Cuentos de Fantasía

Elvira y el Libro de Leyendas

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

Puntuación:

5
(1)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
5
(1)

¡Hola! Mi nombre es Elvira, y vivo en la hermosa ciudad de Granada. Tengo el cabello largo y castaño, y siempre llevo un brillante vestido azul, mi color favorito. ¿Sabéis qué me ha pasado? Me he enamorado del hombre más guapo y bondadoso del mundo, Alfonso de Quintanilla, pero… mi ciudad está dividida en dos bandos, y él pertenece al bando contrario al de mi familia. Algunas noches, cuando nadie nos ve, él sube a mi balcón a escondidas de mi padre y hablamos durante horas y horas.

Un día, mientras paseaba por los jardines de la Alhambra, encontré un libro antiguo y polvoriento escondido detrás de un arbusto de rosas. Era un libro de leyendas, lleno de historias sobre los lugares más emblemáticos de Granada. Emocionada, me senté en un banco y comencé a leer.

La primera leyenda hablaba del Generalife, los bellos jardines donde los reyes solían descansar. Según el libro, en el Generalife vivía una pequeña hada llamada Aurora, que cuidaba de las flores y los árboles. Cada noche, Aurora volaba sobre los jardines y esparcía su polvo mágico para que las plantas crecieran sanas y fuertes. Decidí que cuando visitara el Generalife con mis amigos, les pediría que escribieran sus nombres usando las letras mágicas del hada Aurora, que estaban al final de la leyenda.

Continué leyendo y la siguiente historia era sobre el Patio de los Leones, donde se decía que los leones de mármol cobraban vida en las noches de luna llena. La leyenda contaba que los leones se reunían alrededor de la fuente y discutían sobre quién había sido el rey más sabio de Granada. Me imaginé a mí misma viendo a los leones hablar y reír. Decidí que cuando visitáramos el Patio de los Leones, les pediría a mis amigos que describieran qué consejo les darían a los leones si los encontraran.

Luego, el libro me llevó al Paseo de los Tristes, un lugar lleno de encanto y misterio. Aquí, la leyenda hablaba de un fantasma amigable llamado Don Manuel, que ayudaba a los viajeros perdidos a encontrar su camino. Don Manuel había vivido hace muchos años y siempre había sido conocido por su buen corazón. Me emocioné al pensar en cómo podríamos ayudar al fantasma a ordenar una frase histórica que había dejado en el paseo para guiar a los futuros viajeros.

Al pasar las páginas del libro, descubrí más y más leyendas fascinantes. Una de ellas hablaba del Albaicín, el antiguo barrio árabe de Granada. Según la leyenda, en el Albaicín vivía una sabia anciana llamada Zahara, que conocía todos los secretos de la ciudad. Ella había escrito un mensaje secreto en las paredes de su casa, y solo aquellos que pudieran descifrarlo conocerían el verdadero tesoro de Granada. Me propuse llevar a mis amigos al Albaicín y buscar juntos el mensaje secreto.

Otra leyenda me llevó al Sacromonte, conocido por sus cuevas y su música flamenca. Se decía que en una de las cuevas vivía un duende llamado Pepe, que tocaba la guitarra y hacía bailar a todos los que lo escuchaban. La leyenda contaba que si uno lograba encontrar a Pepe, este concedería un deseo. Decidí que cuando fuéramos al Sacromonte, mis amigos y yo intentaríamos encontrar al duende Pepe y pedirle un deseo para la paz en nuestra ciudad.

El libro de leyendas parecía interminable y cada historia era más fascinante que la anterior. En cada lugar que leía, pensaba en cómo mis amigos y yo podríamos hacer actividades divertidas y educativas, como escribir, descifrar mensajes o imaginar consejos sabios. Estaba segura de que este libro haría nuestras aventuras por Granada mucho más emocionantes.

