Cuentos de Fantasía

El Salón Mágico de Maribel

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 4 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

En el reino de Son Duri, conocido por sus coloridas casas y sus gentes alegres, vivía una joven princesa llamada Maribel. A diferencia de las princesas típicas de los cuentos, Maribel tenía una pasión inusual: la peluquería. Desde pequeña, le encantaba crear peinados mágicos que no solo embellecían a quien los llevaba, sino que también tenían el poder de hacer realidad los deseos más profundos de las personas.

Decidida a compartir su don con los demás, Maribel abrió un pequeño salón de peluquería en el corazón del mercado del pueblo. El lugar, decorado con cintas y flores, se llenó rápidamente de risas y charlas. Sin embargo, aunque la princesa disfrutaba de su trabajo, a veces se sentía un poco sola.

Un día, mientras el sol bañaba de oro las calles empedradas, una joven llamada Beatriz tocó la puerta del salón. Con su vestido verde sencillo y su cabello recogido en un moño, Beatriz había venido a pedir trabajo.

—Princesa Maribel, he oído hablar de su maravilloso salón y me encantaría aprender de usted —dijo Beatriz con una sonrisa tímida.

Maribel, encantada con la compañía y la ayuda, acogió a Beatriz como su aprendiz. Juntas, creaban peinados que parecían tejidos con hilos de sueños y esperanzas. La complicidad entre ellas creció, convirtiéndose en una profunda amistad.

Poco después, una joven plebeya llamada Lydia, vestida con un humilde vestido marrón, llegó al salón con una petición especial. Lydia había sido seleccionada para representar a su aldea en el festival anual del reino y deseaba un peinado que reflejara su orgullo y esperanza.

—No tengo mucho que ofrecer a cambio, pero si pueden ayudarme, estaría eternamente agradecida —explicó Lydia con los ojos llenos de una mezcla de nerviosismo y emoción.

Maribel y Beatriz, movidas por la sinceridad y la humildad de Lydia, decidieron ayudarla. Trabajaron juntas, entrelazando cada hebra de cabello de Lydia con destellos de confianza y belleza. Cuando terminaron, Lydia se miró en el espejo y lo que vio la dejó sin palabras. No solo su cabello había sido transformado, sino que también se sentía más segura y valiosa.

—Gracias, no sé cómo podré agradecerles —dijo Lydia, las lágrimas brillando en sus ojos.

—Tu felicidad es todo el pago que necesitamos —respondió Maribel, y en ese momento, las tres rieron, sellando una amistad que solo crecería con el tiempo.

Los años pasaron, y el salón de Maribel se convirtió en un lugar de encuentro no solo para embellecer el cabello, sino también para fortalecer los corazones. La amistad entre Maribel, Beatriz y Lydia se fortaleció, compartiendo risas y sueños bajo el techo del salón que había visto nacer su vínculo.

Cuando se acercó el 40º aniversario de Maribel, Beatriz y Lydia decidieron sorprenderla. Planearon un día especial que comenzó con un paseo por el pueblo y culminó en la posada «El Patio», donde un último regalo esperaba a Maribel. Las calles del pueblo se llenaron de música y flores mientras la gente celebraba a la princesa que había tocado tantas vidas con su magia.

Al anochecer, llegaron al gran palacio Biomar, donde se celebraría una fiesta en honor a Maribel. El lugar estaba adornado con miles de luces y flores, reflejando la luz de la luna que bañaba la noche en plata.

La sorpresa final fue un retrato de Maribel, Beatriz y Lydia, capturando el momento en que su amistad había comenzado. Maribel, con lágrimas en los ojos, abrazó a sus amigas.

—Este es el mejor regalo que podría haber deseado. Gracias por todo lo que hemos compartido y por todo lo que vendrá —dijo Maribel.

La noche se llenó de bailes, risas y recuerdos, celebrando no solo a una princesa, sino a la magia de la amistad verdadera. Y mientras las estrellas centelleaban sobre Son Duri, Maribel, Beatriz y Lydia sabían que, sin importar lo que trajera el futuro, siempre tendrían un lugar especial en el corazón la una de la otra, en el pequeño salón mágico donde todo había comenzado.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario