Cuentos de Superhéroes

El Misterio de la Identidad Desvelada

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 7 minutos

Español

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En la vibrante Ciudad Gótica, donde las sombras de los rascacielos se mezclan con los destellos de las luces de neón, un misterio inquietante se cernía sobre la famosa biblioteca de la ciudad. Un robo sin precedentes había tenido lugar, y la única testigo, la bibliotecaria Lucía, se encontraba en un estado de shock, incapaz de recordar los detalles del evento.

Batichica, siempre alerta y comprometida con la seguridad de Ciudad Gótica, tomó la iniciativa de acompañar a Lucía al psicólogo de la policía, el Dr. Theel. Con su característica capa ondeando detrás de ella, Batichica reflejaba una mezcla de determinación y preocupación mientras cruzaba los pasillos de la estación de policía.

El Dr. Theel, un hombre de mediana edad con gafas y una mirada penetrante, recibió a Lucía en su consultorio. La habitación estaba iluminada tenuemente, con una máquina de luces estroboscópicas colocada en un rincón. Batichica, permaneciendo en las sombras, observaba atentamente.

«Lucía, voy a comenzar a grabar la sesión», anunció el Dr. Theel mientras presionaba un botón en su grabadora. «Y ahora activaré la máquina de luces. Esto te ayudará a entrar en trance y recordar los detalles del robo».

Lucía asintió, su rostro reflejando una mezcla de nerviosismo y esperanza. Las luces comenzaron a parpadear, y en cuestión de segundos, Lucía cayó en un profundo trance hipnótico.

«Lucía, quiero que retrocedas a la noche del robo. Cuéntame todo lo que recuerdes», solicitó el Dr. Theel con voz suave.

Lucía comenzó a hablar, su voz sonaba distante. Describió la figura sombría que había irrumpido en la biblioteca, los movimientos ágiles y silenciosos, cómo había evitado las cámaras de seguridad y cómo, sin dejar rastro, había desaparecido en la noche con varios manuscritos antiguos y valiosos.

Cuando terminó, el Dr. Theel suspiró, maravillado por la precisión de su relato. Envío a Lucía a casa en un patrullero, asegurándose de su seguridad. Sin embargo, una idea comenzó a formarse en su mente.

Volvió su mirada hacia Batichica, quien aún estaba bajo el efecto de las luces estroboscópicas. Un pensamiento imprudente y curioso se apoderó de él. Era una oportunidad única para descubrir la identidad secreta de la superheroína.

«Batichica», comenzó el Dr. Theel, su voz ahora tenía un tono más firme. «Quiero que me reveles tu verdadera identidad. ¿Quién eres realmente bajo esa máscara?»

Batichica, bajo el influjo hipnótico, luchó por mantener su secreto. «No… no puedo…», murmuró con resistencia.

«Pero debes hacerlo. Es esencial que lo sepas tú misma. Dime tu nombre», insistió el Dr. Theel.

Finalmente, las defensas de Batichica cedieron. «Soy… Barbara Gordon», reveló con una voz que apenas se reconocía como suya.

El Dr. Theel quedó atónito. La hija del Comisionado Gordon, su propia jefa, era la heroína que había admirado durante tanto tiempo. Para confirmar, le pidió a Batichica que se subiera la máscara por encima de los ojos. Obedeciendo, Batichica reveló su rostro.

En ese momento crítico, se escucharon golpes en la puerta. Batichica comenzó a despertar lentamente del trance. El Dr. Theel, en un rápido movimiento, apagó la grabación y abrió la puerta. Era el Comisionado Gordon, quien entró con un saludo cordial.

Batichica, confundida pero recuperándose, respondió al saludo del comisionado como si nada inusual hubiera sucedido. Se despidió de ambos con un guiño juguetón y salió de la habitación, sin tener idea de la revelación que había tenido lugar.

El Dr. Theel y el Comisionado Gordon se quedaron en silencio, cada uno procesando los eventos de manera diferente. El doctor se preguntaba si debía revelar la identidad de Batichica, mientras que el comisionado simplemente estaba agradecido por la ayuda que la superheroína había brindado a su hija.

El robo en la biblioteca quedó resuelto gracias a la información proporcionada por Lucía, pero el Dr. Theel guardó el secreto de Batichica, respetando la valentía y el sacrificio que implicaba su doble vida. La Ciudad Gótica continuó descansando bajo la vigilancia de su heroína enmascarada, y Batichica, sin saber que su secreto había sido descubierto y luego protegido, continuó luchando contra el crimen, fortalecida por su determinación y coraje.

La historia de Batichica, Lucía, el Dr. Theel y el Comisionado Gordon se convirtió en una leyenda susurrada en los rincones de Ciudad Gótica, un recordatorio de que la verdad a veces se encuentra en los lugares más inesperados y que los héroes pueden estar más cerca de lo que pensamos.

Después del incidente en el consultorio del Dr. Theel, la vida en Ciudad Gótica continuó con su ritmo habitual, pero con una sensación renovada de seguridad y misterio. Batichica, sin saber que su identidad había sido brevemente descubierta y luego protegida, patrullaba las calles con un vigor renovado, consciente de la fragilidad de su secreto.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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