Cuentos de Fantasía

El Pueblo Mágico y la Gema Protectora

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

Había una vez, en un rincón lejano del mundo, un pequeño pueblo mágico habitado por duendes. Este lugar, lleno de colores brillantes y casas de formas caprichosas, estaba protegido por una gema mágica que mantenía la magia viva en el pueblo. Sin embargo, esta gema era codiciada por un ogro grosero y malvado que deseaba apoderarse de ella para despojar al pueblo de su magia.

En este maravilloso pueblo vivía un niño llamado Ángel. Ángel era conocido por su valentía y corazón noble. Siempre ayudaba a los duendes en sus tareas diarias y se había ganado el cariño de todos los habitantes del pueblo. Un día, mientras Ángel jugaba cerca de la fuente principal, un duende bueno llamado Tristán se le acercó apresuradamente. Tristán era pequeño, con orejas puntiagudas y ojos grandes y brillantes. Siempre llevaba una sonrisa en su rostro y una bolsa llena de polvo mágico a su espalda.

—¡Ángel! —exclamó Tristán, agitado—. Tenemos un problema enorme. El ogro Gormak ha descubierto la ubicación de nuestra gema protectora. Si la roba, nuestro pueblo perderá toda su magia.

Ángel frunció el ceño, decidido a ayudar.

—No podemos permitir que eso suceda, Tristán. ¿Qué podemos hacer para protegerla?

—He estado pensando en eso —respondió Tristán—. Necesitamos llevar la gema a un lugar seguro y encontrar una manera de enfrentarnos a Gormak. Pero no podemos hacerlo solos. Necesitamos la ayuda de alguien muy especial.

En ese momento, un estruendo resonó en el aire, seguido de un relincho fuerte. Desde la colina cercana, apareció un duende montado en un majestuoso caballo con una armadura hermosa y resplandeciente. Era Éldarion, el guerrero más valiente y habilidoso de todos los duendes. Su llegada siempre traía esperanza y coraje.

—He oído sobre el problema con Gormak —dijo Éldarion, desmontando de su caballo—. Estoy aquí para ayudar. Protegeremos la gema y nuestro hogar, cueste lo que cueste.

Los tres formaron un equipo imparable: Ángel, el niño valiente; Tristán, el duende bueno; y Éldarion, el guerrero montado. Juntos, trazaron un plan para proteger la gema y enfrentar al ogro.

Decidieron trasladar la gema a una cueva oculta en el bosque encantado. Este bosque era conocido por sus trampas mágicas y criaturas protectoras. Con la ayuda de Tristán, la cueva fue asegurada con hechizos y encantamientos que solo un corazón puro podía atravesar.

Mientras tanto, Gormak, el ogro grosero, ya había comenzado su camino hacia el pueblo de los duendes. Gormak era grande y fuerte, con una piel verde gruesa y una expresión siempre enfadada. Su sola presencia hacía temblar a cualquiera que se cruzara en su camino. Con cada paso que daba, el suelo temblaba y las hojas caían de los árboles.

Ángel y sus amigos no se dejaron intimidar. Sabían que la fuerza bruta de Gormak no podía superar la magia y la bondad que ellos poseían. Mientras se preparaban para la batalla, Tristán compartió una leyenda antigua con ellos.

—Existe un hechizo muy poderoso que puede derrotar a Gormak —dijo Tristán—. Pero para conjurarlo, necesitamos que alguien de corazón puro y valiente lo pronuncie. Ángel, creo que tú eres el indicado.

Ángel se sintió honrado y asustado a la vez. Pero su determinación era más fuerte que sus miedos. Con la guía de Tristán, memorizó el hechizo y se preparó para enfrentar al ogro.

El día de la confrontación llegó. Gormak apareció en la entrada del pueblo, rugiendo con furia. Los duendes se escondieron, pero Ángel, Tristán y Éldarion se enfrentaron al ogro sin vacilar.

—¡Entréganos la gema o destruiremos tu pueblo! —gritó Gormak, su voz retumbando por todo el lugar.

—¡Nunca! —respondió Éldarion, desenfundando su espada brillante—. Este pueblo es nuestro hogar y no permitiremos que lo destruyas.

La batalla comenzó. Éldarion y su caballo cargaron contra Gormak, esquivando sus golpes y atacando con precisión. Tristán utilizó su polvo mágico para confundir al ogro, creando ilusiones que lo desorientaban. Y Ángel, con el corazón latiendo con fuerza, se acercó a Gormak mientras éste estaba distraído.

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario