Había una vez, en un pequeño y tranquilo pueblo rodeado de majestuosas montañas y un hermoso bosque, dos hermanas llamadas Margot y Patty. Margot, de doce años, tenía el cabello castaño y una mirada llena de curiosidad y valentía. Patty, su hermanita de diez años, era rubia y siempre tenía una expresión de entusiasmo y alegría. Ambas hermanas compartían una gran pasión por la aventura y pasaban sus días explorando los rincones más escondidos del bosque cercano a su casa.
Un día, mientras caminaban por un sendero poco transitado del bosque, Margot y Patty hicieron un descubrimiento sorprendente. Entre los árboles y arbustos, una luz brillante y mágica emergía, iluminando el entorno con un resplandor misterioso.
«Margot, mira esto. ¿Has visto alguna vez algo así?» exclamó Patty, sus ojos azules brillando de emoción.
«Wow, Patty, nunca he visto un brillo así en medio del bosque. ¿Qué crees que sea?» respondió Margot, igual de asombrada.
«No lo sé, pero estoy emocionada. Deberíamos acercarnos y ver qué hay al otro lado,» sugirió Patty, sin poder contener su entusiasmo.
«¿Estás segura, Patty? Podría ser peligroso,» advirtió Margot, preocupada por la seguridad de su hermana.
«Oh, vamos, hermana. ¿Dónde está tu espíritu aventurero? No vamos a saber qué hay al otro lado si no lo intentamos,» insistió Patty, tomando la mano de Margot y acercándose a la luz brillante.
Las niñas se acercaron lentamente al resplandor y, con un poco de temor y mucha emoción, cruzaron el umbral del portal. Al instante, fueron transportadas a un mundo completamente nuevo y mágico. A su alrededor, el paisaje se transformó en un lugar lleno de colores vibrantes, criaturas asombrosas y paisajes místicos. Duendes y hadas de todos los colores imaginables caminaban y volaban a su alrededor, dándoles la bienvenida con sonrisas y saludos.
«Bienvenidas, niñas. ¿Son nuevas por aquí?» preguntó una pequeña hada con alas resplandecientes.
«Sí, acabamos de cruzar ese portal brillante en el bosque. ¿Dónde estamos?» preguntó Margot, todavía asombrada por lo que veía.
«Están en el Reino Mágico de los Duendes y las Hadas, un lugar lleno de maravillas y magia. Mi nombre es Lila, y estaré encantada de guiarlas,» dijo el hada, revoloteando alegremente.
Margot y Patty no podían creer lo que veían. A medida que avanzaban, Lila les mostraba los increíbles paisajes del reino: bosques encantados, lagos cristalinos, y montañas que parecían tocar el cielo. Las hermanas estaban fascinadas y decidieron explorar cada rincón de este mundo mágico.
Mientras caminaban, se encontraron con un grupo de elfos que estaban organizando un gran festín en honor a las nuevas visitantes. Los elfos eran amables y hospitalarios, y les ofrecieron una variedad de deliciosos manjares y bebidas mágicas. Margot y Patty disfrutaron de la fiesta, sintiéndose cada vez más maravilladas por la amabilidad y generosidad de las criaturas mágicas.
Durante su exploración, las niñas conocieron a un grupo especial de guardianes llamados los Siete Guardianes de la Luz. Cada uno de ellos tenía un don único y especial. Lumen, el guardián de la luz, tenía el poder de iluminar los caminos más oscuros. Harmonio, el guardián de la armonía, podía traer paz y equilibrio a cualquier situación. Serena, la guardiana de la serenidad, tenía la capacidad de calmar los corazones inquietos. Sabio, el guardián del conocimiento, poseía toda la sabiduría del reino. Ágil, el guardián de la agilidad, podía moverse más rápido que el viento. Arte, el guardián de la creatividad, podía dar vida a las más bellas obras de arte. Y Poesía, la guardiana de la inspiración, tenía el don de tocar los corazones con sus palabras.
Los guardianes recibieron a Margot y Patty con los brazos abiertos y les ofrecieron su ayuda y compañía. Juntos, se embarcaron en una serie de aventuras para descubrir todos los secretos y maravillas del reino mágico.
