En el colegio Arcoíris, cinco amigos solían jugar juntos: Sasha, Rosa, Pedro, Lauri y Juan. Aunque eran buenos amigos, a veces algunos de ellos olvidaban la importancia de la empatía y el respeto.
Sasha tenía una piel morena preciosa que brillaba con el sol. Rosa, por otro lado, tenía rizos dorados que saltaban con cada risa. Pero, en ocasiones, otros niños se burlaban de Sasha por su tono de piel y de Rosa por su cabello incontrolable. Ambas se sentían tristes e incómodas consigo mismas.
Un día, Lauri, quien siempre llevaba lentes grandes, tuvo una idea: «¿Por qué no hacemos un jardín en la escuela donde cada planta represente lo único y hermoso de cada uno de nosotros?». Todos estuvieron de acuerdo.
Pedro, que era muy bueno con las manos, construyó macetas coloridas. Juan, que amaba pintar, hizo carteles que decían: «Todos somos diferentes, y eso es hermoso». Rosa y Sasha plantaron flores que reflejaban sus propias bellezas: flores marrones y doradas que brillaban juntas.
Pronto, todo el colegio se unió y comenzaron a agregar sus propias plantas, cada una representando la diversidad y belleza de cada niño.
Finalmente, el día de la inauguración del Jardín de las Diferencias, todos se dieron cuenta de algo importante: aunque todos eran diferentes, juntos formaban algo hermoso. Las burlas pararon, y en su lugar, creció el respeto y el amor por la diversidad.
Conclusión:
Cada niño en el colegio Arcoíris aprendió que nuestras diferencias no son algo de lo que avergonzarse, sino algo que celebrar. Gracias al jardín, recordaron que la verdadera belleza se encuentra en la diversidad y en ser auténticos.
Cuentos cortos que te pueden gustar
El Vínculo Inquebrantable de las Mellizas L
Lágrimas de Vida: La Historia del Mago y su Ayudante
El Valor de la Comunidad
Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.