Había una vez, en un hermoso bosque encantado, un perrito muy juguetón llamado Lucky. Él tenía un pelaje suave y esponjoso, y siempre llevaba una pequeña capa que lo hacía sentir valiente y especial. Lucky vivía en una granja acogedora junto a sus mejores amigos: Marsha, una conejita muy linda; Edith, un pequeño dinosaurio verde; y Corfis, un hámster diminuto y simpático.
Un día, mientras jugaban felices en la granja, notaron que el cielo empezaba a oscurecerse. Grandes nubes negras se acumulaban en el horizonte y el viento comenzaba a soplar con fuerza. Lucky, Marsha, Edith y Corfis miraron hacia el cielo con preocupación. «Parece que se acerca una tormenta,» dijo Marsha, moviendo sus largas orejas.
Lucky, con su capa ondeando al viento, trató de animar a sus amigos. «No se preocupen, amigos. Estoy seguro de que estaremos bien,» dijo con una sonrisa valiente. Sin embargo, la tormenta llegó más rápido de lo que esperaban. La lluvia comenzó a caer en grandes gotas, y el sonido de los truenos retumbaba por todo el bosque.
Los cuatro amigos corrieron a refugiarse en la granja. Adentro, se acurrucaron juntos mientras la tormenta rugía afuera. De repente, un gran estruendo sacudió la tierra. «¡Oh, no! ¿Qué fue eso?» exclamó Corfis, asustado.
Lucky miró por la ventana y vio algo terrible. La gran montaña que estaba cerca de la granja se estaba derrumbando, y grandes ríos de lodo se deslizaban hacia ellos. «¡Tenemos que hacer algo rápido!» gritó Lucky. «¡La granja podría inundarse con todo ese lodo!»
Con su capa, Lucky se sintió lleno de coraje y decidió buscar una solución. «Voy a salir y encontrar una manera de sacarnos de aquí. Ustedes quédense juntos y estén listos para moverse rápido,» dijo decidido.
Lucky salió corriendo bajo la lluvia torrencial, explorando el bosque en busca de un camino seguro. Corrió y corrió, esquivando ramas y saltando sobre charcos. Finalmente, encontró un sendero que parecía llevar a un lugar más alto y seguro.
Regresó rápidamente a la granja y llamó a sus amigos. «¡Encontré un camino! ¡Vamos, tenemos que irnos ahora!» Marsha, Edith y Corfis siguieron a Lucky, confiando en que su amigo valiente los guiaría a un lugar seguro.
Juntos, se adentraron en el bosque siguiendo a Lucky. Aunque el camino era resbaladizo y difícil, no se dieron por vencidos. Lucky los animaba en cada paso, diciéndoles que estaban cerca de un lugar seguro. A medida que subían, la lluvia comenzaba a amainar y las nubes negras se disipaban lentamente.
Finalmente, llegaron a una colina donde podían ver todo el bosque y la granja a lo lejos. Desde allí, vieron cómo el lodo había pasado por donde estaba la granja, pero se sentían aliviados de estar a salvo. «Lo logramos,» dijo Lucky, jadeando pero con una gran sonrisa.
Marsha, Edith y Corfis se abrazaron a Lucky, agradecidos por su valentía y liderazgo. «Gracias, Lucky. Eres nuestro héroe,» dijeron con alegría.
Después de que la tormenta pasó, los cuatro amigos regresaron a la granja. Aunque estaba un poco sucia y desordenada, estaba intacta. Juntos, comenzaron a limpiar y arreglar todo, felices de estar sanos y salvos.
Desde ese día, Lucky, Marsha, Edith y Corfis siguieron jugando y explorando juntos, sabiendo que siempre podrían contar con la valentía y el ingenio de Lucky para mantenerlos a salvo. Y cada vez que Lucky se ponía su capa, recordaban la gran aventura que habían vivido y cómo su amistad los había ayudado a superar cualquier dificultad.
Así, en el hermoso bosque encantado, Lucky y sus amigos vivieron muchas más aventuras, siempre unidos y felices, aprendiendo que con coraje y amistad, podían enfrentar cualquier desafío.
Fin.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.