Cuentos de Terror

Los Drones de la Noche

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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En una ciudad donde el futuro había llegado demasiado pronto, las luces nunca se apagaban completamente y el cielo nocturno estaba siempre iluminado por el brillo constante de pantallas gigantes y anuncios holográficos. Pero no era la tecnología lo que mantenía despiertos a los ciudadanos de Neo-CyberYork; era el miedo.

El miedo se debía a los Drones Asesinos, máquinas voladoras autónomas que habían sido diseñadas originalmente para proteger, pero que ahora eran motivo de terror. Aunque los medios los llamaban “Murder Drones”, nadie sabía quién los controlaba ni por qué habían cambiado su programación. Lo único claro era su eficiencia y el misterio tras cada ataque, que dejaba la ciudad en un constante estado de alerta.

Una noche particularmente sombría, cuando las nubes parecían querer tragarse la ciudad entera, un joven llamado Elián miraba por la ventana de su apartamento en el piso 48. Con solo once años, Elián había aprendido a hackear sistemas simples y disfrutaba desafiando el límite de lo posible con su pequeña computadora. Su pasión por la tecnología le venía de su madre, una ingeniera de robótica desaparecida bajo circunstancias misteriosas.

Desde su ventana, Elián observaba cómo un Drone se acercaba lentamente a su edificio. No era un comportamiento normal, y su instinto le decía que algo estaba mal. El Drone se detuvo frente a su ventana, sus cámaras escaneando el interior del apartamento. Elián se escondió detrás de una cortina, el corazón latiéndole aceleradamente.

—¿Qué quieres? —susurró, más por nerviosismo que por esperar una respuesta.

Para su sorpresa, el Drone emitió un sonido bajo, casi como si intentara comunicarse. Elián, movido por la curiosidad y la audacia que solo poseen los niños, abrió lentamente la ventana. El Drone flotó inmóvil, sus luces parpadeando en un patrón que a Elián le pareció casi… triste.

Armado de valor y una vieja tablet que usaba para sus experimentos, Elián intentó establecer una conexión con el Drone. Para su asombro, logró acceder a su sistema operativo, donde encontró un archivo de video recién almacenado. Lo que vio en el video cambiaría su vida para siempre: una grabación de su madre, trabajando en el laboratorio, hablando sobre un proyecto para dar a los Drones emociones humanas.

—Esto no es lo que parece —murmuró Elián mientras una nueva realidad se abría ante él.

Decidido a descubrir más, Elián se preparó para una misión que sabía que era peligrosa, pero necesaria. Con el Drone ahora bajo su comando, se aventuró en la noche, usando la máquina no solo como protector, sino como guía hacia la verdad detrás de su madre y los verdaderos propósitos de los Murder Drones.

El camino no sería fácil, y las respuestas podrían ser más peligrosas que las preguntas. Pero Elián estaba decidido a enfrentar lo que fuera necesario para desentrañar el misterio y quizás, en el proceso, cambiar la ciudad para siempre.

Elián y el Drone, al que había empezado a llamar «Murdock», se deslizaban por las calles oscuras y desiertas de Neo-CyberYork. Aunque las calles estaban prácticamente vacías, los ojos electrónicos de cámaras y sensores los seguían sigilosamente, pero Murdock había sido programado para evadir detecciones, lo que los hacía casi invisibles a los sistemas de seguridad.

Mientras avanzaban, Elián revisaba la información que había descargado de Murdock. Encontró correos electrónicos, notas y vídeos de su madre que no solo hablaban de emociones artificiales, sino también de un plan más grande y peligroso. Había un grupo poderoso que pretendía usar los Drones Asesinos para controlar la ciudad mediante el miedo, eliminando a cualquiera que pudiera interferir con sus planes.

Elián se detuvo frente a un antiguo edificio industrial, señalado en uno de los mapas que había descargado. Según la información, allí se encontraba uno de los centros de control de los drones. Si podía entrar y obtener más datos, tal vez pudiera encontrar a su madre o al menos detener la cadena de terror.

Con Murdock a su lado, Elián forzó la entrada al edificio. Dentro, el lugar estaba oscuro y lleno de equipos electrónicos zumbando suavemente. Pasaron por corredores llenos de cables y luces parpadeantes hasta llegar a una sala central donde una gran consola mostraba mapas en tiempo real de toda la ciudad.

Elián se acercó a la consola y conectó la tablet. Inmediatamente, la pantalla se iluminó con códigos y datos que fluían rápidamente. Mientras trabajaba, no se dio cuenta de que una figura oscura los observaba desde una esquina.

—¿Quién está ahí? —la voz de Elián resonó en la sala, firme pero con un matiz de miedo.

La figura salió de las sombras, revelando a una mujer de mediana edad con una bata de laboratorio manchada. Era su madre.

—Elián, debes irte de aquí —dijo con urgencia.

—Mamá, ¿por qué? He venido a salvarte —respondió Elián, corriendo hacia ella.

—No hay tiempo, hijo. Este lugar va a ser destruido en cualquier momento. Tienes que usar lo que has aprendido para ayudar a otros. Yo estoy… comprometida aquí.

Las lágrimas de Elián eran un testamento de su confusión y dolor, pero sabía que su madre tenía razón. Con un abrazo rápido y doloroso, se separaron. Elián regresó a la consola, descargando toda la información posible antes de que Murdock lo guiara fuera del edificio.

Justo cuando salían, una explosión sacudió el edificio, lanzándolos al suelo. Mirando hacia atrás, Elián vio cómo el lugar que albergaba tantos secretos se convertía en cenizas.

Con la información asegurada en su tablet, Elián sabía que su misión apenas comenzaba. Ahora, no solo tenía que detener a los que controlaban los drones, sino también honrar la memoria de su madre y proteger a los inocentes de Neo-CyberYork.

Con determinación y el apoyo de Murdock, se adentró en la noche, listo para enfrentar cualquier desafío que viniera. No solo era un niño con una computadora; era un guerrero de la luz en una ciudad de sombras.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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