Un día, mientras exploraban una cueva oculta en las profundidades de la montaña, Margot y Patty descubrieron un antiguo libro de hechizos. El libro contenía instrucciones para realizar un poderoso hechizo de protección que podía proteger el reino de cualquier peligro. Sin embargo, el libro también advertía sobre un mago malvado que había sido desterrado hace mucho tiempo, pero que ahora amenazaba con regresar y oscurecer el reino con su magia oscura.
Al enterarse de esta amenaza, Margot y Patty decidieron que debían hacer algo para proteger el reino y a sus nuevos amigos. Con la ayuda de los Siete Guardianes de la Luz, comenzaron a formular un plan para detener al mago malvado y salvar el reino.
La primera tarea fue encontrar los ingredientes necesarios para el hechizo de protección. Los ingredientes estaban dispersos por todo el reino y cada uno de ellos estaba custodiado por una criatura mágica. Margot, Patty y los guardianes se dividieron en grupos para buscar los ingredientes.
Margot y Serena se dirigieron a un lago encantado donde debían encontrar una flor de loto dorada. Al llegar al lago, se encontraron con una sirena que custodiaba las flores. La sirena, impresionada por la valentía de Margot, decidió ayudarlas y les entregó la flor de loto dorada.
Mientras tanto, Patty y Ágil se adentraron en un bosque espeso en busca de una pluma de fénix. El bosque estaba lleno de criaturas mágicas, pero Patty, con su entusiasmo y valentía, logró ganarse la confianza de un fénix que les dio una de sus plumas más preciosas.
Lumen y Poesía viajaron a una montaña nevada en busca de un cristal de hielo eterno. La montaña era peligrosa y fría, pero con la luz de Lumen y las palabras inspiradoras de Poesía, lograron encontrar el cristal y regresar sanos y salvos.
Harmonio, Arte y Sabio se quedaron en el pueblo de los duendes para preparar todo lo necesario para el hechizo. Trabajaron incansablemente para asegurarse de que todo estuviera listo para el gran día.
Una vez que todos los ingredientes fueron reunidos, Margot, Patty y los guardianes se reunieron en el centro del reino para realizar el hechizo de protección. Con las instrucciones del antiguo libro de hechizos, los guardianes combinaron sus poderes y recitaron las palabras mágicas. Una luz brillante envolvió el reino, creando una barrera protectora que lo resguardaría de cualquier amenaza.
Sin embargo, el mago malvado, al ver el poder de las niñas y los guardianes, decidió atacar antes de que el hechizo pudiera completarse. Con un ejército de criaturas monstruosas, el mago lanzó un ataque feroz contra el reino.
Margot y Patty, junto con los guardianes, se enfrentaron al mago y sus secuaces con valentía y determinación. La batalla fue intensa, pero con el poder combinado de la luz, la armonía, la serenidad, el conocimiento, la agilidad, la creatividad y la inspiración, lograron debilitar al mago.
En el momento crucial, Margot y Patty unieron sus fuerzas y usaron la flor de loto dorada, la pluma de fénix y el cristal de hielo eterno para lanzar un último hechizo que derrotó al mago malvado y dispersó su ejército oscuro.
Con el mago derrotado y el reino a salvo, una gran celebración tuvo lugar en el Reino Mágico de los Duendes y las Hadas. Margot y Patty fueron honradas por su valentía y amistad, y los guardianes les agradecieron por haber salvado el reino.
Al final del día, Margot y Patty se despidieron de sus amigos mágicos y, con la ayuda de Lila, regresaron al portal que las llevaría de vuelta a su mundo. Aunque estaban tristes por dejar atrás el reino mágico, sabían que siempre llevarían en su corazón los valores de la amistad, el coraje y la generosidad que habían aprendido en su aventura.
De regreso en su pequeño pueblo montañoso, Margot y Patty miraban el gran roble con la puerta mágica y sonreían. Sabían que, aunque el portal ahora estaba cerrado, siempre llevarían consigo los recuerdos de sus aventuras y las lecciones aprendidas.
Las hermanas continuaron explorando los bosques y colinas, siempre en busca de nuevas aventuras, con la certeza de que la verdadera magia reside en el coraje, la amistad y la voluntad de hacer el bien. Y así, vivieron felices, sabiendo que en algún lugar, un reino mágico las esperaba, siempre listo para recibirlas con los brazos abiertos.
Fin
el portal magico