Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas, una niña llamada Luna. Era una niña curiosa, siempre mirando al cielo, fascinada por la majestuosidad de la noche. Cada noche, antes de dormir, Luna susurraba a la luna su más grande sueño: viajar a través del vasto universo.
Una noche, mientras Luna contemplaba el cielo estrellado desde su ventana, una estrella fugaz pasó rozando su ventana. Para su sorpresa, esta estrella tenía forma de una pequeña niña brillante y centelleante. Era Estrellita, una estrella errante en busca de compañía.
«Hola Luna, he escuchado tus deseos todas las noches. ¿Te gustaría explorar el universo conmigo?», dijo Estrellita con una voz suave y melódica.
Luna, emocionada, asintió sin dudarlo. Sin perder tiempo, Estrellita extendió su mano y, al tomarla, ambas comenzaron a elevarse por el aire, dejando atrás la Tierra y sumergiéndose en el manto estrellado del cosmos.
Viajaron a través de constelaciones, danzaron en la Vía Láctea y se deslizaron por los anillos de Saturno. Luna aprendió sobre las nebulosas, las estrellas fugaces y las galaxias lejanas. Estrellita le contó historias del universo, de cómo las estrellas nacen y mueren, y de la infinitud del espacio.
Mientras exploraban, Luna se dio cuenta de lo pequeña que era en comparación con el vasto universo, pero también entendió lo especial que era cada estrella, cada planeta y cada ser en él. Descubrió que, aunque pequeños, todos tienen un lugar y un propósito.
Después de horas que parecieron minutos, Estrellita dijo: «Es hora de regresar, Luna. Pero recuerda, el universo está en ti y siempre podrás visitarlo en tus sueños».
Luna y Estrellita descendieron lentamente hacia la Tierra. Al llegar a su habitación, Luna se metió en su cama, abrazó su osito de peluche y cerró los ojos, agradecida por la aventura.
Conclusión:
A la mañana siguiente, Luna despertó con una gran sonrisa en su rostro. Sabía que había sido un sueño, pero también sabía que el universo estaba lleno de maravillas esperando ser descubiertas.
Cada noche, antes de dormir, recordaba su viaje con Estrellita y soñaba con nuevas aventuras, sabiendo que el cielo no era el límite.





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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.