Cuentos de Fantasía

La Magia de la Alhambra

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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En la hermosa ciudad de Granada, vivían dos niños llamados Luis y Marta. Luis tenía el cabello castaño corto y siempre llevaba una camiseta roja y jeans, mientras que Marta, con su largo cabello rubio, prefería su vestido verde favorito. Un día soleado, sus familias decidieron visitar la majestuosa Alhambra, un lugar lleno de historia y maravillas arquitectónicas.

Luis y Marta estaban emocionados mientras caminaban por los jardines y los impresionantes patios. Las fuentes cantaban con el sonido del agua, y las flores llenaban el aire con su dulce aroma. Finalmente, llegaron a los Palacios Nazaríes, conocidos por sus intrincados mosaicos y detalles artísticos.

Mientras exploraban, algo en uno de los mosaicos llamó la atención de Marta. «¡Luis, mira esto!», exclamó. Luis se acercó y vio que el mosaico brillaba ligeramente. Sin pensarlo dos veces, ambos tocaron el mosaico al mismo tiempo. De repente, una luz brillante los envolvió, y el suelo desapareció bajo sus pies.

Cuando la luz se desvaneció, Luis y Marta se encontraron en un lugar que parecía la Alhambra, pero algo era diferente. La ropa que llevaban había cambiado; ahora vestían túnicas de seda y sandalias de cuero. Las paredes estaban adornadas con tapices y cortinas, y había un aire de misterio en el ambiente.

Un hombre vestido con ropas antiguas se acercó a ellos. «¡Bienvenidos, jóvenes viajeros! Soy Zaid, el guardián de la Alhambra Nazarí. Habéis viajado en el tiempo hasta nuestra época». Luis y Marta se miraron asombrados. ¡Habían viajado en el tiempo!

Zaid les explicó que la Alhambra estaba en peligro. «Necesitamos vuestra ayuda para proteger los secretos de estos palacios. Sólo alguien con un corazón puro puede activar la magia de los mosaicos y mantener la paz en este lugar».

Luis y Marta aceptaron la misión con valentía. Zaid les llevó a través de los pasillos y les mostró un mapa antiguo que revelaba la ubicación de varios mosaicos mágicos. Cada mosaico tenía un poder especial y debían activarlos todos para proteger la Alhambra.

Primero, llegaron a la Sala de los Abencerrajes, donde un mosaico azul brillaba intensamente. Marta lo tocó suavemente y sintió una energía cálida recorrer su cuerpo. El mosaico comenzó a resplandecer y, de repente, apareció una barrera mágica que protegía la sala. «¡Funciona!», gritó Luis con entusiasmo.

El siguiente destino fue el Patio de los Leones. En el centro, rodeado por las famosas estatuas de leones, encontraron otro mosaico. Esta vez, fue Luis quien lo activó, y una suave melodía llenó el aire. Los leones cobraron vida y comenzaron a moverse, patrullando el patio como guardianes.

Mientras avanzaban, se hicieron amigos de los habitantes del palacio. Conocieron a Naila, una niña de su edad que les mostró los jardines secretos, y a Tariq, un joven aprendiz de arquitecto que les contó historias sobre la construcción de la Alhambra.

Uno de los desafíos más difíciles fue en la Sala de los Reyes. El mosaico aquí estaba oculto tras una serie de acertijos. Con la ayuda de Naila y Tariq, lograron resolver los enigmas y activaron el mosaico, que desplegó un escudo protector alrededor de la sala.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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