Cuentos de Valores

El Jardín Secreto de Irma y Vera

Lectura para 8 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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En una tranquila aldea, vivían Irma y Vera, dos hermanitas inseparables. A pesar de que se llevaban por dos años, ambas compartían sueños, risas y, a veces, pequeños desacuerdos.

Un día, mientras jugaban en el patio trasero de su casa, Irma tropezó con una piedra y, al intentar levantarla, descubrió una antigua llave dorada. Con ojos brillantes de curiosidad, las niñas decidieron buscar una cerradura que encajara con aquella llave misteriosa.

Después de mucho buscar, finalmente encontraron una pequeña puerta escondida entre los rosales del jardín. Con emoción, colocaron la llave y giraron. La puerta se abrió, revelando un maravilloso jardín secreto.

Este jardín estaba lleno de flores luminiscentes, árboles con frutas de colores jamás vistos y pequeños seres mágicos que revoloteaban por doquier. Sin embargo, en el centro del jardín, había una fuente con aguas cristalinas, y al lado, un letrero que decía: «Para aquellos que deseen un deseo, deben aprender primero el valor de compartir».

Ambas hermanas, sintiendo el poder mágico del lugar, supieron que solo podrían pedir un deseo. Pero, ¿qué desear? Vera quería un conejo mágico, mientras que Irma soñaba con un libro que contara historias infinitas. La discusión comenzó, y ambas defendieron con pasión sus deseos.

Después de un rato, Vera, con lágrimas en sus ojos, dijo: «Está bien, Irma, pidamos tu libro. Me encantaría escuchar esas historias contigo». Irma la abrazó fuertemente y respondió: «No, Vera, pidamos tu conejo. Si eso te hace feliz, me hace feliz a mí también».

Las hermanitas, recordando el mensaje de la fuente, comprendieron que el verdadero deseo era aprender a compartir y poner las necesidades de los demás antes que las propias.

Al darse cuenta de esto, la fuente comenzó a brillar intensamente, y en lugar de un deseo, otorgó dos: el conejo mágico para Vera y el libro infinito para Irma.

Conclusión:
Irma y Vera, al salir del jardín secreto, comprendieron que más allá de las pequeñas travesuras y desacuerdos, el amor, la comprensión y el compartir son los verdaderos tesoros de la vida.

Con su libro y conejo mágico, continuaron viviendo aventuras, pero siempre recordando la valiosa lección aprendida en aquel mágico jardín.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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