Cuentos de Princesas

La Princesa de las Estrellas y el Libro de los Secretos Perdidos

Lectura para 2 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez, en un reino muy lejano, una hermosa princesa llamada Natsumi. Natsumi vivía en un castillo brillante, rodeado de flores de todos los colores y aves que cantaban dulcemente en los árboles. Cada día, se despertaba con el sol brillando en su ventana y la suave brisa acariciando su rostro. Pero Natsumi no era como las demás princesas; ella tenía un gran secreto que la hacía muy especial.

Natsumi soñaba con las estrellas. Cada noche, cuando el cielo se llenaba de luceros, ella subía a la torre más alta del castillo con su telescopio. Desde allí, podía ver a las estrellas danzar y relucir como si le estuvieran contando historias. Una noche, mientras miraba las estrellas, se dio cuenta de que había una estrella que brillaba más fuerte que las demás. Intrigada, decidió que debía descubrir su secreto.

Un día, mientras exploraba el jardín del castillo, Natsumi encontró un viejo libro cubierto de polvo en un rincón olvidado. El libro tenía un título dorado en la portada que decía «Los Secretos Perdidos de las Estrellas». Con los ojos llenos de emoción, Natsumi lo abrió y comenzó a leer. Allí encontró historias sobre cómo cada estrella tenía su propio cuento y que, si se deseaba con sinceridad, podía hacer que una estrella bajara del cielo para ayudar a cumplir un sueño.

Natsumi se sintió muy emocionada. Sabía que quería hacer un deseo, pero no estaba segura de cuál. Entonces recordó a su amigo, un pequeño dragón llamado Fuego, que siempre había estado a su lado. Fuego era un dragón muy especial: sus escamas eran de un color azul brillante y podía volar alto en el cielo. Aunque a veces era un poco travieso, siempre estaba ahí para apoyar a Natsumi en sus aventuras.

Decidida, Natsumi cerró el libro y llamó a Fuego. «¡Fuego, ven aquí!», gritó ella con alegría. El dragón apareció rápidamente con un pequeño estallido de fuego y un brillo travieso en sus ojos. «¿Qué sucede, Natsumi?», preguntó Fuego. «He encontrado un libro sobre las estrellas y quiero que me ayudes a hacer un deseo especial», respondió Natsumi.

«¡Eso suena emocionante!», dijo Fuego, moviendo su cola con entusiasmo. “¿Qué deseas, amiga?”. Natsumi pensó por un momento y dijo: “Quiero conocer a la estrella más brillante y preguntarle sobre su secreto”. Fuego asintió con la cabeza. “¡Vamos a hacerlo!”

Los dos amigos se prepararon para su aventura. Fuego voló alto en el cielo con Natsumi en su espalda. Juntos, atravesaron nubes esponjosas y luces centelleantes. Finalmente, llegaron cerca de la estrella que brillaba más. Natsumi pudo ver cómo su luz iluminaba todo a su alrededor y se sentía emocionada de conocerla.

—Hola, estrella brillante —dijo Natsumi con voz dulce—. Soy la princesa Natsumi, y he venido a conocerte. Quiero saber cuál es tu secreto.

La estrella, que parecía escucharla, comenzó a parpadear y de repente, una voz mágica llenó el aire: «Querida Natsumi, gracias por venir a verme. Mi secreto es que cada vez que una persona tiene amor en su corazón y busca ayudar a los demás, brillo más intensamente. Tu bondad y tus sueños son lo que me hacen brillar”.

Natsumi sonrió al escuchar las palabras de la estrella. Entonces, recordó a su amiga Suri, una pequeña hada que siempre estaba feliz, ayudando a todo el que podía. “¡Gracias, estrella!” exclamó Natsumi. “Prometo seguir llenando mi corazón de amor y ayudar a todos en mi reino, como lo hace Suri”.

Fuego, que estaba escuchando atentamente, aplaudió con sus alas. “¡Qué gran sorpresa! ¡Nosotros también podemos ayudar, Natsumi!” La estrella sonrió y dijo: «Cuando vuelvas a tierra, no olvides este momento. La misma luz que yo brindo, también la pueden dar tú y Fuego.”

Con alegría, Natsumi le dio las gracias a la estrella una vez más y, montada en Fuego, regresó a su hogar. Estaba emocionada por contarle a Suri lo que había aprendido. Cuando llegaron al jardín, Natsumi corrió hacia Suri, que estaba jugando con una mariposa.

“Suri, tengo una historia maravillosa para contarte”, dijo Natsumi con ojos brillantes. “He conocido a la estrella más brillante y ella me reveló un gran secreto. Dijo que el amor y la bondad nos hacen brillar, como ella”.

Suri sonrió y dijo: “Eso es hermoso, Natsumi. Debemos llevar esa luz a todas partes, y ayudar a quienes lo necesiten”. Así que, juntas, Natsumi, Suri y Fuego decidieron que todas las noches, irían a ayudar a los habitantes del reino, ofreciendo su amor y bondad.

Y cada vez que hacían algo bueno, empezaban a ver cómo, desde el cielo, las estrellas brillaban más intensamente. Se dieron cuenta de que su amor no solo iluminaba su propia vida, sino también la de todos a su alrededor. Hicieron amigos, alegraron corazones y, siempre que se encontraban con problemas, recordaban el secreto de la estrella: brillar con amor.

Así, la princesa Natsumi, el dragón Fuego y la hada Suri se convirtieron en los mejores amigos, siempre dispuestos a ayudar a quienes lo necesitaban. Y cada noche, cuando miraban al cielo, veían cómo las estrellas les sonreían, agradecidas por su bondad.

Por eso, Natsumi aprendió que el verdadero poder de una princesa no está únicamente en un castillo o en ser hermosa, sino en tener un corazón lleno de amor, dispuesto a hacer el bien y a compartirlo con los demás. Y así, la princesa, el dragón y el hada vivieron muchas más aventuras, comprendiendo que la luz que dan no solo brilla en sus corazones, sino también en los del mundo entero.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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