El Viaje de Lukas

En un pequeño pueblo, vivía un niño de ocho años llamado Lukas. Lukas era un niño tranquilo y soñador, con una gran imaginación y un corazón bondadoso.

Sin embargo, en la escuela, algunos compañeros se burlaban de él, llamándolo feo y amenazándolo. Esto entristecía mucho a Lukas, y empezó a dudar de sí mismo.

Un día, después de una jornada particularmente difícil en la escuela, Lukas llegó a casa con lágrimas en los ojos. Se reunió con su familia y les preguntó si realmente era feo. La respuesta de su familia fue unánime y llena de amor: «Tienes que darle gracias al que te creó, porque todo lo que él hace es perfecto.»

Estas palabras calaron hondo en el corazón de Lukas. Miró a su familia, y con una sonrisa tímida, les agradeció por recordarle lo importante que era valorarse a sí mismo.

Desde ese día, Lukas empezó a ver la vida de otra manera. Dejó de preocuparse por las burlas y comenzó a enfocarse en lo que realmente amaba: leer, dibujar y explorar la naturaleza.

Con el paso de los años, Lukas creció en confianza y sabiduría. Ya no era el niño tímido que había sido. Ahora era un joven fuerte y seguro de sí mismo. Sus antiguos compañeros de clase, que una vez se burlaron de él, apenas lo reconocían. Lukas había cambiado, no solo en su apariencia, sino en su actitud ante la vida.

Lukas se convirtió en un ejemplo para los demás, demostrando que la verdadera belleza viene de dentro. A través de sus acciones y su bondad, inspiró a otros a ser más amables y a pensar antes de juzgar a alguien por su apariencia.

Conclusión:
Lukas aprendió que las palabras hirientes de los demás no definen quién eres. La verdadera belleza y el valor de una persona vienen de su corazón y su carácter. Con el tiempo, demostró a todos que lo más importante es cómo te ves a ti mismo y cómo tratas a los demás, no cómo te ven los demás.

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