Cuentos de Fantasía

La Fábrica Mágica en el Valle de la Energía

Lectura para 8 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez, en un país muy lejano, en el cuerpo de un niño llamado Lucas, una maravillosa fábrica de azúcar. Esta fábrica estaba ubicada en un lugar especial llamado «El Valle de la Energía». Dentro de la fábrica trabajaban miles de pequeños obreros llamados Glucocitos, cuya tarea era producir azúcar, que era la energía necesaria para que Lucas pudiera jugar, correr y aprender.

Los Glucocitos trabajaban día y noche en la fábrica, utilizando ingredientes especiales como la comida que Lucas comía, especialmente las frutas, panes y pastas. Cada vez que Lucas comía algo, los Glucocitos se ponían manos a la obra y convertían esos alimentos en azúcar, que luego se enviaba por todo el cuerpo a través de pequeños caminos llamados «venas».

Entre todos los Glucocitos, había dos muy particulares: Glucocito Perezoso y Glucocito Hiperactivo. Glucocito Perezoso era pequeño y siempre se movía con lentitud. Le gustaba tomar siestas y no le gustaba trabajar mucho. Por otro lado, Glucocito Hiperactivo era muy energético, siempre saltando y corriendo por todos lados. No podía quedarse quieto ni un segundo y a veces producía más azúcar de la necesaria.

Un día, algo extraño comenzó a suceder en la fábrica. Algunos Glucocitos se volvieron perezosos y comenzaron a trabajar demasiado lento, mientras que otros, como Glucocito Hiperactivo, producían demasiado azúcar. Esto causó problemas en el Valle de la Energía: a veces Lucas se sentía cansado y sin fuerzas, y otras veces estaba muy hiperactivo y nervioso.

Lucas, preocupado por cómo se sentía, decidió visitar al sabio Doctor Páncreas, un médico amable y sabio que conocía todos los secretos del cuerpo. Doctor Páncreas tenía una barba blanca y usaba unas gafas redondas que le daban un aspecto muy inteligente.

«Doctor Páncreas,» dijo Lucas, «últimamente me siento muy extraño. A veces estoy muy cansado y otras veces no puedo dejar de moverme. ¿Qué me está pasando?»

El Doctor Páncreas sonrió y puso una mano sobre el hombro de Lucas. «No te preocupes, Lucas. Vamos a averiguar qué está sucediendo en tu cuerpo.»

Doctor Páncreas llevó a Lucas a su laboratorio, donde tenía una máquina mágica que podía mostrar lo que sucedía dentro del cuerpo. Al encender la máquina, vieron cómo los Glucocitos trabajaban en la fábrica de azúcar en el Valle de la Energía.

«¡Mira eso!» exclamó Lucas. «Algunos Glucocitos no están trabajando y otros están trabajando demasiado.»

«Eso es exactamente lo que está causando tus problemas,» dijo Doctor Páncreas. «Necesitamos equilibrar el trabajo de los Glucocitos para que produzcan la cantidad correcta de azúcar.»

Doctor Páncreas decidió hablar con los Glucocitos directamente. Con la ayuda de su máquina mágica, llevó a Lucas dentro de su propio cuerpo, al Valle de la Energía. Allí, Lucas y Doctor Páncreas se encontraron con Glucocito Perezoso y Glucocito Hiperactivo.

«Glucocito Perezoso,» dijo Doctor Páncreas, «¿por qué estás trabajando tan lentamente?»

Glucocito Perezoso bostezó y respondió, «Es que me siento muy cansado todo el tiempo. No tengo energía para trabajar rápido.»

«Y tú, Glucocito Hiperactivo,» continuó Doctor Páncreas, «¿por qué estás produciendo tanto azúcar?»

Glucocito Hiperactivo respondió mientras saltaba de un lado a otro, «¡No puedo evitarlo! ¡Tengo demasiada energía y no puedo quedarme quieto!»

Doctor Páncreas pensó por un momento y luego tuvo una idea. «Creo que sé cómo solucionar esto,» dijo. «Lucas, necesitamos ajustar tu dieta para que los Glucocitos obtengan la cantidad correcta de energía.»

De regreso en casa, Lucas comenzó a comer alimentos más saludables y en las cantidades correctas. Evitó comer demasiados dulces y se aseguró de comer frutas, verduras, proteínas y granos. Poco a poco, los Glucocitos en el Valle de la Energía comenzaron a trabajar de manera más equilibrada.

Glucocito Perezoso empezó a sentirse con más energía y trabajaba a un ritmo adecuado, mientras que Glucocito Hiperactivo aprendió a controlar su energía y producir la cantidad justa de azúcar. Lucas empezó a sentirse mucho mejor: tenía la energía suficiente para jugar y aprender, pero también podía relajarse cuando era necesario.

Un día, Lucas volvió a visitar al Doctor Páncreas para agradecerle. «Doctor Páncreas, gracias por tu ayuda. Me siento mucho mejor ahora.»

Doctor Páncreas sonrió y le respondió, «Me alegra escuchar eso, Lucas. Recuerda siempre mantener una dieta equilibrada y escuchar a tu cuerpo. Así, tus Glucocitos podrán trabajar de la mejor manera.»

Desde entonces, Lucas siguió los consejos del Doctor Páncreas y se aseguró de cuidar bien su alimentación. Los Glucocitos en el Valle de la Energía continuaron trabajando felizmente, produciendo la cantidad correcta de azúcar para mantener a Lucas lleno de energía y salud.

Y así, en el mágico Valle de la Energía, todo volvió a la normalidad. Lucas aprendió la importancia de una buena alimentación y cómo cuidar su cuerpo, y vivió muchas más aventuras llenas de energía y diversión.

Fin.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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