Cuentos de Terror

El Misterio del Torneo de Tenis

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 7 minutos

Español

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En una pequeña ciudad rodeada de colinas verdes y cielos azules, vivía una niña llamada Gina. Gina era conocida en su escuela y en el vecindario por su increíble habilidad para jugar al tenis. Con solo once años, ya había ganado varios torneos locales, y su fama como jugadora prodigio se extendía rápidamente.

Un día, recibió una invitación para participar en un torneo muy especial. Este no era un torneo común; se llevaría a cabo en un antiguo y majestuoso hotel ubicado en las afueras de la ciudad. El hotel, conocido como «El Castillo de las Sombras», tenía una historia rica y misteriosa. Se decía que en sus pasillos resonaban los ecos de antiguos secretos y leyendas olvidadas.

Gina, emocionada y llena de curiosidad, aceptó la invitación. A su llegada al hotel, se sintió impresionada por su imponente arquitectura gótica y los jardines que lo rodeaban, donde se encontraba la cancha de tenis. Pero algo en el ambiente parecía extraño, como si las antiguas piedras del edificio guardaran oscuros secretos.

El torneo comenzó al día siguiente. Gina, con su raqueta en mano, se sentía lista para enfrentar cualquier desafío. Pero a medida que el torneo avanzaba, comenzó a notar cosas extrañas. Durante sus partidos, escuchaba susurros que parecían venir de las paredes del hotel. Al principio, pensó que era su imaginación, pero los susurros se hicieron más claros y persistentes.

Una noche, después de un agotador día de partidos, Gina decidió explorar el hotel. Caminó por los largos pasillos, iluminados apenas por la tenue luz de candelabros antiguos. De repente, escuchó un sonido extraño proveniente del final del pasillo. Siguió el sonido hasta llegar a una puerta semiabierta.

Al asomarse, encontró una habitación llena de antiguos trofeos de tenis y fotografías en blanco y negro de jugadores de épocas pasadas. Pero lo que más llamó su atención fue un retrato de una joven jugadora de tenis que lucía exactamente como ella. Sorprendida, Gina se acercó para ver el nombre en la placa del retrato: «Gina», decía, con una fecha de más de cien años atrás.

Confundida y asustada, Gina salió corriendo de la habitación. En ese momento, se dio cuenta de que algo muy extraño y posiblemente peligroso estaba sucediendo en ese hotel. Decidió investigar más sobre la historia del lugar y sobre esa misteriosa jugadora que compartía su nombre y su rostro.

Gina pasó los días siguientes investigando. Descubrió que la joven del retrato era una jugadora de tenis que había desaparecido misteriosamente hace más de cien años, durante un torneo en el mismo hotel. Nadie sabía lo que le había ocurrido, pero desde entonces, se decía que su espíritu vagaba por los pasillos del hotel.

Mientras tanto, el torneo seguía adelante, y Gina avanzaba en las rondas. Pero cada vez que jugaba, sentía una extraña presencia a su alrededor, como si alguien la estuviera observando. Una noche, después de ganar un partido difícil, encontró una vieja raqueta de tenis en su habitación, con una nota que decía: «Ayúdame».

Esa noche, Gina no pudo dormir. Decidió que debía resolver el misterio. Armada con su linterna, exploró el hotel en busca de pistas. Finalmente, llegó a una puerta secreta detrás de una estantería en la biblioteca. Al abrirla, descubrió una escalera que descendía a un sótano oscuro y polvoriento.

Allí, encontró un diario cubierto de polvo. Era el diario de la joven jugadora desaparecida. Gina comenzó a leer y descubrió la trágica historia de una joven llena de sueños y ambiciones, cuya vida se vio truncada por un trágico accidente durante el torneo. El espíritu de la joven no podía descansar en paz, ya que nadie conocía la verdad sobre su destino.

Gina supo lo que tenía que hacer. Al día siguiente, durante la final del torneo, con todo el pueblo y los huéspedes del hotel mirando, reveló la verdad sobre la joven desaparecida. Contó la historia del accidente y mostró el diario como prueba. Mientras hablaba, una luz suave y tranquila apareció en la cancha de tenis. Era el espíritu de la joven, sonriendo agradecida a Gina.

Con la verdad finalmente revelada, el espíritu de la joven jugadora desapareció en paz. El hotel, una vez un lugar de misterios y susurros, se convirtió en un monumento en honor a la joven y su amor por el tenis.

Gina ganó el torneo, pero más importante aún, ganó algo que no esperaba: una profunda conexión con la historia del lugar y la satisfacción de haber ayudado a un alma en pena. Desde ese día, el torneo se convirtió en un evento anual en honor a ambas jugadoras, celebrando no solo el deporte, sino también la importancia de recordar y honrar a aquellos que nos precedieron.

Tras el torneo, Gina se convirtió en una celebridad local, no solo por su habilidad en el tenis, sino también por su coraje y compasión. La historia de cómo había ayudado al espíritu de la joven jugadora a encontrar la paz se extendió rápidamente, y muchas personas acudieron al hotel para aprender más sobre la historia y rendir homenaje.

Gina, sin embargo, se mantuvo humilde y enfocada en su pasión por el tenis. A pesar de su fama, nunca olvidó la lección que había aprendido en el hotel: que cada persona, viva o no, tiene una historia que merece ser contada y recordada.

A medida que pasaban los años, Gina siguió jugando y ganando torneos, pero siempre mantenía en su corazón el recuerdo de esa experiencia en «El Castillo de las Sombras». Se convirtió en una defensora de la preservación de la historia y la memoria, y ayudó a organizar eventos en el hotel para contar la historia de la joven jugadora y otras leyendas del lugar.

Finalmente, cuando Gina creció y se convirtió en una entrenadora de tenis, llevaba a sus estudiantes al hotel para contarles la historia. Les enseñaba no solo sobre el deporte, sino también sobre la importancia de la empatía y el respeto por el pasado.

El hotel, una vez un lugar de misterio y melancolía, se transformó en un espacio de celebración y aprendizaje, donde la memoria de la joven jugadora seguía viva en cada partido que se jugaba en sus canchas.

Y así, Gina, la niña que había ido a jugar un simple torneo de tenis, se convirtió en una leyenda en su propia ciudad, recordada no solo por su habilidad en la cancha, sino también por su bondad y su valentía. A través de su historia, enseñó a todos que, a veces, los mayores misterios pueden ser resueltos con un poco de curiosidad, valentía y un corazón dispuesto a escuchar.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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