La Pantera y el León

Había una vez, en una selva muy lejana, un león llamado León. León era el rey de todos los animales y se sentaba en una gran roca, observando su reino. Pero León no era un buen rey. Era muy egoísta y quería toda la comida para él. Los otros animales trabajaban duro para recoger frutas, cazar y buscar agua, pero León se quedaba con todo. Los animales estaban muy tristes y hambrientos.

Un día, una pantera llamada Pantera llegó a la selva. Pantera tenía un pelaje negro y brillante, y era muy amable y valiente. Al ver cómo estaban los animales, decidió hablar con León. «Hola, León,» dijo Pantera con voz firme pero amable. «He visto que todos los animales están muy hambrientos. ¿Por qué no compartes la comida con ellos?»

León, desde su roca, miró a Pantera y respondió con orgullo: «Yo soy el rey y me merezco toda la comida. Los otros animales pueden buscar más si tienen hambre.» Pantera no se dejó intimidar. «León, un buen rey cuida de todos sus animales. Si no compartes, todos estarán tristes y débiles. Eso no es justo.»

León no quería escuchar a Pantera y rugió muy fuerte, asustando a algunos animales cercanos. «¡No necesito tus consejos, Pantera!» exclamó. Pero Pantera no se dio por vencida. Se quedó en la selva y empezó a hablar con los otros animales. «No podemos dejar que León sea tan egoísta. Vamos a trabajar juntos para encontrar una solución.»

Los animales se reunieron y pensaron en un plan. Decidieron que todos trabajarían juntos para recoger la comida y luego la repartirían de manera justa entre todos. Con la ayuda de Pantera, empezaron a buscar frutas, a cazar y a buscar agua, pero esta vez, escondían una parte de la comida lejos de León.

Pasaron unos días y León empezó a notar que había menos comida para él. Se puso furioso y llamó a Pantera. «¡Pantera! ¿Qué está pasando? ¡Mi comida está desapareciendo!» Pantera, con calma, respondió: «León, los animales están guardando comida para ellos. Ellos también necesitan comer. No es justo que tú te quedes con todo.»

León, enfadado, decidió seguir a Pantera y a los otros animales para ver dónde escondían la comida. Lo que vio lo dejó sorprendido. Los animales estaban felices, compartiendo la comida y ayudándose mutuamente. Vio cómo cuidaban unos de otros y se dio cuenta de que eran más fuertes y estaban más sanos cuando trabajaban juntos.

León se sintió mal por haber sido tan egoísta. Se dio cuenta de que Pantera tenía razón. Un buen rey debe cuidar de todos sus animales. Al día siguiente, llamó a todos los animales y les dijo: «He aprendido una lección importante. A partir de ahora, compartiré la comida con todos ustedes. Trabajaremos juntos y nos ayudaremos mutuamente.»

Los animales se alegraron mucho y aplaudieron a León. Pantera sonrió y dijo: «Gracias, León. Ahora serás un gran rey.» Desde ese día, León y Pantera trabajaron juntos para asegurarse de que todos los animales tuvieran suficiente comida y agua. La selva se convirtió en un lugar feliz y próspero.