y las Mariposas vivieron felices, siempre acompañados por la melodía mágica de Grillo, que hacía que cada día fuera especial y lleno de alegría.

Fin.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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