Cuentos de Superhéroes

Ethan y Papá, los Superhéroes Voladores

Lectura para 2 años

Tiempo de lectura: 4 minutos

Español

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En un lugar muy, muy feliz, vivía un niño llamado Ethan. Ethan tenía cabello castaño y unos ojos grandes llenos de curiosidad. Pero lo más especial de Ethan era que él y su papá eran superhéroes. Sí, así es, superhéroes de verdad. Ethan tenía un traje azul con una capa roja que siempre ondeaba al viento, y su papá tenía un traje verde con una capa a juego. Juntos podían volar muy alto en el cielo, mucho más alto que los pájaros y hasta las nubes.

Un día, Ethan se despertó muy temprano. Saltó de la cama y corrió hacia la habitación de su papá. «¡Papá, papá!», gritó emocionado, «¿Podemos volar hoy? ¡Quiero volar muy alto y ver las nubes de cerca!»

Papá sonrió y se estiró. «Claro que sí, campeón. Vamos a desayunar primero y luego volaremos alto, muy alto.»

Ethan y su papá desayunaron juntos. Comieron panqueques con miel y bebieron jugo de naranja. Después, se pusieron sus trajes de superhéroes. Ethan se ajustó su capa roja y papá se puso su capa verde. Salieron al jardín y, con un gran salto, comenzaron a volar.

Volaron por encima de las casas y los árboles, hasta que llegaron a las nubes. Las nubes eran suaves como el algodón y Ethan se reía de alegría al tocar una. «Mira, papá, ¡las nubes son como almohadas gigantes!»

Papá también se reía. «Sí, Ethan, las nubes son muy suaves. ¿Te gustaría volar más alto y ver el sol brillar?»

«¡Sí, papá, sí!», respondió Ethan, sus ojos brillando de emoción.

Volaron más y más alto hasta que el sol comenzó a brillar con fuerza. Todo se veía tan pequeño desde allí arriba. Los coches parecían juguetes y las personas eran como hormigas. Ethan y su papá jugaban a hacer figuras con las nubes. Hicieron formas de animales, de corazones y de estrellas.

Mientras volaban, Ethan vio algo brillante en el suelo. «Papá, ¿qué es eso que brilla allá abajo?»

Papá miró hacia donde Ethan señalaba. «Vamos a bajar a ver qué es, Ethan. Tal vez alguien necesite nuestra ayuda.»

Descendieron suavemente y aterrizaron en un parque. En el parque, vieron a un perrito atrapado en un arbusto. El perrito tenía un collar brillante, eso era lo que Ethan había visto desde el cielo.

«¡Oh, no! ¡Tenemos que ayudar al perrito, papá!», dijo Ethan.

«Claro que sí, Ethan. Vamos a liberar al perrito y asegurarnos de que esté bien.»

Papá usó su superfuerza para separar las ramas del arbusto y Ethan con mucho cuidado sacó al perrito. El perrito estaba muy agradecido y lamió la cara de Ethan, haciéndolo reír.

«¡Eres un buen perrito!», dijo Ethan, acariciando al animalito. «¿Dónde estará su dueño, papá?»

Miraron alrededor y vieron a una niña que parecía estar buscando algo. «¡Ese debe ser su dueño!», exclamó Ethan.

Corrieron hacia la niña con el perrito en brazos. «¿Es tu perrito?», preguntó papá.

La niña asintió con lágrimas en los ojos. «¡Sí! ¡Gracias por encontrarlo! Estaba muy preocupada.»

Ethan le entregó el perrito a la niña y ella lo abrazó con fuerza. «¡Muchas gracias, superhéroes!», dijo sonriendo.

«De nada,» dijo Ethan. «Siempre estamos aquí para ayudar.»

Después de esa emocionante aventura, Ethan y su papá volvieron a volar. Esta vez decidieron ir al bosque. El bosque estaba lleno de árboles altos y frondosos. Volaron entre los árboles, esquivando ramas y riendo juntos.

En el bosque encontraron un arroyo donde el agua corría cristalina. Ethan y su papá se detuvieron a descansar y beber un poco de agua. «Papá, me gusta ser un superhéroe contigo. Podemos ayudar a las personas y ver cosas maravillosas.»

«Y a mí me gusta ser un superhéroe contigo, Ethan. Eres muy valiente y siempre tienes ganas de ayudar a los demás.»

Después de descansar, volaron nuevamente. Esta vez se dirigieron a la montaña más alta. La montaña estaba cubierta de nieve y hacía mucho frío, pero sus trajes de superhéroes los mantenían calientes.

Al llegar a la cima de la montaña, Ethan y su papá se sentaron a admirar el paisaje. Desde allí podían ver todo el mundo. «Papá, el mundo es muy grande. Hay muchas personas que podemos ayudar.»

«Tienes razón, Ethan. Siempre habrá alguien que necesite nuestra ayuda, y nosotros estaremos ahí para ellos.»

Mientras estaban sentados, vieron un águila volando. El águila parecía tener problemas, pues una de sus alas estaba herida. «Papá, ¡el águila necesita ayuda!»

Sin dudarlo, volaron hacia el águila. Papá usó su supervelocidad para alcanzarla y con mucho cuidado la sostuvo. «Ethan, tenemos que curar su ala. ¿Me ayudas?»

«¡Sí, papá!»

Papá sacó un vendaje especial de su cinturón de herramientas de superhéroe y juntos envolvieron suavemente el ala del águila. El águila miró a Ethan con ojos agradecidos y dejó escapar un suave chillido de gratitud.

«¡Listo! Ahora podrá volar de nuevo», dijo Ethan sonriendo.

Después de ayudar al águila, decidieron volar de regreso a casa. Mientras volaban, el sol comenzó a ponerse, pintando el cielo de colores anaranjados y rosados. Era una vista hermosa.

Al llegar a casa, mamá los estaba esperando con una gran sonrisa. «¿Cómo les fue hoy, mis superhéroes?»

«¡Fue un día increíble, mamá!», exclamó Ethan. «Volamos alto, ayudamos a un perrito y a un águila, y vimos el mundo desde la cima de una montaña.»

«Me alegra tanto escuchar eso», dijo mamá, abrazándolos a los dos. «Ahora es hora de cenar y luego a la cama, mis valientes superhéroes.»

Después de una deliciosa cena, Ethan y su papá se prepararon para dormir. Ethan se puso su pijama y se metió en la cama. Papá se sentó a su lado y le leyó una historia. «¿Sabes, Ethan? Estoy muy orgulloso de ti. Eres un superhéroe maravilloso.»

«Gracias, papá. Yo también estoy muy orgulloso de ti. Me encanta ser tu compañero de aventuras.»

Papá besó a Ethan en la frente y apagó la luz. «Dulces sueños, campeón.»

Ethan cerró los ojos, sintiéndose feliz y seguro. Sabía que, sin importar lo que pasara, siempre tendría a su papá a su lado para compartir increíbles aventuras y ayudar a quienes lo necesitaran.

Y así, Ethan y su papá, los superhéroes voladores, siguieron viviendo muchas más aventuras, volando por los cielos y ayudando a todos aquellos que encontraran en su camino. Porque no importa cuán grande o pequeño seas, siempre puedes ser un héroe cuando tienes un gran corazón y el deseo de hacer el bien.

Y así concluye la historia de Ethan y su papá, los superhéroes voladores, quienes demostraron que el verdadero poder de un héroe no está en su fuerza o habilidades, sino en su bondad y amor por los demás. Y colorín colorado, este cuento ha terminado.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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