En un tranquilo suburbio donde lo ordinario se encontraba con lo extraordinario, vivía Javi, un chico de 13 años con una imaginación que traspasaba los límites de lo real. Junto a él, su hermana Marina, de 19 años, luchaba diariamente con las misiones del videojuego Zelda, mientras su padre, un hombre de 56 años de cabello corto y gris, encontraba en las cartas de UNO, un momento para compartir risas y estrategias con sus hijos y Keki, una vecina que se había convertido en parte de la familia.
Pero esta historia comienza verdaderamente cuando Yoel, un personaje creado por la fértil mente de Javi, decide que estar confinado en el papel ya no era suficiente. De cabello amarillo y mirada traviesa, Yoel saltó de las páginas escritas por Javi con un solo propósito: gobernar no solo el mundo de las historias, sino también el real.
Una tarde, mientras Javi y Papá organizaban las cartas para otro juego de UNO, Yoel materializó su presencia en el mundo real con un destello de luz. Su primera acción fue intentar convencer a Marina de que dejara su consola y se uniera a él en su conquista, prometiéndole secretos para superar todos los niveles de Zelda. Marina, intuitiva y valiente, sospechó de las verdaderas intenciones de Yoel y, con la ayuda de sus gatos Mico y Mia, decidió huir para pensar en un plan.
Al darse cuenta del peligro que Yoel representaba, Javi y Papá decidieron que debían actuar. Usando el juego de UNO como distracción, crearon trampas en las cartas que, al ser activadas, enviarían a Yoel de vuelta a su mundo ficticio. Pero Yoel, astuto y malicioso, capturó a Keki, forzándolos a alterar su estrategia inicial.
La situación parecía desesperada cuando Marina, desde su escondite, contactó a Javi a través de su consola Nintendo Switch. Ella había descubierto, jugando Zelda, un objeto mágico que podría ayudar: el Espejo de la Verdad, capaz de revelar y revertir las malicias. Marina regresó justo a tiempo para liberar a Keki con la ayuda del espejo, mientras Javi y Papá confrontaban a Yoel con la última carta de UNO: el retorno.
Con el espejo en mano, Marina enfrentó a Yoel, mostrándole su verdadera esencia reflejada en él. El villano, incapaz de soportar la verdad de su propia maldad, se vio obligado a retroceder, siendo absorbido de nuevo hacia el reino de las historias, prometiendo nunca más intentar escapar.
Gracias a su ingenio y valentía, Javi y su familia no solo salvaron su mundo, sino que también reforzaron el lazo que los unía. Marina, por fin, completó Zelda, no solo en el juego, sino también en la vida real, aprendiendo que algunas batallas se ganan con más que solo habilidad: se necesitan corazón y coraje.
Así, la familia aprendió que cada historia, sea real o imaginada, tiene su lugar y su tiempo, y que la unidad y el amor familiar son las verdaderas claves para mantener el equilibrio entre ambos mundos. Y mientras el sol se ponía sobre su tranquilo suburbio, todos sabían que cualquier nueva aventura que les esperara, estarían listos para enfrentarla juntos, armados con cartas de UNO, una consola de videojuegos, y sobre todo, el uno al otro.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.