Una noche, mientras hablaba con Alfonso en mi balcón, le conté sobre el libro de leyendas que había encontrado. Él también estaba fascinado y prometió ayudarme a organizar las actividades para los niños. Juntos, planeamos visitar cada lugar emblemático de Granada y aprender más sobre sus leyendas y su historia. Alfonso me dijo que su familia también amaba las historias y que, a pesar de pertenecer a bandos diferentes, él estaba seguro de que todos podrían disfrutar de las leyendas y aprender algo valioso.

Al día siguiente, reuní a mis amigos en los jardines de la Alhambra y les mostré el libro. Todos estaban emocionados y no podían esperar para comenzar nuestra aventura. Decidimos empezar por el Generalife, donde escribiríamos nuestros nombres con el alfabeto mágico del hada Aurora. Luego, iríamos al Patio de los Leones para discutir los consejos sabios que podríamos darles a los leones de mármol.

Nuestra primera parada fue el Generalife. Los jardines eran aún más hermosos de lo que recordaba, con flores de todos los colores y fuentes que susurraban historias antiguas. Nos sentamos en un rincón tranquilo y saqué el alfabeto mágico del hada Aurora. Cada uno de nosotros escribió su nombre en un pergamino especial que habíamos traído. Fue divertido ver cómo nuestros nombres se transformaban en letras mágicas y brillantes.

Después del Generalife, nos dirigimos al Patio de los Leones. Nos sentamos alrededor de la fuente y empezamos a hablar sobre qué consejos les daríamos a los leones si los viéramos cobrar vida. Algunos de mis amigos dijeron que les aconsejarían ser siempre justos y sabios, mientras que otros pensaron que deberían cuidar bien de la ciudad y sus habitantes. Todos estuvimos de acuerdo en que los leones tenían una gran responsabilidad y que debían ser siempre bondadosos.

Continuamos nuestra aventura hacia el Paseo de los Tristes. Buscamos la frase histórica que había dejado el fantasma Don Manuel y la encontramos grabada en una piedra antigua. Pasamos un buen rato ordenando las palabras hasta que la frase cobró sentido. Era un mensaje sobre la importancia de la amistad y la cooperación, algo que nos hizo reflexionar sobre nuestra propia situación en la ciudad dividida.

Nuestra siguiente parada fue el Albaicín, donde buscábamos el mensaje secreto de la sabia anciana Zahara. Caminamos por las estrechas calles empedradas y finalmente encontramos la casa de Zahara. Las paredes estaban llenas de inscripciones y pasamos horas tratando de descifrar el mensaje. Al final, descubrimos que el tesoro de Granada no era oro ni joyas, sino el conocimiento y la historia de la ciudad. Nos sentimos orgullosos de haber descubierto este mensaje tan importante.

Finalmente, llegamos al Sacromonte. Escuchamos el sonido de la guitarra y seguimos la música hasta encontrar la cueva del duende Pepe. Él estaba allí, tocando su guitarra y sonriendo. Le pedimos nuestro deseo de paz para la ciudad y Pepe nos prometió que haría todo lo posible para que nuestro deseo se hiciera realidad. Bailamos y cantamos junto a él hasta que cayó la noche.

Nuestras aventuras nos enseñaron mucho sobre la historia y las leyendas de Granada. Pero, sobre todo, nos enseñaron la importancia de la amistad, la cooperación y el amor por nuestra ciudad. Aunque veníamos de diferentes bandos, las historias y las leyendas nos unieron y nos hicieron ver que todos compartimos el mismo deseo de paz y felicidad.

Así que, cada vez que caminamos por Granada, recordamos las leyendas y las actividades que hicimos juntos. Y cada vez que alguien nuevo viene a la ciudad, les contamos nuestras historias y les invitamos a unirse a nuestras aventuras. Porque Granada no es solo una ciudad hermosa, sino un lugar lleno de magia, historia y, sobre todo, amistad.

Fin.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario