Cuentos para Dormir

La Magia del Amor en el Corazón del Reino

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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Había una vez, en un reino muy lejano, un lugar lleno de maravillas y magia, donde los días eran soleados y las noches estaban llenas de estrellas brillantes. En este reino vivían tres grandes amigos: Olivia, Mariana y Matías. Olivia era una niña con grandes sueños y una sonrisa deslumbrante que iluminaba todo a su alrededor. Siempre llevaba un vestido azul que parecía reflejar el cielo. Mariana, por su parte, era una niña muy curiosa, siempre preguntando sobre todo y buscando responder a los misterios del mundo. Tenía una melena rizada que rebotaba con cada paso que daba. Y Matías, el más aventurero de los tres, amaba explorar y vivir nuevas experiencias. Su cabello castaño y desordenado lo hacía parecer un pequeño científico en medio de sus experimentos.

Un día, mientras paseaban por el bosque que rodeaba su pueblo, los tres amigos encontraron un sendero empedrado que nunca antes había visto. Intrigados, decidieron seguirlo. El camino estaba lleno de flores coloridas que parecían danzar al ritmo del viento. Olía a dulces y a caramelos, y los pájaros cantaban una melodía alegre. Avanzaron con entusiasmo, sin saber adónde los llevaría el sendero.

Después de caminar un buen rato, llegaron a un claro donde había un enorme árbol. Era tan alto que parecía tocar el cielo y su tronco era tan ancho que tres personas de la mano apenas podrían rodearlo. A su alrededor, había un arroyito que susurraba suavemente mientras el agua corría sobre las piedras. “¡Qué belleza!”, exclamó Olivia. “Este lugar es mágico”.

Mariana, muy curiosa, se acercó al árbol y notó algo extraño. “Miren, hay un cartón antiguo pegado en el tronco”, dijo mientras intentaba despegarlo. Una vez libre, lo leyó en voz alta: “Quien desee descubrir la magia del amor debe encontrar el corazón del reino. Solamente aquellos que tengan un amor verdadero en su interior podrán llegar hasta él”.

Los amigos se miraron con asombro. “¿Qué será el corazón del reino?”, preguntó Matías. Olivia, emocionada, respondió: “Tal vez se trate de un lugar mágico donde todos los sueños se hacen realidad”. Mariana, ya llena de ideas, dijo: “¡Vamos a buscarlo! Podría ser una gran aventura”.

Así que, los tres amigos decidieron seguir adelante en su búsqueda. Sería un viaje lleno de misterios y sorpresas, y estaban listos para todo. Caminando entre risas y juegos, comenzaron a estudiar el mapa que había detrás del cartón antiguo. Este mapa apuntaba a tres lugares en el reino: el Lago de las Estrellas, la Montaña susurrante y la Cueva de los Susurros. Decidieron que el primer destino sería el Lago de las Estrellas.

Al llegar al lago, se encontraron con un paisaje impresionante. A la orilla, podían ver un agua clara que reflejaba un cielo lleno de estrellas, incluso a plena luz del día. Era como si las estrellas hubieran decidido descansar en el agua. “¡Es asombroso!”, gritó Matías mientras saltaba de alegría. Mariana se acercó al lago y notó que había pequeños peces que danzaban bajo el agua, como si formaran parte de un espectáculo.

Mientras tanto, Olivia exploraba la orilla y encontró una pequeña concha brillante. “Miren esta concha”, dijo emocionada. “Es hermosa”. Al tocarla, de repente, la concha comenzó a brillar intensamente. Los amigos se acercaron rápidamente. “¿Qué está pasando?” preguntó Mariana con asombro.

De la concha emergió una figura mágica. Era un pequeño pez dorado que parecía hablar. “Gracias por liberar me de la concha. Yo soy el Guardián del Lago de las Estrellas. Si me ayudan a recuperar mi hogar en el fondo del lago, les haré un regalo que los ayudará en su búsqueda del corazón del reino”, dijo el pez con una voz melodiosa.

“¿Cómo podemos ayudarte?”, preguntó Matías con determinación. El pez dorado explicó que un malvado hechicero había robado su hogar y que él no podía regresar hasta que le devolvieran un objeto especial que el hechicero había ocultado en su cueva.

Olivia, Mariana y Matías se miraron. “¡Podemos ayudarlo!” dijeron todos a la vez. El pez dorado sonrió y les dio una pequeña piedra brillante que les ayudaría a encontrar el camino hacia la cueva.

Con el corazón lleno de emoción, los amigos agradecieron al pez dorado y comenzaron su viaje hacia la Cueva de los Susurros. Mientras caminaban, cada uno de ellos compartió lo que significaba el amor para ellos. Olivia decía que el amor era compartir su alegría, Mariana pensaba que el amor era la curiosidad por conocer a los demás, y Matías creía que el amor era tener aventuras juntos.

Finalmente, llegaron a la cueva. Era oscura y misteriosa, pero también había un brillo suave en el interior. Al entrar, escucharon un susurro detrás de ellos. Se dieron la vuelta, y para su sorpresa, encontraron a un pequeño búho que los miraba con curiosidad.

“Hola, soy Búho sabio, y les traeré a donde se encuentra el objeto que busca el pez dorado. Pero primero, deben responder a una pregunta”, dijo el búho, que se posó en una roca.

“Claro, estamos listos”, respondieron los tres amigos al unísono. El búho cerró sus ojos por un momento, como si estuviera pensando. Luego preguntó: “¿Qué es lo que más valoran en una amistad?”

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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