Cuentos de Princesas

La Pequeña Princesa Laia y la Piedra Mágica

Lectura para 2 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

En un pueblito muy pequeño, donde las flores olían a caramelos y las nubes parecían algodón, vivía una niñita llamada Laia. Laia era especial, no porque tuviera vestidos brillantes o una corona, sino porque tenía un corazón gigante y una sonrisa que iluminaba todo a su alrededor.

Un día, mientras jugaba en el jardín de su casa, Laia encontró una piedrecita brillante, ¡parecía un diamante! La tomó en sus manos y la piedrecita comenzó a brillar aún más.

De pronto, se escuchó una melodía y delante de Laia apareció un hada diminuta con alas de mariposa.

«Hola, pequeña Laia», dijo el hada con una voz dulce. «Has encontrado la piedra mágica del reino y eso significa que tienes un corazón puro y bondadoso. ¿Te gustaría ser una princesa por un día?»

Laia, sorprendida y emocionada, asintió con su cabecita. En un parpadeo, su vestido sencillo se transformó en uno largo y brillante. En su cabeza apareció una corona reluciente y en sus pies, unos zapatitos que parecían hechos de cristal.

Como princesa, Laia bailó y jugó en un palacio mágico. Las flores le cantaban canciones y las mariposas la acompañaban por doquier. Pero lo más especial fue que, como princesa, Laia tuvo el poder de regalar sonrisas y hacer felices a todos en el reino.

Al caer la noche, el hada regresó y dijo: «Laia, es hora de regresar a tu hogar. Pero recuerda, no necesitas una corona para ser especial. Tu corazón bondadoso es lo que realmente te hace una princesa.»

Laia despertó en su jardín, con su vestidito sencillo y sin corona. Pero ahora sabía un gran secreto: ser una princesa no se trata de tener cosas brillantes, sino de tener un corazón lleno de amor y bondad.

Conclusión:
La verdadera magia no está en las cosas que tenemos, sino en cómo hacemos sentir a los demás. Laia nos enseña que con un corazón bondadoso, todos podemos ser príncipes o princesas en nuestra propia historia.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!