Lucía y Omar eran dos jóvenes que parecían tener una relación perfecta. Ambos eran compañeros de clase y rápidamente se convirtieron en mejores amigos. A medida que creció su amistad, también lo hizo su cariño mutuo, y eventualmente, se hicieron novios. Todos en la escuela los admiraban por su relación tan bonita y cercana. Lucía, con su largo cabello oscuro y ojos brillantes, siempre parecía feliz y enamorada. Omar, con su sonrisa fácil y su actitud relajada, hacía que todos se sintieran cómodos a su alrededor.
Sin embargo, bajo la superficie de esta relación perfecta, algo oscuro se estaba gestando. Lucía comenzó a notar pequeños cambios en Omar. Empezó a recibir menos mensajes de él, y cuando estaban juntos, él parecía distraído. Al principio, Lucía pensó que estaba imaginando cosas, pero luego comenzaron a llegar rumores de amigos cercanos. «He visto a Omar con otra chica», le dijo una amiga un día. «No parecían solo amigos», añadió otra. Lucía no quería creerlo, pero las señales eran cada vez más evidentes.
Un día, mientras caminaba por el parque, Lucía vio a Omar abrazado a otra chica. Se detuvo en seco, el corazón le latía con fuerza y la rabia comenzó a arder dentro de ella. Sin confrontarlo en ese momento, Lucía decidió que esperaría el momento perfecto para llevar a cabo su venganza.
Lucía pasó semanas planeando meticulosamente cada detalle. Quería que Omar pagara por su traición de una manera que nunca olvidaría. Al fin, decidió que una cena romántica sería el escenario perfecto. Envió a Omar una invitación con un mensaje dulce y él, sin sospechar nada, aceptó felizmente.
La noche de la cena, Lucía preparó todo con esmero. La mesa estaba bellamente decorada con velas y flores. Lucía se vistió con su mejor vestido rojo, su favorito de Omar, y se maquilló con cuidado. Cuando Omar llegó, parecía encantado. «Todo esto es hermoso, Lucía», dijo mientras se sentaba.
La cena comenzó de manera tranquila, con risas y conversaciones agradables. Lucía servía los platos con una sonrisa, pero en sus ojos había una sombra que Omar no notó. Mientras comían, Lucía comenzó a hablar sobre su relación, sobre lo felices que eran juntos. Omar, sin percatarse de nada, asentía y sonreía.
Fue entonces cuando Lucía dejó caer la bomba. «¿Sabes, Omar? Me he enterado de algo interesante últimamente», dijo, su tono cambiando de dulce a gélido. Omar se tensó, dejando su tenedor en el plato. «¿Qué quieres decir?», preguntó con cautela.
«Me han dicho que te han visto con otra chica», continuó Lucía, sus ojos clavados en los de él. «¿Es cierto, Omar? ¿Me has estado engañando?»
Omar intentó negarlo, pero su voz temblaba y las palabras se le trababan. Lucía vio el miedo en sus ojos y supo que era verdad. No necesitaba escuchar más.
Con un movimiento rápido, Lucía sacó un cuchillo que había escondido bajo la mesa. «Esto es por todo el dolor que me has causado», gritó, y sin darle tiempo a reaccionar, lo apuñaló. Omar gritó de dolor y sorpresa, pero Lucía no se detuvo. El ruido de los gritos llenó la casa, atrayendo la atención de los vecinos.
La policía llegó rápidamente, alertada por los horribles sonidos. Encontraron a Omar en un charco de sangre y a Lucía cubierta de manchas rojas, con una mirada de satisfacción en su rostro. Fue arrestada inmediatamente, sin oponer resistencia.
En el juicio, Lucía no mostró remordimiento. Explicó con detalle cómo había planeado su venganza, cómo cada pequeño acto de amor en la cena había sido una burla hacia Omar y su traición. El juez y el jurado quedaron horrorizados por su frialdad y la condenaron a cadena perpetua.
Los años pasaron, y la historia de Lucía y Omar se convirtió en una leyenda urbana en la ciudad. Los niños la contaban como un cuento de terror, una advertencia sobre los peligros de la traición y la venganza. Lucía permaneció en la cárcel, sus días llenos de arrepentimiento y sus noches plagadas de pesadillas sobre aquella cena sangrienta.
Conclusión:
La historia de Lucía y Omar es un recordatorio escalofriante de cómo el amor puede convertirse en odio y cómo la venganza puede consumir a una persona hasta destruirla por completo. En lugar de buscar una solución pacífica a sus problemas, Lucía optó por un camino oscuro que la llevó a la ruina. Es un cuento que nos enseña que debemos manejar nuestras emociones y acciones con cuidado, porque las consecuencias pueden ser terribles.
Este cuento de terror para niños mayores nos muestra que incluso las relaciones más maravillosas pueden ocultar secretos oscuros, y que el odio y la venganza nunca son la respuesta correcta, no importa cuán heridos nos sintamos.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.